Diferentes servicios del Ayuntamiento de Murcia han acometido esta mañana labores de inspección de la Capilla del Vía Crucis para comprobar, analizar y estudiar su estado, siendo este el punto de partida para la redacción del proyecto integral de rehabilitación y puesta en valor del inmueble
El Consistorio plantea convertir este bien cultural en un espacio singular, expositivo y museístico, dedicado a mostrar y celebrar el rico patrimonio cultural, así como lugar de interpretación de los auroros de la huerta de Murcia, declarados Patrimonio Inmaterial de la Humanidad, haciendo de este inmueble un espacio vivo y dinámico
El alcalde de Murcia ha destacado que “su recuperación no solo enriquecerá el patrimonio de Murcia, sino que también servirá como un importante motor para el desarrollo cultural y turístico, contribuyendo a mantener viva la memoria y la identidad de nuestra ciudad”
La Ermita del Salitre ha abierto sus puertas por primera vez en medio siglo para permitir a los técnicos del Ayuntamiento de Murcia las labores de inspección a fin de poder comprobar, analizar y estudiar el estado.
El Alcalde de Murcia, José Ballesta, ha asistido al derribo del muro que tapiaba desde hace décadas la histórica ermita del siglo XVIII, anunciando que estos trabajos suponen el inicio de un proyecto de rehabilitación integral y puesta en valor del inmueble, lo que permitirá devolver a Murcia un símbolo de identidad. El primer edil ha señalado que la recuperación y puesta en valor del patrimonio es uno de los pilares sobre los que debe asentarse el proyecto de una ciudad que cumplirá el año que viene doce siglos de historia.
Se da de esta forma un paso más en los trabajos realizados por el Consistorio para asumir la propiedad de una ermita que es símbolo de nuestra historia y la única superviviente del vía crucis que constituyeron los monjes franciscanos en el siglo XVI.
De esta forma, y fruto del trabajo conjunto realizado por las concejalías de Fomento y Patrimonio, que dirige Rebeca Pérez; la de Planificación Urbanística, Huerta y Medio Ambiente, de Antonio Navarro; y la de Cultura e Identidad, de Diego Avilés, se da un paso fundamental para la completa rehabilitación y recuperación de la ermita para todos los murcianos.
Estos trabajos, en los que han participado técnicos del Servicio de Patrimonio y operarios de Servicios Generales, cuentan con la autorización del Servicio Regional de Patrimonio del Estado, resultan fundamentales para conocer el estado real del inmueble y sus necesidades de cara a la rehabilitación.
El Ayuntamiento de Murcia continúa dando los pasos necesarios para incorporar este inmueble al patrimonio municipal con el objetivo de que lo puedan disfrutar todos los murcianos.
Cabe recordar que el Tribunal Superior de Justicia dictaminó en 2022 que la ermita no tenía dueño conocido, por lo que, de conformidad con la Ley de Patrimonio del Estado, pertenecía a la administración central.
Ya en julio de 2023, a los pocos días de constituirse la Corporación, el Consistorio solicitó su adquisición al Estado a fin de poder proceder a una rehabilitación y puesta en valor de la que se dan ahora sus primeros pasos.
No fue hasta el 30 de abril de este año cuando la Dirección General de Patrimonio acordó su incorporación al patrimonio de la Administración central, volviendo a transmitirse en ese momento la voluntad del Consistorio de asumir la propiedad de la misma
El objetivo de incorporar este inmueble al capital municipal obteniendo su cesión por parte del Estado no es otro que devolverle su esplendor con las actuaciones de rehabilitación oportunas, consagrando de esta forma la recuperación del patrimonio como proyecto estratégico, lo que ha permitido recuperar espacios para los murcianos tan importantes como Madina Mursiya, las Fortalezas del Rey Lobo, San Esteban, la Cárcel Vieja o el Molino del Amor y son historia viva de una ciudad que cumplirá 1200 años en 2025.
El alcalde de Murcia José Ballesta ha destacado que «con el proyecto ‘Murcia Barroca‘ buscamos reconciliar a Murcia con su historia, devolviendo el esplendor a esos vestigios del pasado que nos legaron a lo largo del tiempo; por ello, se busca defender, rehabilitar, conservar y ensalzar el patrimonio artístico y cultural que existe en Murcia y del que la Ermita del Salitre es un claro exponente».
Una vez finalizados estos trabajos de inspección volverá a ser cerrada hasta la puesta en marcha de la rehabilitación que permitirá su apertura definitiva.
Un espacio cultural vivo y dinámico
El Ayuntamiento de Murcia propone que el edificio se convierta en un espacio singular, expositivo y museístico, dedicado a mostrar y celebrar el rico patrimonio cultural de Murcia, permitiendo que no sea solo un lugar de visita, sino un centro dinámico de actividad cultural. A su vez, se proyecta utilizar el edificio como lugar de interpretación de los auroros de la huerta de Murcia, una tradición musical y religiosa y que han sido declarados Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.
En definitiva, «su recuperación no solo enriquecerá el patrimonio de Murcia, sino que también servirá como un importante motor para el desarrollo cultural y turístico, contribuyendo a mantener viva la memoria y la identidad de nuestra ciudad», ha destacado el primer edil del Consistorio murciano, José Ballesta.
Un edificio histórico
La capilla del Vía Crucis, conocida como Ermita del Salitreo, datada del siglo XVIII, está ligada a la Real Fábrica del Salitre de Murcia, antiguo complejo industrial creado en 1654 por Real Orden de Felipe IV para proporcionar materia prima para la fabricación de pólvora.
En 1598, los monjes franciscanos descalzos del Convento de Santiago establecieron un vía crucis con 14 estaciones, comenzando en la iglesia de San Miguel y terminando en la del Calvario, situada en la Puerta de Castilla.
La ciudad contó con un total de 28 capillas de vía crucis, siendo la del Salitre la única que existe en la actualidad. Esta ermita es la única que ha sobrevivido a esas 14 estaciones y era la parada anterior a la de la cercana iglesia de los Pasos de Santiago.
La ermita, de estilo rococó conserva en su declaración exterior la típica rocalla tan característica al siglo al que pertenece, así como adornos en las ventanas de su cúpula, una cruz en la fachada bajo el frontón triangular y enmarcada por pilastras sobre la puerta de acceso a la nave, y un altar en el intercolumnio greco-romano, además de un Ecce Homo y una Dolorosa.
Sucumbió a la Guerra Civil en 1936 y tuvo que ser levantada en 1952. «Es la única que queda de todo ese vía crucis. Tiene como peculiaridad, además en su interior, junto a los elementos patrimoniales originales del siglo XVII, una actuación que debió hacerse ya en el siglo XX y son las pinturas del reconocido pintor murciano Muñoz Barberán, que son los que ilustran en este momento toda la parte superior del monumento. El objetivo es recuperarlo, es rehabilitarlo, dentro del proyecto Murcia Barroca que estamos llevando a cabo, y que se constituya como un elemento más de nuestro patrimonio con el objetivo de ponerlo a disposición de todos los murcianos», ha explicado Ballesta.