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GASTROCRONICAS

El laboratorio vivo que une ciencia y sabor: La Cabaña Buenavista presenta su innovador ‘Living Lab’

Bajo la batuta del chef Pablo González-Conejero, este invernadero agro-gastronómico rescata variedades autóctonas murcianas para reinventar la alta cocina con raíces tradicionales


 

En un acto cargado de emoción e innovación, el restaurante La Cabaña Buenavista, liderado por el reconocido chef Pablo González-Conejero, ha presentado esta mañana su proyecto más ambicioso hasta la fecha: el ‘Living Lab’ , un invernadero dedicado a la investigación y experimentación de soluciones sostenibles para la recuperación de plantas autóctonas de la Región de Murcia.

Esta iniciativa, desarrollada en colaboración con el Instituto Murciano de Investigación y Desarrollo Agrario y Medioambiental (IMIDA) y con el apoyo de la Consejería de Agua, Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentación, representa un hito en la integración de ciencia, sostenibilidad y alta gastronomía.

LasGastrocronicas.com ha asistido esta mañana a la presentación en La Cabaña Buena Vista para realizar esta amplia galería fotográfica:

Un espacio pionero para rescatar sabores olvidados

El ‘Living Lab’ es mucho más que un invernadero; es un laboratorio vivo donde se cultivan variedades vegetales tradicionales que durante décadas han estado al borde del olvido. Ubicado en las instalaciones del propio restaurante, este espacio único combina tecnología de última generación con técnicas ancestrales para conservar y revalorizar especies autóctonas que forman parte del patrimonio agrícola murciano. Entre ellas destacan la espinaca y la acelga del Olivarejo, la zanahoria negra, el garbanzo negro, el guisante de Lorca, el tomate de La Arboleja y el pimiento morro de vaca, entre otras joyas vegetales.

El proyecto no solo busca preservar estas variedades, sino también reintroducirlas en la cocina contemporánea. «Con este proyecto queremos colaborar de forma muy activa en la recuperación y puesta en valor de nuestros productos más tradicionales y autóctonos», declaró González-Conejero durante la inauguración. «Hoy más que nunca debemos seguir reivindicando nuestros sabores y nuestra cocina como motor de impulso económico y social», añadió.



Una experiencia inmersiva para los comensales

Una de las singularidades del ‘Living Lab’ es que los comensales podrán compartir espacio con el invernadero, lo que les permitirá conocer de primera mano el origen de los ingredientes que luego degustarán en sus platos. Esta experiencia educativa y sensorial promete redescubrir sabores históricos adaptados a las técnicas más avanzadas de la alta cocina. Durante la inauguración, los asistentes tuvieron la oportunidad de disfrutar de una degustación especial con productos cultivados en el laboratorio, integrados en creaciones exclusivas del restaurante.

La consejera Sara Rubira, quien estuvo presente en el acto inaugural, destacó la importancia de este proyecto como un espacio de experimentación y pruebas reales. «Este laboratorio vivo permitirá a los comensales vivir una experiencia única en las elaboraciones de platos que incorporan variedades que no están disponibles en el mercado, recuperando diferentes sabores, calidades, texturas, colores y cualidades nutricionales», afirmó.

Ciencia y gastronomía de la mano

El ‘Living Lab’ se enmarca dentro del proyecto FEDERManejo de la diversidad genética conservada en el Banco de Germoplasma del IMIDA (BAGERIM)’, que atesora más de 15.000 especies, una fuente invaluable de diversidad genética para enfrentar desafíos agronómicos y climáticos. Además, esta iniciativa está alineada con la estrategia europea ‘De la granja a la mesa’, que fomenta la agrodiversidad, la producción local y la alimentación sostenible.

El chef González-Conejero ya venía trabajando desde 2018 con el IMIDA para incorporar variedades tradicionales murcianas en sus platos, como el tomate Flor de Baladre de Espinardo, la calabaza bonetera o el melón Flor de Murcia, protagonistas de algunas de sus creaciones presentadas en eventos internacionales como Madrid Fusión. Ahora, con el ‘Living Lab’, esta colaboración alcanza nuevas cotas, convirtiéndose en un modelo de referencia para otros restaurantes y productores.

Actividades complementarias para sensibilizar

Paralelamente al cultivo y la experimentación, el proyecto incluye un completo programa de actividades divulgativas, como showcookings, talleres para agricultores, elaboración de fichas técnicas e infografías, y sesiones de cocina sostenible. Estas iniciativas buscan sensibilizar a la ciudadanía, restauradores y productores sobre el valor de la biodiversidad agrícola y promover un consumo responsable y sostenible.

Además, el proyecto está generando un impacto positivo en la comunidad agrícola local, despertando el interés por recuperar cultivos tradicionales en zonas rurales desfavorecidas y potenciando canales directos de comercialización a través de la plataforma Agrodiverso.

El futuro de la gastronomía murciana

Con el ‘Living Lab’, La Cabaña Buenavista no solo consolida su posición como referente en alta cocina, sino que también se erige como un puente entre el pasado y el futuro de la gastronomía regional. Este proyecto demuestra que es posible reinventar la tradición sin perder de vista la sostenibilidad y la innovación, ofreciendo al comensal una experiencia única que conecta con las raíces más profundas de la huerta murciana.

En palabras de Sara Rubira, «este laboratorio será un motor de cambio para la gastronomía regional, un espacio donde la ciencia y el sabor se encuentran para crear algo verdaderamente especial». Sin duda, el ‘Living Lab’ marca el inicio de una nueva era en la alta cocina murciana, donde lo autóctono y lo vanguardista caminan juntos hacia un futuro más sostenible y lleno de sabor.

📍 Datos clave:

  • Ubicación: Instalaciones de La Cabaña Buenavista, Murcia.
  • Colaboradores principales: IMIDA y Consejería de Agua, Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentación.
  • Variedades cultivadas: Espinaca del Olivarejo, zanahoria negra, garbanzo negro, guisante de Lorca, tomate de La Arboleja, entre otras.
  • Objetivo: Recuperar y revalorizar productos autóctonos para su uso en alta cocina.
    ¡Un brindis por esta iniciativa que une tierra, ciencia y sabor en un solo bocado!



 


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