Mientras la lasaña reivindica su legado romano y su estatus de plato estrella, las alitas de pollo celebran su origen neoyorquino y su reinado en los bares del mundo
Hoy, 29 de julio, también día de Santa Marta, patrona de la Hostelería, los amantes de la buena mesa tienen doble motivo para celebrar. Por un lado, se conmemora el Día Mundial de la Lasaña, un homenaje al clásico italiano hecho de capas de pasta, rellenos suculentos y queso fundido que ha conquistado paladares en todos los continentes. Por otro, se celebra el Día Internacional de la Alita de Pollo, una fiesta más informal, pero no menos apasionada, dedicada a este bocado crujiente, versátil y omnipresente en las cartas de bares y restaurantes de todo el planeta.
La lasaña: un plato con mil años de historia
La lasaña no es solo un capricho culinario: es un pedazo de historia. Su nombre proviene del griego lasanon y del latín lasanum, que hacían referencia a la olla o cazuela donde se cocinaba. Aunque su versión moderna se popularizó en Italia, sus raíces se remontan a la Antigua Grecia y Roma, donde ya se preparaban pasteles de láminas rellenas con legumbres y queso.
El filósofo romano Marco Tulio Cicerón ya expresaba su predilección por el lagum, un antepasado directo de la lasaña. Con el tiempo, el plato evolucionó, y en su forma clásica —con salsa boloñesa, bechamel y queso gratinado— se convirtió en un símbolo de la cocina italiana. Hoy, existen innumerables variantes: con pollo, atún, calabacín, berenjena e incluso versiones dulces, como la lasaña de chocolate, una experiencia que desafía los sentidos. Al final de esta información adjuntamos una espectacular receta de lasaña con alitas de pollo.
Datos curiosos avalan su popularidad: fue el plato favorito de Garfield, el gato más glotón de los cómics; en 2012, Argentina batió el récord de la lasaña más grande del mundo, con 2.700 kilos; y en países como México y Venezuela, se la conoce como pastel azteca o pastiche, adaptándose a los gustos locales.
Las alitas de pollo: del error a la leyenda
Mientras la lasaña llega con toda la solemnidad de la tradición, las alitas de pollo celebran su día con el espíritu de la improvisación. Su origen se remonta a 1977, cuando Teressa Bellissimo, en un restaurante de Buffalo (Estados Unidos), decidió freír unas alitas sobrantes y cubrirlas con una salsa picante. El resultado fue un éxito inmediato, y el alcalde de la ciudad no tardó en declarar el 29 de julio como el Día Nacional de las Alitas.
Desde entonces, este bocado ha conquistado el mundo. Se sirve frita, a la parrilla, empanada, ahumada o bañada en salsas BBQ, picantes o dulces, y es un imprescindible en las cartas de bares, pubs y cadenas de comida rápida. Su sencillez no resta mérito a su sabor: crujiente por fuera, jugosa por dentro, es el acompañante perfecto de una cerveza fría y buena compañía.
Dos celebraciones, un mismo mensaje: ¡a comer!
Hoy, 29 de julio, no hay que elegir entre lo clásico y lo popular, entre lo sofisticado y lo callejero. Es un día para disfrutar de ambos: para deleitarse con una lasaña bien horneada, humeante y cargada de queso, y para ensuciarse las manos con unas alitas bañadas en salsa.
Desde The Wall Street Journal, que nombró a la lasaña como el «plato del año» en Nueva York, hasta los millones de personas que comparten sus recetas en redes con los hashtags #DíaMundialdelaLasaña y #AlitasDay, queda claro que ambos platos trascienden culturas, clases y fronteras.
Así que, este martes, que el horno esté encendido, que el aceite burbujee y que el queso se derrita. Porque hoy, la tradición y la picardía gastronómica se dan la mano en el mismo plato.
Lasaña de Alitas de Pollo al Estilo Buffalo
Una explosión de sabor entre capas de pasta, alitas desmenuzadas, queso cremoso y un toque picante. ¡Perfecta para celebrar el Día Mundial de la Lasaña y el Día Internacional de la Alita de Pollo!
Ingredientes (para 6 personas)
Para las alitas:
- 12 alitas de pollo enteras (24 mitades)
- 3 cucharadas de aceite de oliva
- Sal y pimienta al gusto
- 1/2 cucharadita de ajo en polvo
- 1/2 cucharadita de pimentón ahumado
Para la salsa buffalo:
- 1/2 taza (120 ml) de mantequilla sin sal
- 3/4 taza (180 ml) de salsa picante estilo Buffalo (como Frank’s RedHot)
- 1 cucharadita de vinagre de manzana
- 1 diente de ajo picado fino
Para la lasaña:
- 12 láminas de pasta para lasaña (fresca o precocida)
- 2 tazas de mozzarella rallada
- 1 taza de queso cheddar rallado
- 1/2 taza de parmesano rallado
- 1 taza de ricotta
- 1 huevo
- 1 cebolla pequeña picada
- 2 dientes de ajo picados
- 1/2 taza de perejil fresco picado
- 1 taza de salsa de tomate casera (o de buena calidad)
Opcional:
- 1/2 taza de pepinillos en vinagre, picados (para un toque crujiente y ácido)
Instrucciones
1. Preparar las alitas:
- Precalienta el horno a 200°C.
- Corta las alitas por la articulación y desecha las puntas (o resérvalas para caldo).
- Mezcla las alitas con aceite, sal, pimienta, ajo en polvo y pimentón. Colócalas en una bandeja de horno y hornéalas durante 35-40 minutos, hasta que estén doradas y crujientes. Voltea a mitad de cocción.
2. Preparar la salsa buffalo:
- En una sartén, derrite la mantequilla. Añade la salsa picante, el vinagre y el ajo. Cocina a fuego bajo 5 minutos. Retira del fuego.
- Cuando las alitas estén listas, colócalas en un bol grande y cúbrelas con la salsa buffalo. Mezcla bien para que queden bien bañadas.
3. Desmenuzar las alitas:
- Retira la carne de los huesos y desmigaja con dos tenedores. Reserva.
4. Preparar la mezcla de queso:
- En un bol, mezcla la ricotta, el huevo, la cebolla picada, el ajo, el perejil, la mitad del parmesano y una pizca de sal.
5. Montar la lasaña:
- En una fuente de horno, pon una capa fina de salsa de tomate.
- Coloca una capa de láminas de pasta.
- Extiende la mitad de la mezcla de ricotta.
- Cubre con la mitad de las alitas desmenuzadas.
- Espolvorea mozzarella y cheddar.
- Repite las capas: pasta, ricotta, alitas, quesos.
- Termina con una capa de pasta, salsa de tomate y una generosa cantidad de mozzarella, cheddar y parmesano.
6. Hornear:
- Cubre con papel de aluminio y hornea a 180°C durante 25 minutos.
- Retira el papel y hornea otros 10-15 minutos, hasta que el queso esté dorado y burbujeante.
7. Reposar y servir:
- Deja reposar 10 minutos antes de cortar. Si lo deseas, espolvorea con pepinillos picados por encima para un toque fresco y crujiente.
Sugerencia de maridaje
- Una cerveza fría tipo lager o pilsner.
- O, si prefieres vino, un Chardonnay con crianza que contrarreste el picante.
¡Feliz Día Mundial de la Lasaña y del Día de las Alitas de Pollo!
Esta receta es un homenaje a la creatividad culinaria: tradición, sabor y un toque de locura. 🍗🍝🔥
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