El alcalde de Los Alcázares, Mario Pérez Cervera, inauguró en la noche de ayer la XLIX Semana Internacional de la Huerta y el Mar de Los Alcázares. Un acto emocionante en el que, como cada año, se produjo el tradicional pregón inaugural intervino a cargo de José Lorenzo Jiménez Bastida, General de División del Ejército del Aire.
Una festividad que, una vez más, vuelve al municipio alcazareño reafirmando la relación que históricamente han mantenido la Huerta de Murcia y el Mar Menor y que, además, volvió a lo grande: colgando el cartel de completo en el primer día.
Durante el acto de inauguración, el alcalde de Los Alcázares, que se dirigió a cada uno de los alcazareños y alcazareñas, huertanos y huertanas, turistas y veraneantes, “deseó que todo el trabajo que durante todos estos días están llevando a cabo numerosas personas fuese del agrado de todos los presentes, invitándoles a empaparse de todo lo que la Semana Internacional de la Huerta y el Mar”.
El máximo mandatario alcazareño también quiso agradecer a José Lorenzo el haber aceptado el puesto de pregonero de este año. En este sentido, recalcó que “es todo un privilegio para todos los nosotros que haya aceptado este puesto, más aun sabiendo las tan difíciles circunstancias familiares que estás pasando en estos precisos momentos”.
Jiménez Bastida, por su parte, en un emotivo discurso lleno de historia, agradeció al alcalde de Los Alcázares “el haberle escogido para dar el pregón de apertura de la Semana Internacional de la Huerta y el Mar”. Un rol que, sin duda, “suponía todo un orgullo y responsabilidad”.
Tras el acto de inauguración, el grupo de música popular los Parrandboleros dieron un recital de voces románticas y entrañables demostrando lo que son: un grupo de amigos que comparten alegrías y penas, anécdotas y vivencias.
Además, es de destacar que, por primera vez, en una edición de la Semana Internacional de la Huerta y el Mar el Alcalde de Murcia, José Antonio Serrano, acompañara al Alcalde de la localidad del Mar Menor durante la inauguración demostrando el compromiso del actual Gobierno del municipio de Murcia con este acontecimiento internacional de folklore que une la huerta y el mar.
Un nuevo recinto de ferias adaptado a los tiempos
Esta nueva edición, como ya se anunció hace varios meses, se está llevando a cabo en el nuevo recinto ferial situado en el polideportivo municipal de Los Alcázares. Un espacio más amplio que, según José Carlos Castejón, concejal de Festejos, “da un ‘plus’ de seguridad ante un episodio de lluvias, permite garantizar las medidas de seguridad por el COVID-19 y facilita la evacuación en caso de ser necesaria”.
Una nueva ubicación en la que los asistentes podrán seguir disfrutando de la gastronomía huertana tradicional gracias a la labor de las peñas que, una vez más, montarán sus ventorrillos siguiendo todas las medidas sanitarias oportunas.
Además, durante toda la Semana de la Huerta se podrán disfrutar de las ferias de artesanía, exposiciones y del ‘Menú Huertano en Los Alcázares’, una iniciativa en la que distintos bares y restaurantes del municipio incorporarán en sus cartas platos típicos de la gastronomía murciana y de la que puedes informarte a través de https://vivelahuerta.com/
Además del concierto de Los Parrandboleros, el escenario que preside el recinto ferial albergará otros eventos como el concierto de Ricardo Marín; Pastora Soler; Ricardo Marín; distintos grupos folklóricos como Música y Danza, de Paraguay; el Grupo de Coros y Danzas ‘Ntra. Sra. de la Fuensanta’, de Murcia; el Ballet Folklórico ‘Jammu’, de Senegal; el Grup de Ball, de Torrent; y, la Antología de la Zarzuela, de la compañía Lírica de Zarzuela de Madrid.
Puedes obtener tus entradas físicas en el Ayuntamiento de Los Alcázares y en formato online a través de la web www.giglon.com y www.entradasatualcance.com.
Este fue el pregón de de José Lorenzo Jiménez Bastida, General de División del Ejército del Aire:
Pregón oficial a cargo del alcazareño José Lorenzo Jiménez Bastida, General de División del Ejército del Aire.
