Con diez municipios afectados por la orden de bioseguridad, el consumidor afronta una segunda subida del 50% en un año —y los huevos camperos se encarecen un 31%— mientras el Gobierno promete vigilar la especulación
La gripe aviar ha vuelto a sacudir la cesta de la compra en la Región de Murcia. Tras la entrada en vigor el pasado 10 de noviembre de la orden de confinamiento obligatorio para aves de corral en zonas de alto riesgo —que afecta a diez municipios murcianos—, los precios del huevo han experimentado un nuevo y brusco repunte, consolidándose como uno de los alimentos que más se han encarecido en los últimos meses.
Murcia se suma a la alerta nacional por la escalada del huevo, un alimento básico que ya no es tan accesible
Según datos de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), una docena de huevos medianos (M) ha pasado de costar 2,14 euros en febrero a 3,14 euros en octubre, un aumento del 47% en ocho meses. En el caso de los de talla grande (L), el salto es similar: de 2,33 a 3,25 euros. Pero donde el impacto es aún mayor es en el segmento premium: los huevos camperos han subido un 30,9% en el último año, penalizando especialmente a quienes priorizan el bienestar animal.
La causa no es una sola, sino un cóctel de factores: el sacrificio de casi un millón de aves en todo el país por brotes de virus H5N1, la reducción de oferta en Europa y Estados Unidos, el encarecimiento de piensos y energía, y —ahora— la obligación de confinar a las gallinas en granjas que antes operaban en régimen libre. Para los productores camperos y ecológicos, esta medida supone un golpe directo a su modelo productivo: sin acceso al exterior, pierden la certificación de “campero”, lo que les obliga a vender bajo categorías menos valiosas o a asumir mayores costes de adaptación.

Roberto Barceló, presidente de Consumur, advierte de que no se trata de una crisis pasajera: “Es una situación que se arrastra desde hace más de un año y, dada la pérdida reciente de miles de gallinas en Castilla y León y Galicia, el encarecimiento no solo continuará, sino que podría agravarse en los próximos meses”. A esto se suma una paradoja: mientras sube el precio, la demanda también se ha disparado —un +30% en dos años, según el Ministerio—, ya que muchos consumidores han optado por el huevo como alternativa económica a carnes y pescados, cuyos precios también han escalado.

Ante las alarmas, el ministro Luis Planas ha llamado a la calma y ha asegurado que el Ejecutivo “vigilará para que nadie aproveche esta situación con fines especulativos”, recordando que España mantiene los precios alimentarios más bajos de la UE. Pero organizaciones como la OCU exigen mayor transparencia y la intervención de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) para combatir el llamado “efecto cohete y pluma”: los precios que suben como un cohete… y bajan como una pluma.
Mientras, en los mercados murcianos, las gallinas permanecen bajo techo —y los consumidores, con la mirada puesta en la huevera, preguntándose cuándo volverán los tiempos en que un huevo era, simplemente, un huevo.
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