Antonio García Sánchez, (Mula, 1972), más conocido en todo el mundo como Nono García, es sin duda uno de los mejores y más conocidos pintores murcianos y de toda España, y podríamos decir, uno de los mejores artistas ‘gastronómicos’ de los últimos tiempos ya que está considerado como uno de los más importantes renovadores del género de la naturaleza muerta o del bodegón en España.
Vive desde hace más de 25 años del mundo de la pintura (aquí podemos acceder a su biografía), con exposiciones y cursos en toda Europa, y ha recibido innumerables reconocimientos por su excepcional trayectoria que sería imposible resumir en estas líneas. Admira la pintura de Ramón Gaya, Pedro Cano o Juanjo Martínez Cánovas y compagina su tarea con los pinceles con su faceta didáctica impartiendo cursos por toda Europa y todo el mundo, ahora especialmente a causa de la pandemia, de forma online a través de diferentes plataformas de Internet.
Según él mismo detalla, su estilo es figurativo y realista, «pero a mi me gusta definirlo como Realismo Nostálgico. Me gusta que la pintura tenga un cierto toque de nostalgia. Me atrae el tiempo, lo antiguo, cualquier cosa vieja, pero no soy de “cualquier tiempo pasado fue mejor” creo que lo mejor está siempre por venir», ha declarado en más de una ocasión. «Mi mejor cuadro está por llegar», asegura.
Aunque tiene su estudio en Mula, a tiro de piedra de la casa de su madre, no la atosiga pidiéndole ‘Túppers’ de comida ya que, según ha contado en la extensa entrevista dedicada a LasGastrocronicas.com, es un auténtico «cocinillas» y, cuando no come en alguno de sus restaurantes favoritos, le encanta cocinar en su casa, especialmente su plato favorito, las gachasmigas muleñas, con tropezones.
Con Nono García compartimos una agradable mañana con visita a su ordenadísimo estudio, entre decenas de espectaculares lienzos y un auténtico museo de antigüedades con el espectacular ajuar que utiliza para componer sus famosos bodegones: vajillas, vasos, quincalla, cucharas, cuchillos, cazos, raseras y demás artilugios gastronómicos en los que pareciese haberse detenido el tiempo, algo en lo que Nono es un auténtico maestro, en detener el tiempo en la atmósfera de sus cuadros.
La entrevista concluyó, como no podía ser de otra manera, ante una mesa y mantel en el restaurante muleño ‘Cuchillo de Palo’.
– ¿Tienes antecedentes familiares en el mundo de la pintura?
– La verdad que no en el mundo de la pintura pero, aunque mi padre era fontanero, le gustaba mucho dibujar y a mí me encantaba acompañarle a la tienda de Medina en Platería a comprar papel de acuarela, carboncillos, lápices, pinceles. Yo creo que fue él quien me creó el gusanillo en la infancia. Después, cuando comencé a pintar, mi padre era mi fan número uno. Murió de la noche a la mañana por un ictus fulminante.
– ¿A qué edad comenzaste a pintar?
– Desde bien pequeño. A mis hermanas les hacía dibujos para regalarles en el día de su cumpleaños. La verdad que de pequeño no era muy buen estudiante, tampoco en los deportes, yo era el portero más goleado de toda la liga del colegio. En 1º de E.G.B. ¿qué años se tenían, 5? gané el primer premio en el concurso del día del maestro; dibujé a unos niños jugando en el columpio y al profesor vigilando y gané una caja de ceras Manley y unos lápices con cabezas de animales de goma. Después me matriculé en la Escuela de Artes y Oficios de Murcia y con 20 años ya daba clases de dibujo en Mula.
– ¿Recuerdas tu primera exposición?
– Tenía 17 años, fue en el aula de cultura de la Caja de Ahorros del Mediterráneo, la antigua CAM.
– Pero no siempre has trabajado en la pintura, ¿no?