XLIX SEMANA INTERNACIONAL DE LA HUERTA Y EL MAR 2021 DEL 14 AL 24 DE AGOSTO 2021/LOS ALCAZARES/MURCIA.
En primer lugar, quiero expresar mi más sincero agradecimiento a nuestro alcalde presidente, Don Mario Pérez Cervera, que ha considerado oportuno que este alcazareño sea el pregonero oficial de esta 49 (XLIX) Semana Internacional de la Huerta y el Mar 2021. Es todo un honor, y no puedo ocultar mi emoción. Una emoción profunda y sentida de este hijo de su querido y añorado pueblo de Los Alcázares.
Un hijo de esta tierra que le vio nacer y crecer, y, permitidme, antes de nada, y para controlar mi emoción, recordar unos entrañables versos de Josefina Ballester, de su poesía “Destino”, con los que me identifico:
“Nací, mar, junto a tu orilla,
Apenas con oleaje;
Y me distes ensueños, quilla
Y brújula para el viaje”.
Nací un diez de agosto, día de San Lorenzo, día de calores propios de nuestro verano, y de ahí mi nombre, José, por mi padre, y Lorenzo en honor al de la Parrilla, por ese feliz día, en el que el calor de agosto se dejó sentir con plena intensidad. Hoy, más que nunca, me asaltan la memoria, recuerdos muy emocionados de mis muchos amigos de infancia, de mis primeros profesores, de Don Juan, mi Señorita Choni, la señorita Mary Carmen y otros más; una lista breve, pero tanto significativa como decisiva en mi formación infantil y en la consolidación de lo que serían mis valores y referencias a lo largo de la vida.
Una infancia y unos amigos inolvidables, la mayoría nativos del pueblo, como yo; otros, procedentes del interior, producto de ese espíritu y ritual, que cada año empuja a los hijos de la huerta murciana, a aproximarse a nuestra tierra a disfrutar de su brisa marina y de nuestro sol, durante las breves estancias veraniegas.
Con esos amigos, aprendí a pescar zorros, a coger caballitos de mar, a buscar nidos de gafarrones y de tutuvía, o a escaparnos a coger espárragos por las praderas del Carmolí. Algunos ya no están con nosotros, aunque hoy, estoy seguro de que desde el cielo nos sonríen; otros, continúan por aquí. Han sido esos entrañables amigos de siempre los que han servido de cordón umbilical, manteniéndome al tanto de las más diversas vivencias y acontecimientos que tenían lugar en nuestro querido pueblo, de mi querido Mar Menor.
Esos amigos, como fiel reflejo del espíritu que impregna esta tierra, me estaban esperando en cada ocasión con los brazos abiertos, con ese amor y esa amistad que se ha forjado al crecer diariamente en el entorno apacible y en cierto modo primitivo, de unos Alcázares de mediados de los años cincuenta y de los años sesenta, cuando empiezas a dar los primeros pasos juveniles en la vida. Y como olvidar, además, que fue ese entorno alcazareño, el que me regaló, al primer y único amor de mi vida.
Llegado un momento, finales de los años sesenta, diversas vicisitudes hicieron que este alcazareño tuviera que alejarse de estas queridas tierras, y se convirtiera en ciudadano del mundo: el traslado del centro de trabajo de mi padre, la entonces denominada Escuela de Suboficiales del Ejército del Aire, y, posteriormente por los imperativos de mi profesión castrense.
La vida me llevó por destinos lejanos, allende los mares, pero era gran motivo de alegría volver a este querido pueblo, a cada oportunidad de regresar. Precisamente, a estas Fiestas he acudido siempre que me ha sido posible, y a las que he traído a mis hijos, desde tierras lejanas para que descubrieran un lugar único en el mundo, y también, para que conocieran lo que significaba “paparajote”, entre otras riquezas gastronómicas distintivas, que, por cierto, han aprendido a degustar con maestría.
Tras una larga y fecunda singladura vital, este ya “veterano soldado”, pudo volver a su lugar de origen, a su tierra natal, a la “orillica” de su Mar Menor.
Durante estos años, Los Alcázares, de mis recuerdos de infancia, no solo evocaban un lugar de ensueño, con un mar, un clima, y fauna y flora únicas, sino también un lugar que representa un papel significativo en la historia antigua y reciente.
