Tras 16 años de historia y una merecida pausa, el mítico mesón reabre el 12 de noviembre con reforma integral, cocina de Javi de La Alacena y una apuesta decidida por el tapeo mediterráneo con alma sureña
Tras varios meses de silencio en sus fogones, El Descanso del Icue —emblema del tapeo en el casco histórico de Cartagena— vuelve a la vida este miércoles 12 de noviembre, según informa el portal Dondecomemosct.es, renovado en forma, espíritu y propuesta culinaria. Lo que comenzó como una despedida tras 16 años de trayectoria y una jubilación anunciada, se ha transformado en un renacimiento con personalidad propia, bajo la dirección de Nico —también gerente del afamado Vinarte— y la cocina de Javi, el reconocido chef de La Alacena de María.

Cartagena recupera una institución gastronómica con aires de Andalucía y sabor de puerto
La primera gran novedad es visual: la fachada, antes oscura, luce ahora un tono blanco luminoso, evocando los tradicionales mesones andaluces del sur peninsular. Pero el cambio va mucho más allá. El interior ha sufrido una reforma integral que, según describe Nico, ha sido “un espectáculo”: nueva iluminación, mobiliario rediseñado, pinturas claras y una distribución que multiplica la sensación de amplitud. En el corazón del local destaca la nueva barra, funcional y espectacular, preparada para albergar una selección de tapas clásicas reinterpretadas, como las patatas bravas con salsa casera picante y crujiente de almendras —un guiño a la tradición con un toque de vanguardia.
El espacio se organiza en tres zonas bien definidas: la barra para el tapeo rápido y animado, mesas altas para los que prefieren una cerveza con vistas al ir y venir de la calle, y un reservado íntimo con mesas convencionales, ideal para comidas de empresa o celebraciones familiares. Además, el mesón conserva su icónica terraza en la calle Jabonería y estrena una nueva zona en la placita del Par, un rincón tranquilo y protegido, especialmente acogedor en los días húmedos de invierno.

En cuanto a la propuesta gastronómica, cuatro pilares sustentan la carta: tapas y raciones, carnes, pescados y mariscos. Aunque inicialmente la oferta será más reducida —para garantizar calidad y rodaje del equipo—, el plan es ampliarla progresivamente, con especial énfasis en el mar. “Una ciudad mediterránea está obligada a servir productos del mar —afirma Nico—. Los cruceristas se bajan del barco oliendo a sal y a esperanza: debemos responder con autenticidad”.
Para ello, la cocina cuenta con un horno Josper, esa joya híbrida entre parrilla y horno cerrado que, alimentada con carbón vegetal, aporta el sabor inconfundible de la brasa con control preciso de temperatura y humos. Bajo esta llama, Javi —cuya firma ya es sinónimo de calidad en Cartagena— dará forma a platos que, inevitablemente, evocarán el estilo de La Alacena, pero con una identidad propia: más desenfadada, más popular, más de barrio.

Con un precio medio estimado de 25 euros por persona a la carta, y una opción más económica para quienes opten por el tapeo clásico y divertido, El Descanso del Icue regresa no como una réplica del pasado, sino como una evolución necesaria: un mesón que honra sus raíces andaluzas, abraza su condición mediterránea y se reivindica como esquina de encuentro, sabor y buen vivir en pleno corazón de Cartagena.






















