Chefs estrella y un sumiller galardonado presentan lo mejor de la cocina albaceteña en un evento que busca atraer turismo y promover sinergias
El restaurante Local de Ensayo fue el escenario elegido para celebrar ‘Sabores de Albacete, el placer de lo nuestro’, un evento gastronómico organizado por el Ayuntamiento de Albacete junto con la Asociación Provincial de Empresarios de Hostelería y Turismo (APEHT).
Con una participación destacada de chefs reconocidos y un selecto grupo de profesionales del sector, la jornada buscó poner en valor la riqueza culinaria de Albacete mientras abría puertas a nuevas oportunidades de negocio y turismo.
Fotogalería de la recepción en el Ayuntamiento de Murcia a la embajada albaceteña:
El evento comenzó temprano en la mañana con una recepción en la Sala de Corregidores del Ayuntamiento de Murcia, donde el alcalde murciano, José Ballesta, dio la bienvenida al alcalde de Albacete, Manuel Serrano, acompañado por la concejala de Turismo, Rosa González de la Aleja, y los representantes de establecimientos hosteleros albaceteños.
Durante el encuentro, se destacó la importancia de la gastronomía como motor de atracción turística y su capacidad para crear vínculos entre regiones y provincias hermanas como son Murcia y Albacete.
A las 14:00 horas, el acto principal se trasladó al restaurante Local de Ensayo, donde más de 50 críticos y periodistas gastronómicos, entre los que se encontraba Paco Hernández, director de LasGastrocronicas.com, e influencers especializados tuvieron la oportunidad de degustar un menú diseñado por cuatro restaurantes emblemáticos de Albacete. Bartolo Lozano (Jardines Puerta de Madrid), ganador del concurso local de Tapas 2024; Juan Monteagudo (Ababol), poseedor de una estrella Michelin; Rafael Herreros (Dalias), finalista en el prestigioso Bocuse d’Or 2018 , y Carlos Arjona (La Bonita 1850), tercer clasificado en el concurso de tapas, demostraron su maestría en la elaboración de platos tradicionales con toques innovadores.
El menú incluyó creaciones memorables como gazpacho manchego, leche frita, paté de perdiz, trucha ahumada, coulant de queso manchego, atascaburras, manitas y cordero, todos ellos maridados con vinos locales seleccionados por el sumiller Juan Enrique Gil, del restaurante Don Gil, quien fue reconocido como el mejor sumiller de Castilla-La Mancha en 2024.
Un menú que combinó tradición, creatividad y productos autóctonos
El menú combinó tradición, creatividad y productos autóctonos. Diseñado por cuatro reconocidos restaurantes de Albacete —La Bonita 1850, Jardines Puerta de Madrid, Ababol y Dallas—, el festín fue acompañado por una selección de vinos locales seleccionados por el sumiller Juan Enrique Gil, galardonado como el mejor sumiller de Castilla-La Mancha en 2024.
El viaje culinario comenzó con una serie de snacks que despertaron los sentidos. Entre las delicias destacaron el torrezno de pollo, el lomo de orza, el asadillo y el ajonegro, representando la esencia más pura de la cocina manchega. También se disfrutó de un delicado paté de perdiz con higos y frutos secos, una refrescante caballa en bienmesabe y un original atascaburras con crujiente bacalao, que fusionaba tradición y modernidad.
En los entrantes, los comensales se deleitaron con platos tan exquisitos como la trucha ahumada con crema de queso y mermelada de tomate, un homenaje a los sabores frescos y equilibrados. La coliflor en texturas sorprendió con su versatilidad, mientras que el bombón de manitas con ajoblanco y viera demostró la capacidad de los chefs para reinventar recetas clásicas. Cerrando este apartado, el bacalao de la abuela, pimiento y su piel al carbón evocó recuerdos familiares con un toque contemporáneo.
Los platos principales fueron protagonizados por dos creaciones memorables. Por un lado, el cilindro de cordero con estofado de albaricoque, que combinó la ternura de la carne con la dulzura del fruto, mostrando un perfecto equilibrio de sabores. Por otro, los gazpachos manchegos tradicionales, un plato emblemático de la región que rindió tributo a la herencia culinaria de Albacete.
El broche de oro llegó con los postres, donde la leche frita y el coulant de queso manchego cautivaron a los presentes. Mientras la primera rememoraba recetas caseras cargadas de nostalgia, el segundo ofreció una interpretación innovadora del queso típico de la región, derretido en el interior y con una textura irresistible.
El maridaje corrió a cargo de una cuidada selección de vinos locales , que incluyó etiquetas como Vestigium Pardilla, El sentido de la vida, Tintoralba dulce 2023, y otros elaborados con variedades autóctonas como Monastrell, Garnacha tinta y Garnacha tintorera. Estos caldos, procedentes de bodegas como Cerrón (Fuente-Álamo) y la Cooperativa Santa Quiteria (Higueruela), realzaron cada bocado y llevaron la experiencia sensorial a otro nivel.
El menú fue diseñado por los chefs Carlos Arjona (La Bonita 1850), Bartolo Lozano (Jardines Puerta de Madrid), Juan Monteagudo (Ababol) y Rafael Herrero (Dallas), quienes plasmaron en cada plato su maestría y compromiso con la gastronomía regional. Además, la presencia del sumiller Juan Enrique Gil garantizó que cada vino complementara a la perfección los sabores del menú.
Durante el evento, la concejala de Turismo de Albacete resaltó la importancia de esta iniciativa dentro del convenio de colaboración entre el Ayuntamiento y la APEHT. “Queremos compartir lo mejor de nuestra gastronomía y crear sinergias que beneficien tanto al sector turístico como al hostelero”, declaró Rosa González de la Aleja. Además, anunció que este tipo de eventos se replicarán en otras ciudades, como Almería, con el objetivo de promocionar Albacete como destino gastronómico fuera de la región.
Por su parte, Raúl Moreno, representante de la APEHT, destacó el protagonismo que la gastronomía ha adquirido en la decisión de los viajeros al elegir sus destinos turísticos. “Albacete cuenta con una oferta gastronómica única y de alta calidad, capaz de competir a nivel nacional e internacional”, afirmó.
El evento no solo sirvió para mostrar los sabores auténticos de Albacete, sino también para fortalecer lazos entre ambas regiones.
Una jornada llena de sabor, tradición e innovación que puso en alto la cocina manchega y dejó un regusto inolvidable en el paladar de los asistentes.