Por Francisco Seva Rivadulla, periodista agroalimentario internacional
El mango es una de las frutas tropicales más apreciadas a nivel mundial, pero también es altamente perecedero. Su proceso de maduración continúa después de la cosecha, lo que puede generar pérdidas significativas si no se manejan adecuadamente las condiciones de almacenamiento y transporte. Factores como la temperatura, la humedad y la concentración de etileno juegan un papel clave en la vida útil del mango.

Según explica Juan José Caravaca, fundador y director de la empresa KeepCool, “uno de los principales retos en la postcosecha del mango es el control del etileno, una hormona natural que acelera su maduración. Durante el transporte, la acumulación de etileno en contenedores cerrados puede provocar una maduración acelerada e irregular, reduciendo la calidad y el tiempo de comercialización. Para mitigar este problema, se han desarrollado sistemas de absorción de etileno que ayudan a mantener un ambiente más estable y adecuado para la conservación de la fruta”.
Además, añade que “el uso de estos sistemas en cámaras de almacenamiento y durante el transporte de mango ha demostrado ser una estrategia eficaz para reducir la tasa de maduración, minimizar la pérdida de peso y mantener la firmeza y color de la fruta. Estudios internacionales, como los realizados por la Universidad de California-Davis y el Instituto de Investigación en Tecnología Agroalimentaria (IRTA), han demostrado que el uso de absorbedores de etileno puede reducir la tasa de maduración en un 30-50% y disminuir las pérdidas por deterioro en un 20-40%. Además, una investigación en Colombia sobre el uso de permanganato de potasio y zeolita en el almacenamiento de frutas tropicales mostró un aumento en la vida útil del mango de hasta 7 días en condiciones óptimas”.
“Es importante destacar que no todos los absorbedores de etileno son iguales. En algunos casos, ciertos sistemas pueden liberar polvo o generar lixiviados en condiciones de alta humedad, lo que podría afectar la seguridad alimentaria. Sin embargo, existen soluciones avanzadas como las utilizadas en sistemas de filtrado europeos, que garantizan una eliminación eficiente del etileno sin riesgos de contaminación. En particular, tecnologías como las implementadas en cadenas de suministro que utilizan materiales filtrantes seguros aseguran al 100% la seguridad alimentaria, sin liberar residuos ni comprometer la calidad de la fruta”, apunta nuestro entrevistado.
“Además de la absorción de etileno, el control de temperatura es esencial para preservar la calidad del mango. Un almacenamiento adecuado entre 10 y 13 °C retrasa la maduración y reduce el riesgo de enfermedades postcosecha. La combinación de estas tecnologías con una adecuada ventilación en los contenedores de transporte es clave para garantizar que la fruta llegue en óptimas condiciones a su destino final.
Dentro del mismo contexto, nuestro consultado destaca que “la implementación de tecnologías para la reducción del etileno en la postcosecha de mango no solo beneficia a los exportadores al reducir mermas, sino que también mejora la experiencia del consumidor, al ofrecer un producto con mejor textura, sabor y vida útil prolongada. Invertir en soluciones de conservación adecuadas, como los sistemas avanzados de filtrado de etileno que han demostrado su eficacia en cadenas de distribución europeas, es una decisión estratégica para la industria del mango, asegurando un producto de alta calidad desde su origen hasta su destino”.
Referencias:
- Universidad de California-Davis: https://postharvest.ucdavis.edu/
- Instituto de Investigación en Tecnología Agroalimentaria (IRTA): https://www.irta.cat/
- Investigación sobre permanganato de potasio y zeolita en Colombia: https://www.unal.edu.co/estudios-etileno-mango
Francisco Seva Rivadulla es periodista agroalimentario internacional