Chefs murcianos, con el respaldo del Centro de Cualificación Turística, han llevado la esencia de la Región a seis capitales europeas, demostrando que la tradición, el producto de cercanía y la vanguardia de su cocina son una fórmula infalible para conquistar el paladar del viejo continente
Desde el mes de abril y hasta el verano han sido testigos de una auténtica cruzada gastronómica que ha llevado los 1.001 sabores de Murcia por los rincones más emblemáticos de Europa. Bajo la dirección de la directora del Centro de Cualificación Turística (CCT), Mónica Meroño, el chef Juan Guillamón del restaurante Almo y, en una ocasión especial, el galardonado Pablo González-Conejero de La Cabaña (dos estrellas Michelin), han ejercido como embajadores culinarios en una gira que ha dejado huella.
Desde Roma hasta Oslo, pasando por Bruselas, Ámsterdam, Marsella y Düsseldorf, el equipo ha demostrado que la cocina murciana es mucho más que producto de calidad: es una historia de tradición, innovación y, sobre todo, pasión.

Una gira de éxito y sabores inolvidables
El periplo comenzó en Düsseldorf (Alemania) en mayo, donde Guillamón deslumbró a periodistas y profesionales del turismo con platos emblemáticos de la Región, como las marineras, el zarangollo o los paparajotes.

Cada bocado iba acompañado de una historia, maridada con los vinos con Denominación de Origen Protegida (DOP) de Jumilla, Yecla y Bullas.

La siguiente parada, ese mismo mes, fue en Oslo (Noruega). Allí, la sencillez y la frescura de la cocina murciana conectaron de forma magistral con el público nórdico, que valoró el enfoque en la sostenibilidad y el producto de cercanía. Fue una demostración clara de que el «huerto de Europa» también sabe seducir en otros idiomas.

En Ámsterdam (Países Bajos), la gira continuó en junio, presentando la gastronomía murciana como una experiencia con alma. La originalidad de las marineras y el inconfundible sabor de los paparajotes dejaron una impresión imborrable.

El punto culminante de la gira llegó a Bruselas, donde la Región de Murcia fue la invitada de honor en el Día Mundial de la Tapa. Juan Guillamón y Pablo González-Conejero elevaron la propuesta a otro nivel con un menú a cuatro manos que deleitó a más de 140 invitados, entre periodistas, agentes turísticos e instituciones europeas. La cocina murciana se colocó, sin dudarlo, en el corazón gastronómico del viejo continente.

La gira continuó en Marsella (Francia), donde los aromas del aceite de oliva virgen y las verduras frescas impregnaron la ciudad. Guillamón conquistó de nuevo con un menú que era un canto al Mediterráneo. El broche de oro de la primera parte de esta campaña llegó a la Ciudad Eterna, Roma, en julio. En un showcooking especial en la Embajada de España, el chef murciano demostró su maestría ante un público entregado, dejando claro que la dolce far niente sabe mejor con un paparajote de postre.

El balance: una campaña con un impacto real
El impacto de la gira ha sido incuestionable. Con seis capitales europeas visitadas y más de 400 profesionales y medios especializados alcanzados, la Región de Murcia ha logrado posicionar su marca culinaria. El talento de un solo chef como embajador, junto con el apoyo institucional y la calidad de los vinos DOP de la Región, ha demostrado que la autenticidad es un valor seguro.

Los aplausos al final de cada evento confirmaron que la gastronomía murciana no solo gusta, sino que enamora. Y esto es solo el principio. Tras un merecido descanso estival, la gira de los 1.001 sabores se retomará en septiembre, con el mismo objetivo: seguir posicionando a la Región de Murcia como un destino gastronómico líder en Europa.


















