El chef Juan Guillamón, de una estrella Michelin, lleva la esencia de la cocina murciana a Suecia en un taller sensorial para periodistas y profesionales del turismo
La ensalada murciana y los paparajotes conquistan paladares nórdicos, mientras los vinos de Yecla sellan la magia de un territorio que sabe a sol, mar y tradición
Mientras en Murcia suena la música de la feria, en Estocolmo se oye el crujir de la marinera, el chisporroteo de la empanadilla de pisto y el murmullo admirado de periodistas suecos descubriendo el sabor de los paparajotes. La gastronomía murciana ha cruzado fronteras —esta vez, hasta el corazón de Escandinavia— en una acción estratégica del Plan de Internacionalización Gastronómica de la Región, que bajo el lema “1.001 Sabores” sigue tejiendo su red de seducción culinaria por Europa.

En el elegante y didáctico entorno del restaurante-escuela ‘PS Matsal’, más de treinta profesionales del turismo, la comunicación y la hostelería sueca se convirtieron por unas horas en aprendices de cocina murciana. El maestro de ceremonias: Juan Guillamón, chef del Restaurante Almo —galardonado con una estrella Michelin—, quien no solo cocinó, sino que enseñó, contó y emocionó.

Con las manos en la masa —literalmente—, los asistentes elaboraron bajo su guía tres iconos de la mesa murciana: la crujiente marinera, la fresca y colorida ensalada murciana y las humeantes empanadillas de pisto. Pero el momento más mágico llegó con el postre: los paparajotes, hojas de limón rebozadas y fritas, endulzadas con canela y azúcar, una delicia tan singular que arrancó sonrisas, fotos y hasta algún intento de pronunciar “¡Qué bueno!” en español.
Pero la experiencia no se quedó en lo salado ni en lo dulce. Un sumiller experto descorchó los secretos de los vinos con Denominación de Origen Yecla, explicando cómo el clima extremo, el suelo pobre y la uva Monastrell dan lugar a caldos potentes, elegantes y con alma mediterránea. Los suecos, acostumbrados a climas fríos y vinos importados, tomaron nota —y degustaron con ojos brillantes.
La directora general de Competitividad y Calidad Turística, Eva Reverte, lideró la misión con un mensaje claro: “Murcia no es solo sol y playa. Es sabor, es historia en cada bocado, es un territorio que se vive con los cinco sentidos. Y queremos que el mundo lo sepa”. Esta acción en Suecia es parte de una gira europea que incluye siete países clave —Alemania, Italia, Noruega, Países Bajos, Bélgica, Francia y ahora Suecia—, con talleres, catas y encuentros B2B diseñados para posicionar a Murcia como destino gastronómico de primer nivel.

¿Qué se llevan los suecos de Murcia?
Más que recetas, se llevan historias: de huertas regadas por el Segura, de abuelas que freían paparajotes en sartenes de hierro, de viñedos que desafían el calor y chefs que transforman lo tradicional en arte contemporáneo.
“No vendemos comida. Vendemos identidad. Y hoy, en Estocolmo, la identidad de Murcia sabe a limón frito, a tomate de la huerta y a vino de montaña.” — Eva Reverte, tras el evento.
La próxima parada del tour gastronómico aún es secreta… pero una cosa es segura: dondequiera que aterrice Murcia, dejará huella. En el paladar, y en el corazón.



















