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GASTROCRONICAS

Adiós, Chef Alberto: el corazón de la cocina de El Tío Sentao se apaga un mes después que su jefe

Alberto Fenoll Martínez, leal ayudante de cocina y hombre de gran corazón, deja un legado de generosidad y sabor en Murcia


 

El pasado 5 de julio de 2025, a los 55 años, falleció Alberto Fenoll Martínez, ayudante de cocina y camarero del mítico restaurante El Tío Sentao de Murcia, tras sufrir un infarto. Su partida, tan repentina como dolorosa, ha dejado un vacío profundo en la cocina murciana y, especialmente, en el corazón de quienes tuvieron el privilegio de conocerlo.

Solo un mes después del fallecimiento de su jefe, Mariano Iniesta Bolarín, el tercer Tío Sentao, el destino ha querido que ambos, maestro y discípulo, se reúnan en la memoria colectiva de la ciudad. Una pérdida doble que ha conmovido al sector hostelero y a una clientela fiel que los vio como una familia.

Alberto, nacido el 6 de julio de 1969, llevaba nueve años trabajando en El Tío Sentao, donde no solo era un trabajador, sino un pilar fundamental del equipo. Aunque sufría de problemas cardíacos y pulmonares, su compromiso con el trabajo era absoluto. Le gustaba que le llamasen «Chef Alberto«, un título que reflejaba su orgullo por su oficio, su pasión por la cocina y su deseo de hacer las cosas bien.

Durante una baja médica en las semanas previas a su fallecimiento, confesó a una amiga común: «Estoy fatal porque el jefe me quiere a su lado. Me fastidia fallarle a esta familia, pero voy con oxígeno». Palabras que resumen su lealtad, su entrega y su sentido del deber. Para él, El Tío Sentao no era solo un lugar de trabajo: era su segunda familia.



Un hombre bueno, de gran personalidad

Más allá de los fogones, Alberto era un hombre generoso, cercano y de gran personalidad. Le encantaba el café bien cargado, disfrutar de una buena conversación y, en sus ratos libres, hornear tartas que compartía con amigos y compañeros. Vivía en Barriomar, un barrio que lo vio crecer y al que siempre estuvo profundamente unido.

Su sonrisa, su humor y su forma de estar en el mundo lo convirtieron en un referente afectivo para quienes lo rodeaban. «Era un hombre bueno que le gustaba vivir», recuerdan quienes lo conocieron. Y es precisamente esa vitalidad, esa alegría por los pequeños placeres, lo que hoy más se echa de menos.

Alberto, a la izquierda, junto Manuel y Mariano Iniesta.

El último adiós

Su cuerpo fue velado en el Tanatorio Arco Iris (Sala 3), donde amigos, compañeros de trabajo y vecinos desfilaron para despedirlo con cariño y respeto. La ceremonia funeral se celebró el domingo 6 de julio a las 11:15 h en la capilla del tanatorio, antes de su traslado al cementerio de Nuestro Padre Jesús.

El viernes 11 de julio, a las 20:00 h, se ofició una misa en su memoria en la Iglesia de la Purísima de Barriomar, un acto íntimo y emotivo en el que familiares y amigos se unieron para elevar una oración por su alma, bajo el consuelo de las palabras del Evangelio: “Yo soy la resurrección y la vida. El que cree en mí, aunque muera, vivirá” (Juan 11:25).

Descansa en paz, Chef Alberto. Tu ausencia duele, pero tu legado permanece: en cada plato que salió de tu cocina, en cada risa que provocaste, en cada tarta que horneaste con amor. Eres, y serás siempre, un ejemplo de lealtad, trabajo y bondad.

Que el Señor te reciba en su paz infinita.
Y que Murcia no olvide tu nombre: Alberto Fenoll Martínez, el hombre que cocinó con el alma y vivió con el corazón.




 


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