Con un cartel evocador de Álvaro Peña, una recreación histórica de 1910-1920 y un monolito en San Antolín, la fiesta más querida de la ciudad se prepara para su gran resurrección en 2026
En 2026, el Entierro de la Sardina —esa fiesta que, aunque se llame “entierro”, es en realidad una vibrante celebración de la vida— cumplirá 175 años desde su nacimiento en el barrio de San Antolín. Para conmemorar esta efeméride, la Agrupación Sardinera ha desvelado una programación especial que combina memoria histórica, arte, participación ciudadana y homenaje a las raíces del festejo.
LasGastrocronicas.com asistió a la sala noble del Moneo para realizar esta amplia galería fotográfica de la rueda de prensa:
Murcia se prepara para celebrar un hito histórico en su calendario festivo
El acto central será una recreación histórica del desfile tal como se vivía entre 1910 y 1920, una época marcada por la austeridad de la posguerra europea y, al mismo tiempo, por el entusiasmo popular que devolvió la fiesta a las calles tras su interrupción durante la Gran Guerra. El próximo 4 de marzo, Murcia retrocederá más de un siglo: carrozas fieles a las originales, vestuarios de época y una escenografía cuidadosamente documentada transportarán a vecinos y visitantes a los albores del siglo XX, cuando apenas cuatro carrozas daban forma a lo que hoy es un espectáculo declarado de Interés Turístico Internacional.

Pablo Ruiz Palacios, presidente de la Agrupación Sardinera, destacó que este homenaje no busca ser una mera representación, sino “un acto cultural que aspire a convertirse en un referente en la historia de Murcia”. Recordó que en 1919, tras años de silencio festivo, la ciudad clamó por el regreso de la Sardina, y ocho carrozas marcaron su renacimiento. “Ahora, 175 años después, volvemos a ese espíritu de resurrección”, afirmó.

Un cartel que rescata tesoros del pasado
La imagen oficial de esta conmemoración ha sido creada por el artista murciano Álvaro Peña, cuyo cartel evoca los “cachivaches” —hoy auténticos tesoros— que formaban parte del Entierro en sus primeras décadas. La obra, descrita como “símbolo de identidad y orgullo sardinero”, no solo celebra la longevidad de la fiesta, sino también su esencia irónica y popular: nacida como una burla a la solemnidad, sigue siendo un acto de alegría colectiva y libertad creativa.
Más allá del desfile: un año de actividades
La celebración se extenderá durante todo 2026 con iniciativas que buscan involucrar a todas las edades. Entre ellas, destaca la instalación de un Belén artesanal en el Real Casino de Murcia, obra del reconocido creador cartagenero Juan José Quirós. También se organizarán talleres sostenibles —de reciclaje de plástico, confección de blusones sardineros y escultura— y una media maratón nocturna que recorrerá los lugares emblemáticos del festejo.

Además, en la Cárcel Vieja se inaugurará una exposición con imágenes históricas del Entierro, permitiendo a los murcianos redescubrir su evolución visual a lo largo de casi dos siglos. Y como recuerdo permanente, el Ayuntamiento colocará un monolito en San Antolín, el lugar donde todo comenzó en 1851, “como símbolo del amor de los murcianos a su fiesta más entrañable”, según explicó el concejal de Cultura e Identidad, Diego Avilés.

Una fiesta de todos y para todos
Antonio Botías, cronista oficial de la ciudad y antiguo “pitocrónico” del desfile, subrayó que el Entierro de la Sardina trasciende a los sardineros: “Es la fiesta que define a los murcianos. No sabemos celebrar si no regalamos algo… y en esa noche mágica, cuando se lanzan los juguetes desde las carrozas, todos somos niños otra vez”.

Con esta programación, la Agrupación Sardinera no solo rinde tributo a quienes inventaron esta tradición en pleno siglo XIX, sino que reafirma su compromiso con una fiesta que, lejos de morir, se renueva cada año con la misma ilusión que en sus orígenes. Como reza el himno: “La Sardina no muere, se inmola… y resucita en cada primavera”.





