– De 1999 a 2004 estuve trabajando cinco años en El Corte Inglés, en el departamento de sonido y televisión. Yo vendía los famosos ‘Home Cinema’. Después me casé, ahora estoy divorciado, sin hijos y con una nueva pareja con hijos ‘mayorcicos’, y estuve dos años sin pintar, hasta que a la vuelta de unas vacaciones, un compañero de trabajo me presentó al director de Kim Gallery, en el edificio de los 9 pisos en Murcia, a quién le mostré algunos de mis cuadros y me propuso exponer de forma exclusiva en su galería. Allí empecé a vender y decidí dejar el trabajo y dedicarme a pintar.
– Y a partir de ahí llegaron tus grandes exposiciones…
– Mi exposiciones más importantes fueron al dejarme la galería. Yo era muy tímido y mi trabajo en El Corte Inglés me sirvió para soltarme, cambió mi forma de relacionarme con la gente y eso me ha servido mucho en mi carrera. Comencé a hacer exposiciones por todos lados, en el Palacio del Almudí, Teatro Romano de Cartagena, por toda España, Italia, Moscú y hasta Nueva York y vendí muchos cuadros.
– ¿Vendes más por encargo o a través de tus exposiciones?
– Ya no es como antiguamente y no se vende tanto en las exposiciones, ahora es más por encargo, sobre todo los paisajes.
– ¿Qué proporción ocupan en tu obra los paisajes y los bodegones?
– En los últimos 20 años podría decir que un 50% cada una de las dos temáticas.
– En tu pintura empleas tonos ocres o grises fundamentalmente, ¿Por qué?
– Siempre he sido más dibujante que pintor por eso le doy poco protagonismo al color. Me gusta más recrear atmósferas, brumas con tonos sepias que transmiten la sensación del paso del tiempo. Me gusta recrear, bodegones, piezas arqueológicas, y paisajes antiguos en los que el paso del tiempo está muy presente. La verdad que el tema del paso del tiempo está muy presente en mi obra.
– ¿Nunca has tocado el tema retratos?
– Sí, el retrato lo toco, pero metido dentro de los bodegones, como hacía Ramón Gaya, una de mis mayores influencias. Manolo Fernández Delgado, director del Museo Gaya me dijo que yo le habría caído muy bien a Gaya, a quien no llegué a conocer.
– ¿Pintas del natural?
– La mayoría de mis paisajes los pinto del natural, pero en muchos casos también a partir de fotos. Los bodegones los compongo yo en mi estudio y los pinto del natural. También he participado en muchos concursos de pintura al aire libre. Otros muchos de mis cuadros son collages elaborados a partir de muchos elementos, como si se tratase de piezas de un puzzle.
– Muchas de tus obras dan la sensación de estar inacabadas…
– Me gusta dejar muchos espacios en blanco y zonas inacabadas…
– ¿Cuál es el cuadro de los que has hecho al que más cariño le tienes?
– Casi siempre, al que más cariño le tengo es al último que he pintado.
– ¿Tienes algún cuadro que no venderías?
– Sí, tengo un cuadro que no está en venta, es un retrato de mis padres de novios. Si todos los cuadros de los que me enamoro no los vendiese no vendería mucho. Cada serie que va apareciendo me va pareciendo lo mejor que he hecho y me permiten ver que voy avanzando. Todos mis cuadros recién pintados son los que más me cuesta venderlos pero tengo claro que el mejor cuadro está por llegar.
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– Ahora estás haciendo cursos por toda Europa…
– Estoy impartiendo cursos en cinco países, Rusia, Italia, Lituania, Francia y España, especialmente desde el inicio de la pandemia. Son cursos online, con Moscú, con una galería con la que he trabajado. Cuando comenzó la pandemia me acojoné porque todas las galerías estaban cerradas y nadie podía visitarlas; a mi estudio tampoco podía venir nadie y entonces aposté por las redes sociales. Recuerdo que pasé de 6.000 a 26.000 seguidores en Instagram en pleno confinamiento. Publiqué procesos de creación de una acuarela y conseguí más de mil seguidores en un mes a través de mi cuenta de instagram @nonogarcia. A partir de ahí me llegaron encargos para Arabia Saudita, trabajos para elaborar etiquetas para productos gourmet, envoltorios de productos. Y ahora, que estamos menos confinados, la gente ha vuelto a venir al estudio. Creo que me he sabido adaptar, especialmente con los cursos online. Estoy en plataformas como patreon.com, una plataforma de micro mecenazgo, donde subo mis tutoriales y la gente se suscribe por un módico precio.