La privilegiada situación estratégica de los Alcázares y las bondades de sus parajes a la orilla del Mar Menor, ya fueron reconocidas por los romanos, que construyeron sus termas. Más tarde los árabes tomarían el relevo con sus fastuosos baños, sentando la base para su nombre definitivo; hasta llegar a fechas más recientes con la construcción de casas solariegas, el mejor indicativo de su especial clima y belleza.
Pero en el marco de la historia reciente, no podemos olvidar la relevancia de nuestro querido pueblo, como el lugar que vio el origen de lo que hoy es la aviación española. Todo comenzó con lo que una vez fue llamado el Aeródromo de los Alcázares, un aeródromo legendario, que considero, sin lugar a duda, se merece un lugar destacado en la historia reciente del municipio.
Como es sabido, en los primeros años del pasado siglo XX, y con el impulso del Rey Alfonso XIII, al coronel Vives le fue encomendado la difícil misión de elegir el lugar más idóneo para la instalación de una base aeronaval en España. Se recorrieron las 895 millas de la costa mediterránea que separan Gibraltar del Cabo Cerbere, en Gerona, kilómetro a kilómetro, y sin pausa, para informarle, finalmente, al entonces Ministro de Guerra, que el lugar más adecuado para tal proyecto era Los Alcázares, y cito “todo en él son espléndidas notas positivas”. De este modo, quedó sentenciada la mejor ubicación para un Aeródromo Militar capaz de proporcionar enseñanza y adiestramiento de pilotos de aeronaves y de hidroaviones.
Los hechos entorno a la creación del Aeródromo de los Alcázares en 1915, han propiciado una especial simbiosis, crucial en la evolución de Los Alcázares como pueblo, en esa versión estable y consolidada que hoy conocemos y cuyo devenir ha transcurrido, de forma paralela, al de la aviación española.
Fue ahí, en ese Aeródromo de los Alcázares donde se forjó el Piloto de Caza Alcazareño de la República por excelencia, Don Miguel Galindo Saura. Recuerdo, como si fuera ayer, como mi padre me hablaba del Sr. Galindo.
El Sr. Galindo, como él lo llamaba, era su ídolo secreto, no solo por su destreza como valeroso piloto de la República y el coraje demostrado durante nuestra terrible Guerra Civil, sino también por su humanidad. Mi padre, era un sencillo trabajador civil en la Escuela de Suboficiales, de profesión tipógrafo o impresor, como a él gustaba 4 denominarse; y el Sr. Galindo le ofrecía en aquella época, ese trabajo de pluriempleo por las tardes en su imprenta, decisivo para poder sacar adelante a su humilde familia numerosa.
Quiero aprovechar para hacer mención, a algunos hechos de la historia todavía más reciente, que resaltan los valores de este pueblo, especialmente en situaciones desfavorables. Me refiero a las recientes inundaciones y riadas provocadas por la última Dana. Todos los alcazareños, junto a su Corporación, no han cesado de sobreponerse a las adversidades, y gracias a ese espíritu de sacrificio, solidaridad y buen hacer de todos los vecinos, autoridades, se ha podido estar a la altura de las circunstancias, demostrándose una vez más, los quilates del Equipo Directivo que actualmente la integra, y las personas de este pueblo.
También forma parte de nuestra historia, la situación delicada que atraviesa el Mar Menor, elemento clave de nuestro entorno. Los acontecimientos y desastres naturales, unidos a la evolución derivada del crecimiento económico y demográfico, de toda la comarca que rodea al Mar Menor, están pasándole seria factura a nuestra laguna, que es única en el mundo. Todos coincidimos en que estamos frente a un problema medioambiental con singulares efectos, y que de nuevo debemos aunar esfuerzos para tomar las medidas necesarias que permitan revertir la situación.
Pero hoy es día de celebración. Nos toca recordar los valores que encierran, sustentan y dan sentido a esta semana de Fiestas que nos disponemos a celebrar. La Huerta y el Mar se funden de manera muy especial en unos días de fiestas y diversión, que giran en torno a la exaltación de nuestra patrona, nuestra querida Virgen de la Asunción.
