El joven chef de Yecla —premiado ayer como Mejor Equipo Hostelero en los Planes Gourmet 2025 y nominado a Cocinero Revelación en Madrid Fusión— consigue la distinción más codiciada del panorama nacional, elevando a la bodega-restaurante a la élite culinaria española y consolidando al altiplano murciano como territorio de excelencia

A las 20:15 horas, en plena Gala de la Guía Michelin celebrada en el Palacio de Congresos, Sohrlin Andalucía, de Málaga, el nombre de Alejandro Ibáñez resonó con fuerza entre los asistentes. Tras anunciar las nuevas estrellas andaluzas, el presentador, Jesús Vázquez, llamó al escenario al chef murciano, cuya expresión —entre la incredulidad y la emoción contenida— se convirtió al instante en una de las imágenes más celebradas de la noche. Barahonda, el restaurante de la emblemática bodega yeclana, acaba de sumar su primera Estrella Michelin, convirtiéndose en el quinto establecimiento de la Región de Murcia en alcanzar este reconocimiento y el primero en la comarca del Altiplano.
La noticia, recibida con júbilo en la sala y en directo por decenas de miles de espectadores a través del streaming de YouTube, corona una campaña histórica para Ibáñez y su equipo: apenas ayer, Barahonda había sido galardonado como Mejor Equipo Hostelero en los Premios Planes Gourmet Región de Murcia 2025; días antes, había recibido la T de Oro de Tapas Magazine y el premio a Mejor Restaurante Creativo en los X Premios de Gastronomía de La Verdad; y en enero próximo, competirá por el título de Cocinero Revelación en Madrid Fusión.
«Esta estrella no es mía: es del equipo, de los agricultores de Yecla, de los viticultores que cuidan el monastrell con devoción, de mi subchef Luiz Ortiz, que cocina con el corazón y la cabeza», declaró Ibáñez al recoger la distinción, con la voz entrecortada. «Hemos construido algo muy especial aquí: una cocina que habla el lenguaje del vino, que respeta el secano, que honra lo simple sin miedo a lo complejo».

Barahonda, ubicado en el corazón de la finca de la bodega familiar en Yecla, no es un restaurante convencional. Es una experiencia sensorial diseñada para que el comensal camine entre viñedos antes de sentarse a la mesa. Su propuesta —estrechamente ligada al ciclo vitivinícola— se renueva cada estación y se articula en torno a tres ejes: producto de secano, técnicas depuradas y simbiosis con el vino. Platos como “Lías” —una crema de pan tostado fermentado con levaduras de barrica, aceite de almendra amarga y espuma de caldo de huesos— o “Secano” —una reinterpretación de la olla de trigo con cordero de raza merina, hongos silvestres y tierra de aceituna— han sido descritos por críticos como «poesía en formato comestible».

La Estrella Michelin no solo consagra el talento de Ibáñez —formado en cocinas de referencia nacional y en constante diálogo con el territorio—, sino que proyecta internacionalmente a una zona históricamente infravalorada gastronómicamente. Yecla, hasta ahora reconocida por su potente industria vinícola y su paisaje de contrastes áridos y fértiles, da un salto cualitativo: ya no se visita solo por el vino, sino por una cocina que nace de él.

Para la Región de Murcia, este logro tiene una dimensión estratégica. Con seis estrellas en total —dos para La Cabaña Finca Buenavista (Pablo González-Conejero), y una para Magoga (María Gómez), Almo (Juan Guillamón), Marco Antonio Iniesta y María Egea (Frases) y ahora Barahonda—, la comunidad autónoma se consolida como polo de alta gastronomía sostenible, diversa y profundamente arraigada. «Este reconocimiento refuerza nuestro posicionamiento como destino gastroturístico de primer nivel», afirmó ayer la consejera de Turismo, Carmen Conesa, tras la entrega del galardon a Alejandro en La Cabaña Buenavista de Murcia. En la Región de Murcia cientos de profesionales han seguido la gala en directo. Con este reconocimiento, «Alejandro demuestra que la grandeza no está en los metros cuadrados ni en las ciudades, sino en la coherencia, el trabajo silencioso y el respeto por lo local».
Más allá del prestigio, la Estrella traerá consigo un impacto económico tangible: según estimaciones del Instituto de Turismo de la Región de Murcia (ITREM), los restaurantes con esta distinción multiplican su ocupación por tres en los doce meses posteriores al galardón, generando un efecto tractor en bodegas, alojamientos rurales y productores locales.

A su regreso a Yecla, Ibáñez abrirá las puertas de Barahonda para una celebración improvisada con su equipo, proveedores y vecinos. Sobre la barra, copas de Barahonda Colección Especial y un plato sencillo: pan recién horneado, tomate de ramo, sal de Lozano y aceite de la cosecha 2025.
Alejandro ha agradecido el premio con su característico gesto serio — que muestra su forma de ser humilde, colectivo y profundamente murciano— quizás ahí resida la esencia misma de la nueva estrella que brilla, desde hoy, en el firmamento culinario de España.
Desde LasGastrocronicas.com transmitimos nuestra enhorabuena a la nueva Estrella Michelin murciana!!






















