El chef de ‘Glea‘, Abel Bravo, ha creado unos nuevos dulces que están causando sensación en Murcia y fuera de la Región. Se trata de los ‘Abelicos’, unos bocados de masa de croisant rellenos de cremas y chocolates que llevan ese nombre en honor a su abuelo, el desaparecido confitero Paco Maiquez, pues era así como llamaba a su nieto.

Abel Bravo es el propietario de Glea, junto a su mujer Poli Gómez y su madre Luisa Maiquez, una prestigiosa pastelería y chocolatería que abrió sus puertas en 2015 en la calle Barrionuevo de Murcia, junto a la Catedral y la Plaza Cetina. En 2020 hizo una importante reforma con su nuevo concepto de repostería del siglo XXI, basada en sabores tradicionales pero con una presentación cosmopolita.
La idea de los ‘Abelicos’ surgió a partir de su confitero Fran Martínez, cuando buscaba ideas para aprovechar los recortes de la masa del hojaldre de los croisants. Así nació el primero de ellos, a partir de galletas Lotus con caramelo.
Los ‘Abelicos’ consisten en una masa cuadrada de croisant que introducen en un molde y la completan con una capa crujiente y un relleno cremoso, de crema de avellana, chocolate, caramelo, dulce de leche y praliné crujiente.
Los hacen de cinco variedades: Kinder Bueno, Huesitos, Galletas Oreo, Kit Kat y Galletas Lotus. Son muchos los confiteros, amigos de Abel, que se han interesado por la receta y el primero de ellos ha sido Raúl Bernal, de la confitería ‘Lapaca’ de Huesca, que ya los ha incluido en su oferta. En breve también se comenzarán a elaborar en confiterías de Barcelona, Elche y Altea.

En Murcia, Abel Bravo elabora una media de cien Abelicos diarios. Cuestan siete euros por unidad y son deliciosos. Los clientes pueden degustarlos en el local o llevarlos a casa. Según las opiniones de Tripadvisor, Glea es una pastelería “espectacular”, con “productos montados al momento” y un “servicio excelente”. Sin duda, un lugar para endulzar el paladar con los ‘Abelicos’ y otras delicias.
LasGastrocrónicas.com pudo disfrutar en Glea de los cinco sabores del nuevo y espectacular postre que está triunfando en toda España. Este es el amplio reportaje fotográfico que realizamos:
El diario El Heraldo de Aragón le ha dedicado hace unos días un amplio reportaje al nuevo postre murciano que, según explican, «está enloqueciento» a los oscenses»

