En la presentación han participado el gerente del restaurante, Carlos Gracia, el fotógrafo Juan de la Cruz Megías y el director de Comunicación de Estrella de Levante, Yayo Delgado
Los hermanos Gracia Ibáñez, propietarios del restaurante Torremolinos, han presentado hoy, martes 12 de diciembre, el libro conmemorativo de su quincuagésimo aniversario: Un restaurante con alma. Torremolinos 50 años (1973-2023). La publicación, de 72 páginas, realiza un recorrido por la trayectoria ascendente que ha experimentado este negocio familiar en las últimas cinco décadas, desde que abriera sus puertas en 1973 como un bar-merendero con tienda de ultramarinos, hasta convertirse en el referente de la gastronomía típica murciana que es en la actualidad.
LasGastrocrónicas.com ha realizado un amplio reportaje fotográfico de la rueda de prensa de esta mañana:
La presentación ha tenido lugar en el propio restaurante, en el salón-terraza que, en honor a Concha Ibáñez -madre de los actuales propietarios y fundadora–, se conoce como ‘La Concha’. En el acto han participado Carlos Gracia, gerente del Torremolinos; Yayo Delgado, director de Comunicación y Relaciones Externas de Estrella de Levante, y el fotógrafo Juan de la Cruz Megías, autor de la mayor parte de fotografías que aparecen en el libro. Los hermanos Inma y José Gracia Ibáñez, son relaciones públicas y jefe de compras del restaurante, respectivamente.
Con redacción y diseño de Alternativas de Comunicación, el libro conmemorativo emula al clásico álbum de fotografías apaisado, con el que se pretende dejar constancia –para recuerdo de familiares, amigos y clientes– de la evolución de este emblemático restaurante murciano en las últimas cinco décadas. La narración de la ‘hazaña empresarial’ se estructura en cinco secciones: historia familiar, gastronomía, equipo humano, clientes y amigos y espacios y ambientes.
Un trabajo ‘sacrificado’, pero sin dramas
Como no podía ser de otra manera en un libro de estas características, la sección dedicada a la historia familiar es la más extensa, remontándose a los duros inicios en los que los fundadores, Francisco Gracia y Concha Ibáñez, hicieron gala de su fortaleza, coraje y espíritu de sacrificio para sacar adelante el negocio.
Un espíritu que sigue estando presente en la segunda generación que regenta el restaurante, tal y como se puede comprobar en las numerosas anécdotas que salpican esta sección, especialmente la parte dedicada a la época en la que hogar y negocio compartían espacio, cuando la vida familiar transcurría al ritmo del restaurante. “La banda sonora de nuestra infancia fueron las canciones que sonaban en el tocadiscos o la gramola del bar, las de Manolo Caracol o Rafael Farina”, sonríe Carlos Gracia al recordarlo. Además, relata la sensación agridulce con la que “dábamos la bienvenida a las vacaciones escolares porque sabíamos que, a diferencia de muchos de nuestros compañeros de clase, durante esos días de fiesta nosotros tendríamos que colaborar en el restaurante familiar. Pero eso es algo específico de nuestra profesión con lo hemos aprendido a vivir con naturalidad, sin tragedias ni dramas”, puntualiza.
También tienen gran valor documental las páginas que reflejan la importancia del Torremolinos como punto de encuentro vecinal, con fotografías de época que son auténticos testimonios gráficos de competiciones de bolos huertanos, partidas de dominó, reuniones matinales de clientas y amigas, fiestas familiares…
Además, se puede apreciar cómo han ido mejorando las instalaciones gracias a las numerosas reformas realizadas para ampliar y modernizar el establecimiento, sin perder su esencia de restaurante tradicional. Entre estas mejoras destacan la emprendida en 2020 para remozar completamente el salón-terraza conocido como ‘La Concha’ y la gran reforma del pasado verano para construir una moderna cocina con los últimos avances en cuanto a equipamiento hostelero.