El pasado lunes di un curso para Lérida, el mes que viene impartiré un curso para Indonesia, otro para Buenos Aires y otro en noviembre en Sevilla. También trabajo en otras plataformas como Blurone, en donde subo mis tutoriales.
Uno de los últimos cursos iba a ser en Marruecos, una especie de safari pictórico, que no se pudo hacer finalmente a causa de la pandemia.
– ¿Por cuánto podemos comprar uno de tus cuadros?
– Tengo cuadros de diferentes precios, desde 400 a 12.000 euros.
– ¿Cuál es el cuadro más caro que has vendido?
– Podríamos decir que el precio medio de mis cuadros anda entre 500 y 2.000 euros. El más caro que he vendido recientemente creo que fueron unos 8.000 euros.
– ¿Qué quieres ser de mayor?
– Yo, de mayor, quiero quedarme como estoy. Soy la persona más feliz del mundo. Todo el tiempo que tengo lo empleo en hacer lo que más me gusta que es pintar.
– Hablemos de gastronomía. ¿Eres cocinillas o te consideras cocinero?
– Cocino casi todos los días, aunque no tengo cocina en mi estudio. Me cocino arroz con verduras o cualquier otro guiso. Me relaja, no le pido ‘Tuppers’ a mi madre. También me gusta mucho visitar buenos restaurantes.
– Cuál es tu plato favorito?
– Sin duda las gachasmigas de Mula, con tropezones. No me gusta el pescado. Los arroces me encantan de todo tipo, la pasta, la lasaña…
– Pero no sueles pintar muchos productos en tus bodegones…
– En 2013 pinté el cartel del pastel de carne. Pinté un pastel de Zaher, partido. Quiero ir introduciendo más productos en mis próximos cuadros, frutas y verduras… por ejemplo el rojo del tomate. La verdad es que me estoy volviendo cada vez más clasicón y me encuentro cada vez más a gusto.
– ¿Cuáles son tus próximos proyectos?
– Hace unos días inauguramos la exposición en el Convento de San Francisco de Mula ‘1520: Obra en proceso’, una muestra conmemorativa del V Centenario del Castillo de Mula que reúne la visión de 19 artistas de Mula y la Región de Murcia sobre el emblemático edificio, con motivo del V Centenario del inicio de su construcción, con óleos, acuarelas y fotografías de artistas muleños y del resto de la Región. Mi próxima exposición será en septiembre, en Italia, en el Museo del Papel, en la provincia de Ancona, donde ya expuse en 2013.
SOBRE EL ARTISTA
Nono García
Nono García (Mula, Murcia) 1972. Pintor
Nono García es uno de los grandes renovadores del género del bodegón en España. De su obra emana sinceridad, aquello que él siente ante el tema, lo que se aprecia en sus trabajos de los últimos años, donde alcanza cotas de enorme lirismo.
Estudió en la Escuela de Artes y Oficios de Murcia. Desde hace más de veinticinco años se dedica exclusivamente a la pintura. Su trabajo oscila entre dos técnicas, el acrílico y la acuarela, siempre con el agua como protagonista.
Su buen hacer le ha llevado a ejercer como profesor en multitud de ocasiones. Destacan los cursos realizados en países como Rusia, Italia, Lituania, Francia, Marruecos, así como diversas ciudades de la geografía nacional.
Su obra forma parte de importantes colecciones públicas y privadas españolas y europeas, destacando entre otras instituciones y fundaciones: Museo della Carta e della Filigrana, Fabriano (Italia); Gabarrón Foundation, New York (EEUU) o la Fundación Montblanc, Bruselas (Bélgica).
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Ha sido sincero pinta DIBUJOS,soy demasiado nuevo en lo digital,pero muy expertoen pintura.