Del 15 al 23 de noviembre, los fogones de la pedanía se convierten en escenario de una celebración colectiva donde cada tapa —a solo 3,50 € con bebida— cuenta una historia de mar, huerta y arraigo festivo

Con la ilusión como ingrediente principal y el patrimonio culinario como hilo conductor, Bolnuevo está celebrando la Ruta de la Tapa de las Fiestas del Milagro 2025, una propuesta que vincula, como pocas, fiesta, identidad y paladar. El acto de presentación, celebrado en la tarde del pasado lunes en el Ayuntamiento, contó con la presencia del alcalde Ginés Campillo, el concejal de Festejos Miguel Ángel Peña, representantes de la Asociación de Comerciantes de Mazarrón (ACOMA) y los responsables de los diez establecimientos hosteleros que integran esta edición.

Lejos de ser un mero acompañamiento, la gastronomía se erige como protagonista indiscutible de la Romería de Bolnuevo, una de las celebraciones más singulares del sureste peninsular. En palabras del regidor: «Las fiestas del Milagro no se entienden sin los olores de la cocina, sin el sabor del pescado fresco, sin el crujir de la fritura o el aroma del ajo y el pimentón. Esta ruta es una invitación a recorrer Bolnuevo con el paladar despierto y el corazón en fiesta».
La iniciativa, que se desarrolla del 15 al 23 de noviembre, propone un itinerario sabroso y accesible: por 3,50 euros, los visitantes podrán degustar una tapa —creada especialmente para la ocasión— y su bebida correspondiente en cada uno de los locales participantes. Diez establecimientos han diseñado sus propuestas inspirándose en la riqueza del entorno: desde el pescado de bajura hasta los productos de la huerta, pasando por toques creativos que reinterpretan lo tradicional sin traicionar su esencia.
Los participantes son: Bar Bemajumi, Barra Las Redes, Café Colonia, Hotel Playa Grande, Kebab Bolnuevo, La Freshca, Mar Moy, Pizzería Pepone, Restaurante La Siesta y Taberna El Boliche. Cada uno aporta su impronta: desde fogones veteranos que llevan décadas sirviendo a generaciones de romeros, hasta nuevos actores que inyectan innovación sin perder el norte local.

Más que una ruta, se trata de una experiencia comunitaria: un recorrido que invita no solo a probar, sino a conversar, a detenerse en las terrazas con vistas al Mediterráneo, a saludar al pescador que ha descargado la mercancía esa misma mañana, o a dejarse llevar por el ritmo pausado —pero vibrante— de una fiesta que se vive con los cinco sentidos.

Con esta propuesta, Mazarrón refuerza su apuesta por un turismo experiencial, arraigado y sostenible, donde la cultura popular y la cocina se dan la mano. Porque en Bolnuevo, como bien recordó Campillo, «la fiesta no se celebra solo con cánticos y romerías: también se saborea, una tapa a la vez».






















