La crisis económica provocada por la pandemia de COVID-19 en la Región de Murcia se ha cobrado una nueva víctima esta semana con el cierre definitivo del veterano y popular restaurante ‘El Prior’ de Santiago El Mayor-Ronda Sur de Murcia, en la calle Calle Antonio y Manuel Martínez, 35, que el pasado domingo, 26 de septiembre, bajó sus persianas por última vez y de forma definitiva, después de quince años de trayectoria.
Según ha informado a LasGastrocrónicas.com su gerente y fundador, José Antonio Prior quien, visiblemente afectado por la drástica decisión, nos comentaba que «después de casi dos años desde el inicio de los cierres y restricciones hemos ido tirando de lo poco que teníamos ahorrado. Hemos intentado tirar hacia adelante de una forma u otra, pero tras abrir y cerrar sucesivamente, no hemos podido aguantar. Sí que es verdad que en las últimas fechas los fines de semana hemos tenido mucha gente, pero durante la semana, ha sido muy flojo y los gastos nos han comido».
Según explica Prior, que en esta última etapa tuvo que reducir la plantilla a solo tres trabajadores, «esta semana la hemos dedicado a desmontar y sacar todo el material».
«Las consecuencias del COVID, restricciones y una lucha sin tregua nos han llevado para delante -nos explica José Prior-. Quiero agradecer a nuestros clientes pues el domingo nos fuimos sin despedirnos, después de estar llenos durante horas. También quiero dar las gracias a amigos, familiares, camareros y cocineros que han pasado por aquí. Hemos vivido por y para el cliente y para darle lo mejor del producto de cada temporada y creo lo hemos hecho. Para mi es una derrota he luchado con todas mis armas por seguir pero no pude más. Así que un gran abrazo. ¡Pura hostelería murciana corre por mis venas! y creo que hemos hecho un trabajo bien realizado y siempre pendientes de nuestros clientes. No se si decir adiós o hasta luego pues creo que soy lo que soy y costará cambiarme».
José Prior, que durante todos estos años ha sido muy activo a través de las redes sociales del restaurante, nos confiesa que se siente sin fuerzas ni siquiera para anunciar por ese medio la triste noticia a sus muchos clientes y amigos, que se llevarán una desagradable sorpresa cuando lean esta noticia en LasGastrocrónicas.com.
«No descarto volver algún día, porque el Prior es hostelería pura y dura -nos comenta- pero, de momento, necesito descanso, recuperarme y tomar una decisión. Nunca voy a dejar de ser El Prior. Eso sí, si alguien necesita cubrir un puesto de camarero, que me lo haga saber».
Mesón El Prior
Hace cinco años, escribía en La Opinión esta crónica del Mesón El Prior:
En la Eclesiología cristiana el término ‘prior’ se refiere al monje superior de cualquier convento o abadía y no es casualidad que Prior sea también el apellido paterno del responsable del resultado final de todos y cada uno de los platos que salen de la cocina del mesón-restaurante El Prior desde el 15 de febrero de 2007. Ninguno de esos platos cocinados por Janet, Fusia e Isa, será servidos en una mesa por su encargado Sergio Mateo o su camarero Mario Clemente si antes no le ha dado el visto bueno y han sido aprobados por José Antonio Prior Pérez que cuenta con más de 16 años de experiencia en el mundo de la hostelería desde la Venta Los Cobachos a la Plaza de las Flores.
“En mi negocio me esfuerzo en tener los productos de calidad y la elaboración que a mí me gusta exigir cuando salgo a comer a otros restaurantes; –explica José Antonio– huimos de las fritangas y nos empleamos en tener una cocina basada en producto fresco hecho en el momento”. Esa, y unos precios ajustados, es la fórmula que les ha permitido mantenerse durante estos nueve años en los que han logrado, gracias a su adictiva cocina, una clientela más que asídua que no dudará a la hora de recomendar a sus más cercanos allegados los aperitivos, comidas y cenas de El Prior.
Cuando accedemos a El Prior nos llamará la atención un maniquí en su puerta que, como si de una virgen se tratase, cuenta con una vecina ‘camarera’ que se ocupa de variar su vestuario, sus gafas y hasta su peluca.
Cuentan con un coqueto comedor interior y una amplia terraza. “Come… bebe… que la vida es breve” es el eslogan que nos encontramos antes de acceder al local en uno de los toldos de su terraza y una pizarra tras la barra reza: “Mesón Prior, de lo bueno, lo mejor”. Y hay que reconocer que así es cuando probamos su excelente pulpo al horno, (preparan entre 800 y 1.000 kilos al mes) con receta propia, que elaboran todos los días o su amplia oferta de aperitivos como su ‘Mantamarinera’ con anchoa del Cantábrico, calamares con almejas plancha y salsa verde, sepia, hueva y letón, mojama, bonito, tigres, caballitos, variedad de croquetas caseras, huevos Prior, cazuela de chanquete al ajillo con almejas y gambas, todo tipo de marisco de primera calidad como los langostinos de Vinaroz o la quisquilla de arrastre de Mazarrón, o su surtido de calamar nacional, cigalas, gamba roja y almeja nacional.
Ofrecen gran variedad de pescados como el atún de ijada, gallo pedro, lubina, dorada, boquerones, emperador o merluza así como guisos más elaborados como el rabo de toro, callos con garbanzos, caracoles con salsa picante, manitas de cerdo o carrillera de cerdo ibérica. En cuanto a carnes su plato estrella es el lomo alto de buey asturiano con patatas y pimientos y también preparan unas riquísimas costillas de cordero segureño, cochinillo segoviano al horno y paletilla de cabrito.
Cuentan con una hamburguesa de angus, la Priburger, y con más de una veintena de diferentes tipos de montaditos, la mayoría inventados por ellos, como el ‘Cheep burger’ con lomo, queso, tomate y mayonesa, de buey con foie, el Prior con tortilla francesa, anchoa del Cantábrico, tomate y mayonesa, de salmón, de bacalao, de filetes de caballa, de roquefort, o los premiados montaditos ‘Soterramiento’ con varias preparaciones como el de rabo de toro con patata, cebolla caramelizada y mostaza con miel; o el de sobrasada ibérica, queso fresco, sardina limpia, huevo de codorniz, pimiento de padrón y jamón.
Ofrecen también un menú diario, por diez euros, que incluye dos caballitos, ensalada, plato del día o combinado de emperador o merluza o carne como lomo, costillas o pechuga, postre, café y bebida. Y los viernes, sábados y domingos preparan un excelente arroz a banda o, por encargo, de cualquier otro tipo. Todos sus postres son caseros desde su tarta de la abuela, de queso, profiteroles, milhoja, tocino de cielo, pan de café o pan de Calatrava. En cuanto a vinos su no muy extensa carta ofrece riojas, jumillas o riberas.