Fiestas, qué con mucha pena, no pudimos honrar hace tan solo un año, por culpa de una situación tan singular, que no hace mucho, resultaba inimaginable. La pandemia por la COVID‐19 ha puesto en jaque al mundo entero, incluido a nuestro querido pueblo. Pero este año retomamos con fuerzas renovadas, aquello a lo que el año pasado tuvimos que renunciar, no sin la esperanza de volver a celebrar con la misma alegría de siempre. Quiero detenerme un momento para recordar, a todos aquellos que por culpa de la pandemia de la COVID‐19, hoy no pueden celebrar estas fiestas aquí con nosotros, pero que seguro nos acompañan desde un lugar mejor, en presencia de la mismísima Patrona.
Ahora, es tiempo de poner en valor la razón de ser de estos días festivos. Y para ello, como señalaba muy bien uno de mis distinguidos predecesores, Don Joaquín Esteban Mompeán, allá por 1981, al cumplirse los 10 de la Institucionalización de este tradicional pregón de Fiestas: “los Alcázares, son el alma y corazón del Mar Menor, y en este marco veraniego participamos todos los años en una celebración que ya es casi litúrgica, en la que la huerta se convierte en mar y el mar adquiere la sustancia de la huerta. Las estrellas del cielo y los bordados y las lentejuelas de los refajos tienen en sus reflejos la luz y la sombra de las aguas marinas; y a la hora del yantar, comida huertana de la buena, a la que gentilmente cede su puesto la muy estimable cocina de la mar; con todo esto cualquiera puede decir que estamos en la Huerta y no a la vera del mar”.
Y remataba sus palabras, evocando, unos versos de García Bravo, como un requiebro:
¿Qué ocultan tus ondas?
¿Qué ocultan celosas tus aguas?
¿Qué bellas leyendas, sin duda se esconden
en los albos rizos de tu espuma blanca?
No me es posible superar la belleza y la precisión de una introducción de ese nivel, y es por ello, que solo me he atrevido a recordarlo, con el respeto y la humildad que me produce, el formar parte de esa ya larga lista de Pregoneros, que han pasado por esta tribuna.
Este año, una vez más, no tengo duda de que se seguirá manteniendo ese rito de encuentro renovado entre el Mar Menor y la Huerta Murciana, convertido ya en tradición centenaria. Así, habrá degustación, habrá gastronomía, de la mano de las distintas Peñas Huertanas que nos deleitaran con los mil sabores huertanos puestos a nuestra disposición, cada día de la semana. Habrá festival internacional de folclore y del trovo, que no puede faltar, así como ese especial ambiente festivo en la calle, y por supuesto, como no podría faltar, misa solemne en honor a nuestra Virgen de la Asunción en su día especial. Ella es, con su ternura, amor y constante intercesión, la gran madre protectora de nuestro pueblo.
Este año, el toque de internacionalización de nuestras fiestas, viene de la mano de la ONG “DELWENDE” cuya misión parece acuñada y sacada de los valores y tradiciones de nuestro pueblo. Esta organización, que basa sus principios en la paz, el compromiso 6 social, honestidad, solidaridad, generosidad, y universalidad, nos obsequia con la exposición “La Ruta de la Seda”, que no podía ser más ilustrativo de la dimensión global de nuestro pueblo en su marco histórico. Dicha ruta, como ya sabemos, se inició allá por del siglo I a. C, en época de Alejandro Magno, y supuso la principal conexión entre Oriente y Occidente, comunicando China con Europa, convirtiéndose esta ruta, durante siglos, en el puente entre dos mundos.
Para terminar, si me lo permitís, quisiera finalizar estas palabras, evocando a la Patrona también, de esta Semana Internacional de la Huerta y el Mar, nuestra Virgen de la Asunción. Ella que sabe escucharnos y atendernos en todo lo que es objeto de nuestra preocupación y alegría más próxima, para que nos acoja y nos proteja con su corazón de Madre, pues en su generosidad sabe ser luna, sol, norte y guía para todos los que recorremos los caminos de la vida.
Y ahora, amigos, ya es el momento de empezar a disfrutar plenamente de estas Fiestas.
¡¡Muchas gracias a todos!!
¡¡¡VIVAN LOS ALCÁZARES!!!