El nombre Torremolinos surgió como homenaje a la familia que acogió a Francisco Gracia en Alemania, que eran naturales de esa localidad malagueña, ha explicado Carlos a los medios de comunicación asistentes a la rueda de prensa. Por la noche, tuvo lugar en Torremolinos un ágape para celebrar, con clientes y amigos del establecimiento, el aniversario del restaurante.
Gastronomía tradicional
El apartado de gastronomía permite conocer con profundidad las señas distintivas que han hecho grande a este restaurante: los embutidos caseros (realizados con las partes nobles del cerdo en las matanzas semanales), los guisos y platos de cuchara elaborados a fuego lento y siguiendo las recetas originales de doña Concha y el dominio del arte de las brasas para preparar carnes y embutidos. A todo ello se une una amplia carta de tapas típicas murcianas y postres caseros tan murcianos como los paparajotes, de los que pueden llegan a servir hasta 150 unidades al día. En este apartado destacan las famosas morcillas del Torremolinos, seleccionadas para representar a la Región en el especial del diario El País sobre las más exquisitas de España.
No podían faltar las referencias a Estrella de Levante, la cerveza que se ha servido con fidelidad en estos 50 años de vida y que ha acompañado a la familia Gracia Ibáñez en los momentos más significativos: desde el primer grifo con bola que se instaló en la barra del bar, hasta los últimos tanques instalados en el interior del local con capacidad para 1.800 litros, que garantizan que se tiren bien frías las numerosas cañas que se consumen a diario. Estos depósitos se recargan, cada pocos días, directamente de la cisterna que llega desde la fábrica cercana, “un hecho que se enmarca en nuestra apuesta por los productos autóctonos, de proximidad o ‘kilómetro cero’, como también hacemos a la hora de seleccionar vinos, especias, olivas, carnes o verduras para confeccionar nuestra carta”, explica el gerente.
Equipo humano, una gran familia
La sección dedicada al equipo humano del Torremolinos, formado por más de 50 personas, recuerda cómo algunos de los empleados llevan casi toda su vida ligada a este negocio familiar, como es el caso del matarife Antonio Sánchez (‘El Tomate’), la profesional de la hostelería Evelyne Ricome o las cocineras Martha Macias y Esther Feijoo. “Décadas de compartir experiencias y de trabajo en equipo para conseguir una plantilla compacta y estable que nos da seguridad a todos”, comenta.
No faltan las páginas protagonizadas por los clientes, entre los que se encuentran los ‘parroquianos fieles’ que llevan más de 20 o 30 años acudiendo casi diario al restaurante, y a los que ya les une lazos de amistad.
Por último, la publicación realiza un repaso por los principales espacios y ambientes del Torremolinos, desde su emblemática tienda de embutidos –un lugar con un encanto especial que le otorga un valor añadido– hasta los salones con distintos ambientes, pasando por la bodega, el patio acristalado, la original terraza-jardín ‘La Concha’ y la gran cocina, reformada recientemente.
Mejorar y prosperar siempre, pero conservando la esencia
Con el respeto a los fundadores, a las raíces y a la tradición como bandera, el Torremolinos se encuentra ubicado en el mismo enclave donde abrió sus puertas en 1973, en la antigua carretera de Churra. “Nuestra esencia y nuestro poder está aquí, en este trozo de Murcia que nos ha visto nacer y crecer. Aquí queremos seguir dando lo mejor de nosotros, lo que sabemos hacer desde siempre”, señala Carlos Gracia, quien añade que “una vez alcanzado un nivel más que satisfactorio, ahora los esfuerzos e inversiones deben dirigirse a mantenerlo, a cuidar esa calidad que ofrecemos a nuestros clientes”.
Más que una trayectoria imparable, los hermanos Gracia quieren una trayectoria que se pare en este punto: calidad, renombre y reconocimiento. “Que respeten nuestro negocio es un orgullo y una satisfacción, pero también supone una gran responsabilidad: la de mantener ese estatus y reputación”. Con estas premisas, les emociona pensar que el Torremolinos pueda llegar a convertirse en una especie de ‘santuario gastronómico’. “Un local al que todo el que viene de fuera quiera ir y que siga conquistando a los murcianos y a nuestros clientes de siempre”, concluyen.