Llegan los abelicos, un nuevo dulce que ‘enloquece’ a los lamineros de Huesca
Lapaca ofrece estas piezas de bollería desde hace unos días en su obrador de Huesca
Los Abelicos es el postre recién llegado a Huesca. Bonito, cómodo de comer y potente, con una capa crujiente y un relleno cremoso. Así es este dulce con origen en Murcia, pero que los golosos oscenses más veloces ya han podido probar, a pesar de su reciente aparición. “Magnífico” lo definen los afortunados.
Hace poco empezaron a salir del taller de Lapaca de la ciudad altoaragonesa unos nuevos dulces que ya causan furor. “Casi los esperan en la puerta como a los danzantes el 10 de agosto”, comenta Raúl Bernal. Fue tal el éxito que los primeros días se acabaron en pocos minutos. “La novedad siempre tiene más demanda que las propuestas de siempre, pero es que los dos primeros días no duraban ni diez minutos la veintena de piezas”, señala este pastelero todavía asombrado.
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Los abelicos son una pieza de repostería creada por Abel Bravo, amigo murciano de la pastelería Glea», cuenta Bernal. “Es una masa de cruasán, con un grosor concreto que cortamos en cubos y la ponemos en un aro, por lo que queda como un disco de pedacitos de cruasán –lo detalla-. Lleva azúcar moreno, una crema de chocolate blanco un poco tostado, pasta de galleta Lotus, además de molida y se termina con otra galleta Lotus redonda con crema”. Sin embargo, se puede hacer de otros sabores, como de Kit Kat o Kinder.
Cada uno es distinto, pero el resultado es “superjugoso” además de tener una atractiva imagen, cuyo interior gotea cuando se lleva a la boca. “La gente se vuelve loca con estas cosas”, comentan en Lapaca. De hecho, hace unas semanas el mercado estalló con los new york rolls o con el cubo de cruasán. “Era la misma masa en un molde cuadrado perfecto, con tapa. Lo hacíamos uno con crema de coco, lima… eso tuvo su momento…”, recuerda Bernal.
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“La bollería está en un momento bastante alto en todo el mundo”, aplaude Raúl, que hace unos meses se hizo con el título del mejor bombón de España. “La tarta ha bajado un escalón y la bollería ha subido porque se está innovando, ya no es lo tradicional de siempre, tanto por los impecables acabados como por las mezclas”, resalta el profesional. Bernal indica que mientras que los pasteles se guardan para fechas concretas, las piezas de bollería son más de diario, de cualquier día para desayunar.
El nombre es en honor a Abel Bravo, uno de los referentes de la pastelería de autor en la actualidad, aunque en su caso los llama como ‘monkeys’. “Estuvimos charlando y le funcionaban muy bien, así que decidí probarlos”, cuenta el pastelero de Huesca. “Tengo muchos amigos con pastelería y que dan cursos y siempre que aprendo algo de alguien me gusta dar ese pequeño homenaje. Aunque lo hagamos nosotros, tiene un origen que hay que reconocer –defiende Rául-. Internet es muy tentador en este sentido”.
Pocos días después de la apertura de Glea, en 2015, Paco Hernández, director de LasGastrocrónicas.com escribió esta crónica en el diario La Opinión:
Glea, pastelería del siglo XXI
Desde su apertura en la calle Barrionuevo de Murcia, a tiro de piedra de la Catedral de Murcia, el pasado 14 de noviembre, la prestigiosa revista Dulcypas -especializada en el mundo de las confiterías y pastelerías internacionales- ha dedicado ya dos artículos glosando las excelencias de este moderno establecimiento hostelero murciano donde se rinde culto al chocolate y a la pastelería dulce y salada del siglo XXI.
La palabra murciana ‘glea’ viene de la castellana ‘gleda’, que se refiere a un tipo de tierra (arcilla arenosa usada desde la Edad Media para desengrasar paños). Ese ha sido el nombre elegido por el joven pastelero murciano Abel Bravo para iniciar este negocio familiar -con los pies en la tierra- con la ayuda de su esposa Poliana Gómez y sus padres, veteranos confiteros murcianos, José Manuel Bravo y Luisa Maiquez, quienes nos ofrecen un moderno concepto de pastelería y chocolatería basada en sabores tradicionales pero con un aspecto y una presentación cosmopolita que no desentonaría si estuviesen enclavados en pleno centro de París.
Hablamos de un tipo de pastelería fresca, muy del día, con productos montados al momento y con una amplísima oferta de pastelería y bollería dulce y salada entre las que destacan sus cocas saladas de atún con pimientos asados, de calabaza, salmón y queso de cabra, de espinacas y bacon o de verduras asadas con anchoas.
Sus hojaldres de carrillera con verduras asadas o de bechamel de pollo asado con cebolla caramelizada. Su excelente pastel de carne de carrillera cocinada a baja temperatura y sin chorizo. Sus exquisitos croissants dulces y salados. Sus brioxes normal o relleno de crema pastelera y galleta de almendra. Su milhoja de hojaldre caramelizado con esponjoso de vainilla y nata montada de vainilla con frambuesa fresca.
Desde su obrador, a la vista de la clientela, preparan todo tipo de chocolates, bombones, snacks salados de roquefort y parmesano y excelentes tartas y raciones como su Glea con crujiente de coco, piña fresca confitada, compota de lima y crema esponjosa de vainilla Tahití. Su Xococc de crujiente de chocolate 100% cacao de Venezuela, la citric green o la de frutos rojos.
Me alegro mucho os lo merecéis esto y mucho más sois unos luchadores
Conozco muchas pastelerias muy buenas por toda España. Glea es de las mejores. Trabaja el hojaldre como pocos pasteleros. Marca una línea diferente. Se sale de la mediocridad.