El estudio internacional “2026 Global Food & Drink Predictions” anticipa una década marcada por la diversidad nutricional, el regreso a las raíces y la conexión emocional con la comida. La gastronomía murciana, fiel a su tradición, ya apunta hacia esa evolución sostenible y sensorial
El futuro de la alimentación pasa por la diversidad, la tradición y los sentidos. Así lo señala el informe “2026 Global Food & Drink Predictions”, elaborado por la consultora internacional Mintel, que recoge las tres grandes tendencias que transformarán la industria alimentaria y gastronómica en los próximos años.
El estudio concluye que los consumidores están dejando atrás la obsesión por las dietas centradas en un solo nutriente —como la proteína o la fibra— para abrazar un concepto más amplio de nutrición inclusiva y variada. “La alimentación del futuro será más abierta, multicultural y emocional”, afirman los analistas de Mintel, que prevén el auge de lo que denominan “DEIts”: dietas que celebran la diversidad de ingredientes, sabores y culturas, con ayuda incluso de la inteligencia artificial para crear combinaciones personalizadas y equilibradas.

El poder de la nostalgia: mirar al pasado para avanzar
La segunda gran tendencia identificada por Mintel es el “Retro Rejuvenation”, un movimiento que reivindica los sabores y métodos tradicionales como respuesta a la incertidumbre global. Frente al vértigo tecnológico, los consumidores encuentran refugio en la sabiduría ancestral, en productos locales y en técnicas sostenibles como la fermentación, el secado o la conservación natural.

“El respeto por la tradición no será solo una cuestión emocional, sino también ecológica y económica”, subraya el informe. Marcas y chefs están revalorizando recetas olvidadas, ingredientes autóctonos y formatos de larga duración —como conservas gourmet o productos deshidratados— que combinan autenticidad, sabor y sostenibilidad.
Comer con los cinco sentidos
La tercera predicción de Mintel apunta hacia una gastronomía más sensorial, terapéutica e inclusiva. Bajo el concepto “Intentionally Sensory”, el acto de comer se convertirá en una experiencia completa que involucre la vista, el olfato, el oído y el tacto, además del gusto.

En los próximos años veremos bebidas que cambian de aroma al abrirse, snacks crujientes diseñados para reducir el estrés o platos con texturas adaptadas a las necesidades de personas mayores o neurodivergentes. La comida dejará de ser solo nutrición para transformarse en una forma de bienestar emocional y conexión social.

La gastronomía murciana del futuro
La Región de Murcia, conocida como la “huerta de Europa”, ya está alineando su gastronomía con estas tendencias globales. Su futuro se dibuja entre la revalorización de ingredientes autóctonos —como las legumbres, el aceite, los cítricos o el pescado del Mar Menor— y la innovación sostenible de nuevas generaciones de chefs y productores.

El auge de los productos de kilómetro cero, las fermentaciones artesanales, las conservas creativas y los platos que combinan tradición y tecnología culinaria anticipan una cocina murciana más resiliente, saludable y sensorial.

En los próximos años, los restaurantes y proyectos gastronómicos de la región tendrán el reto de mantener el alma huertana mientras incorporan la ciencia, la sostenibilidad y la emoción como ingredientes esenciales de su propuesta culinaria.

Un cambio profundo y esperanzador
El informe de Mintel concluye que la palabra clave de la década será resiliencia. En un contexto de crisis climática, incertidumbre económica y búsqueda de bienestar, las marcas y cocinas que logren combinar innovación, empatía y autenticidad serán las que conquisten el paladar —y el corazón— de los consumidores.
“El futuro de la gastronomía no será una carrera tecnológica, sino una evolución humana: más diversa, más sensorial y más consciente”, resume el estudio.




















