Hay tabernas que han sobrevivido a los avatares del paso del tiempo a base de casticismo y perseverancia.
Una de ellas es la de El Secretario, que para este fin de semana anuncia su cierre en el castizo barrio murciano de San Antón. La ciudad pierde a marchas forzadas lugares emblemáticos como este, mientras nos invaden los franquiciados y las modernidades culinarias por doquier. Esas eran pequeñas ermitas donde tan importante era el paisaje como el paisanaje, y en las que el vino recio, la cerveza espumosa y el buen tapeo hacían sustancioso maridaje.
Escribo de memoria sobre aquel remoto pasado, que, como sentenciara Harold Pinter, quizá es lo que uno recuerda, lo que imagina recordar, lo que te convences en recordar, o lo que pretendes recordar. Qué pena que todo lo bueno se acabe, en estos tiempos de intranquilidad y desasosiego, de manera tan súbita como desconcertante.
Manuel Segura Verdú
Padre, periodista de RTVE en Murcia y del Athletic.