Un aparatoso incendio, que se inició pasadas las seis de la tarde de ayer miércoles, en el restaurante La Gavacha, en pleno centro de Murcia y muy próximo a la plaza de Santa Catalina, alarmó a los vecinos de la zona por la aparatosidad del humo que surgía de las puertas del restaurante, cerrado a esa hora.
Al parecer pudo ser un cortocircuito en el almacén del establecimiento lo que pudo originar el incendio, aunque, según explicó el dueño del establecimiento, Antonio Abellán, también escuchó ruidos procedentes de la zona de la cocina.
Por fortuna, la rápida intervención de los bomberos evitó que el fuego se propagase y no hubo que lamentar ningún herido. Según explicaron los bomberos pudieron actuar rápidamente porque se encontraban cerca de la zona cuando recibieron la llamada y cuando llegaron se dieron cuenta de que el incendio ya llevaba varios minutos de evolución.
El restaurante La Gavacha se encuentra ubicado en la calle del mismo nombre del centro de Murcia, en una de las zonas más hosteleras de la ciudad, tras la plaza de Santa Isabel y junto a la plaza de Santa Catalina.
La gran columna de humo negro, que ocupó por completo la calle, se podía ver desde varios puntos de la ciudad y alarmó a los vecinos que temían que el fuego se hubiese propagado por todo el edificio del restaurante.
Fueron varias las llamadas que recibió el 112 recibió alertando del fuego y hasta el lugar se desplazaron tres camiones del servicio de bomberos, con un cuarto vehículo de apoyo. También llegó hasta la zona una ambulancia por si fuese necesaria su intervención, cosa que por fortuna no sucedió.
Hasta el lugar del suceso también se trasladaron tres patrullas de la Policía Local de Murcia. Los efectivos de bomberos lograron controlar el fuego rápidamente. El incendio pudo haberse provocado por un cortocircuito en el almacén del establecimiento.
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La Gavacha, cocina creativa y tradicional
Después de 10 años al frente del mesón de la Peña San Isidro La Panocha, en la calle Antonio Segado del Olmo de Murcia, Antonio Abellán Montoya y su mujer, Leonor Brigido Romero, crearon a finales de 2017 un nuevo espacio gastronómico junto a la Plaza de Santa Catalina, con el nuevo nombre de La Gavacha, pero manteniendo la cocina murciana más tradicional del antiguo mesón.
Gabacha (con ´b´) es el femenino de la voz genérica gabacho, un término peyorativo para referirnos a nuestros vecinos franceses. Ya en el siglo XVII los españoles llamaban gabachos a los inmigrantes procedentes de los pueblos de las faldas de los Pirineos llamados gabag, procedente del término prerromano ´gaba´ cuyo significado es buche o garganta, ya que, al parecer, la dieta de estos montañeses provocaba la aparición del bocio (abultamiento de la garganta debido a un aumento del tamaño de la glándula tiroides). Pero Gavacha, (con ´v´) nada tiene que ver con la forma de llamar a los franceses, sino que viene de la calle donde se ubican y que toma su nombre de una popular y centenaria panadería murciana, El Horno de La Gavacha, que estuvo emplazada donde hoy se encuentra -y desde el pasado 27 de septiembre- el nuevo restaurante La Gavacha. Y, por supuesto, los platos que elaboran, para nada provocarán bocio a los comensales, ni muchísimo menos.
El nuevo local, de 190 metros cuadrados, ha mantenido en cierto modo la antigua estructura del mesón, de forma que nada más acceder nos encontramos una barra de doce metros a la derecha, con sus vitrinas repletas de apetitosas tapas recién elaboradas. Frente a ella, veladores con taburetes y, al fondo, a la izquierda, encontramos el espectacular comedor con capacidad para más de setenta comensales. Cuentan con una cuidada decoración en la que destacan su logotipo -realizado con tapones de corcho- o un jardín vertical, además de los óleos de Esther de Haro y Ana Alcolea. Paredes blancas y grises y mesas modulares con cómodas sillas marrones permiten estructurar el comedor para atender cómoda- mente a parejas o amplios grupos de comensales.
Amplia oferta gastronómica
Tanto si acudimos a La Gavacha con la idea de tapear, como si lo hacemos para comer, nos vamos a encontrar con una gran oferta culinaria, comenzando por las tradicionales tapas -marineras, ensaladillas rusa o de marisco, matrimonios, patatas bravas, calamar a la plancha o a la andaluza, pulpo a la plancha, sangre frita, pimientos asados, zarangollo, caracoles, chapinas, tostas de pipirrana, callos o michirones- o sus tapas más personales, como su popular chupachup de alcachofa rebozada; la piruleta Jumillana con solomillo de cerdo, bacon, foie y jarabe de vino Divus; su ´Escándalo´, los champiñones rellenos de carbonara; sus flamenquines; su ´Bomba de boletus´; croquetas de gamba roja, rabo de toro o jamón; tigres y empanadillas fritas de bacalao o de atún con tomate; oreja de cerdo o los huevos rotos, caldo con pelotas y la alcachofa con jamón.
Jamones, quesos y embutidos completan su oferta, que también incluye platos más sofisticados como el mousse de pato con confitura o rulo de cabra. Entre sus platos más potentes ofrecen carrillera trinchada, pluma ibérica, pollo a la brasa, rabo de toro, manitas de cerdo, ternera en salsa, costillas de cordero, lomo alto de ternera, asados de costillas, de codillo o de conejo y, todos los días, guisos y arroces de todo tipo: fabada, estofado de ternera, arroz y habichuelas, olla de cerdo, olla gitana…
También cuentan con todo tipo de montaditos, dos tipos de hamburguesas de ternera con cebolla caramelizada o queso azúl y un gran surtido de postres caseros, desde paparajotes a tarta de la abuela. Tienen más de 25 referencias de vinos de todas las denominaciones, especialmente Murcia.