El legado de Pollos Maribel: cómo la autenticidad y el cariño por la cocina dejan una huella duradera
En una entrañable entrevista, Lucrecia Muñoz López, quien durante más de 25 años fue parte fundamental del equipo de Pollos Maribel en la calle Poeta Sánchez Madrigal de Murcia, comparte sus experiencias y recuerdos inolvidables. Desde momentos especiales con clientes hasta la autenticidad que hizo famoso a este establecimiento, Lucrecia nos brinda una mirada única a una época en la que la comida unía a las personas y dejaba una huella imborrable en la comunidad. No te pierdas sus reflexiones sobre la cocina, la tradición y la dedicación que la han llevado a seguir disfrutando de la gastronomía en su vida actual.
-¿Cómo describirías tu experiencia de más de 25 años trabajando en Pollos Maribel en la calle Poeta Sánchez Madrigal de Murcia?
-La describiría como una de las mejores etapas de mi vida, a nivel profesional y laboral fue una época que recuerdo con mucha añoranza, hice amistades que siguen presentes en mi vida, conocí al que a día de hoy es mi marido y mi mayor apoyo, trabajé en un sector que me permitió estar en contacto directo con personas increíbles y de las que guardo muy buen recuerdo,… En definitiva, una experiencia maravillosa.
-¿Qué te inspiró a unirte al equipo de Pollos Maribel y qué aspectos te mantuvieron en el negocio durante tantos años?
-No fue algo planeado, la oportunidad llegó mediante unas amistades comunes y me pareció interesante. Lo que no imaginé en aquel momento era que iba a marcar gran parte de mi vida.
-En el transcurso de tu carrera en Pollos Maribel, ¿Qué cambios has observado en la forma en que se preparan y se sirven los pollos asados?
-Pues siendo sinceros prácticamente ninguno, es curioso pero se siguen haciendo igual que hace 25 años. Cuando yo los servía lo hacía ya en los mismos envases metálicos que se utilizan ahora, la forma de hacerlos, de servirlos… Todo se ha mantenido casi de manera idéntica, no ha habido grandes modificaciones o se han creado nuevas máquinas para hacerlos de manera diferente. Si algo funciona y funciona tan bien, por qué cambiarlo? Y nuestros pollos asados funcionaban mejor que bien 😊
-¿Cuál era el truco del sabor extraordinario de los pollos que elaborabas? Cuéntanos los secretos del famoso caldo.
-El único truco o secreto era el tiempo que le dedicaba, no era algo que se hiciera de forma apresurada, surgía de la propia cocción del pollo mientras no paraba de bañarlo con su jugo mezclado con especias especias. Es curioso porque no había ningún ingrediente secreto ni una elaboración concreta o sofisticada y sin embargo la gente todavía recuerda ese caldo que acompañaba al pollo.
-¿Recuerdas tu último día de trabajo en la empresa, cómo transcurrió?
-Es un día que tengo un poco borroso, fue un poco agridulce. Por un lado me acababan de confirmar que traía mellizos pero debido a mí edad era un embarazo de riesgo. Ese último día estaba feliz por comenzar una nueva etapa por la que tenía mucha ilusión pero a la vez me embargaba un sentimiento de tristeza porque cerraba otra etapa que para mí había sido muy importante y me había dado tantas cosas. Todavía hoy me pongo triste al recordarlo.
– Cuéntanos cómo ha transcurrido tu vida después de dejar tu trabajo en Pollos Maribel.
-Ha sido muy diferente a la vida que llevaba mientras trabajaba, me casé y tuve dos hijos maravillosos a los que decidí dedicar mi tiempo. No fui madre joven y al ser mellizos se me hizo complicado poder compaginar ambas facetas por lo que tomé la decisión de dar el 100% de mi tiempo a mi familia. Ahora me dedico a disfrutar de mis nietos que son mi alegría.
-Cuéntanos alguna anécdota o recuerdo especial que hayas tenido con los clientes, amigos o proveedores del establecimiento.
-El lugar donde estaba el asadero ubicado dio lugar a que entre los diferentes comercios de la zona de establecieran muchas amistades entre nosotros, como recuerdo especial te puedo decir que soy la madrina de los hijos de algunos propietarios de esos comercios. Para mí es uno de los recuerdos que guardo con más cariño y puedo decir que actualmente sigo teniendo esas amistades y relación con mis ahijadas de las que estoy muy orgullosa de las personas en las que se han convertido.
-Pollos Maribel ha sido un lugar icónico en Murcia. ¿Puedes compartir algún momento que destaque sobre cómo has visto que el lugar haya dejado una huella en la comunidad?
-Hace 25 años que dejé de trabajar y todavía hay gente que me reconoce por la calle como la persona que le vendía ese pollo de los domingos, el que disfrutaba se en familia y cada vez que alguien me para para saludarme siempre lo hace con un recuerdo de aquella época. Y todos son recuerdos desde el cariño y la nostalgia, estoy muy feliz de haber podido formar parte de alguna manera de aquellos momentos que la gente atesora con tanto cariño.
-La comida une a las personas y genera recuerdos duraderos. ¿Has visto cómo los platos de Pollos Maribel han formado parte de momentos especiales en la vida de las personas?
-Claro, cuando trabajas durante tantos años en un sitio al final eres parte de muchos momentos especiales, un cumpleaños, una comida familiar…
– A lo largo de los años, ¿has notado algún platillo en particular que haya sido especialmente popular entre los clientes?
-En mi caso el pollo con la tarrina de alioli era lo que nunca fallaba.
-Con tantos años en el sector, ¿has tenido la oportunidad de influir o aportar ideas o técnicas en la preparación de los pollos asados?
-No, qué va. Lo único es que cuando trabajas tanto tiempo en lo mismo al final vas incorporando un poco tus propias manías por ejemplo a la hora de cortar el pollo para servirlo de una manera concreta o la forma de elaborarlo. Pero eso ha sido a nivel particular, no puedo decir que eso haya servido de base para otras personas.
-En un mundo culinario en constante evolución, ¿Cómo logró Pollos Maribel mantener su autenticidad y calidad en el servicio a lo largo del tiempo?
-Porque si algo se ha tenido siempre claro era que no se podía ofrecer cualquier cosa, nuestros clientes se merecían lo mejor y nosotros éramos los responsables de poder ofrecerles el mejor producto. Al final nuestra mejor recompensa era ver cada semana que nuestros clientes volvían.
-Después de haber sido parte integral de Pollos Maribel, ¿Qué consejo le darías a las nuevas generaciones que deseen mantener la tradición y la excelencia en el servicio gastronómico?
-Que no tengan prisa, que la mejor cocina es la que se hace desde dentro, desde el cariño, la paciencia y la dedicación. La cocina no puede ser algo rápido o sin ganas, hay que disfrutarla.
-¿Sigues cocinando de alguna forma u otra?
-Claro que sí!!! Me encanta cocinar, juntar a mi familia alrededor de la mesa y ver que disfrutan comiendo los platos que les he hecho.