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La Távola, una historia de amor a la pizza que sigue viva, entre recetas y abejas

Entre fogones, horno de piedra y un legado familiar, Andrés Cutillas Paños y Alicia Paños mantienen viva la esencia de los sabores tradicionales de La Távola, en Murcia


 

En el número 50 de la Avenida Marqués de Los Vélez, frente al edificio de Urbanismo del Ayuntamiento de Murcia, hay un rincón donde el aroma a masa fresca y queso derretido se mezcla con el peso de la historia y el sabor de lo auténtico. Es La Távola, una pizzería que lleva más de una década, en su último emplazamiento, marcando escuela en la cocina italiana murciana, y cuya historia no solo habla de pizzas artesanas, sino también de tradición, esfuerzo y familia.

Fundada originalmente por Andrés Cutillas Pacheco, quien falleció inesperadamente hace apenas unos días, la pizzería ha visto cómo su hijo, Andrés Cutillas Paños, tomaba las riendas del negocio con valentía y determinación, acompañado por su madre, Alicia Paños Cortés, y un equipo fiel formado por Mohamed Amahzoune, Elías ElHichou, José Manuel García Ruiz y Ana Heredia, además de tres repartidores los fines de semana.

LasGastrocronicas.com realizó esta amplia galería fotográfica en su visita a La Távola:

Este relevo generacional se produce después de más de 40 años de dedicación ininterrumpida a la elaboración de pizzas artesanas, desde antes incluso de que el local se estableciera en su ubicación actual, en 2014. Antes de eso, pasó por otros espacios emblemáticos de la ciudad como El Ranero (desde 2011) y la calle Fuensanta, junto a la Catedral (antes de eso), convirtiéndose poco a poco en un referente para amantes de la buena comida italiana en Murcia.

Un local con alma

Al entrar en La Távola, uno percibe de inmediato el ambiente acogedor y familiar que impregna cada rincón del lugar. Lo primero que llama la atención es el horno de piedra color rojo, con quemador de gas, que parece latir como el corazón del negocio. Junto a él, el amplio obrador a la vista, donde se preparan todas las masas, rellenos y montajes, da fe de la transparencia y el trabajo artesanal que defienden desde siempre.

El salón interior, con capacidad para unas veinte personas, invita a quedarse un rato mientras huele a orégano, mozzarella y nostalgia. Y junto a la barra, la pequeña ventana a la calle permite agilizar pedidos y dar entrada a los repartidores, sobre todo los fines de semana, cuando el ritmo se intensifica.

En la actualidad, las paredes de La Távola, ofrece una exposición original de uno de sus camareros, José Manuel, elaborados con la técnica de pintura de diamante, que además de decorar el local están a la venta, con precios de 40 a 150 euros.

Sabor que trasciende

Durante la visita de LasGastrocrónicas.com, realizada semanas después de la muerte del fundador, Andrés Cutillas Paños recordó emocionado cómo su padre había estado presente hasta el último día en la gestión del negocio. “Mi padre, hasta el día de su muerte, ha mantenido esta pizzería durante más de 40 años a su más alto nivel”, explicó con voz temblorosa pero firme.

Ese día, el reportaje adquirió un matiz especial. No era casualidad que se realizara precisamente ese día, ni tampoco fue casualidad que una abeja apareciera posándose dulcemente sobre una de las butacas mientras disfrutábamos de las pizzas. Era el Día Mundial de las Abejas, y aquella presencia parecía simbolizar algo más grande: una señal de que Andrés Cutillas Pacheco seguía allí, velando por su creación.

Una carta que enamora

La carta de La Távola es amplia, variada y profundamente italiana, aunque con toques creativos propios. Entre sus platos más demandados figuran:

  • Pizza Procheto Fungie: su pizza estrella, con champiñón, panceta ahumada y cebolla caramelizada.
  • Pizza del Mes: rotativa y sorprendente, como la Bonanza (brie, frutos secos, jamón serrano, cebolla morada y salsa de trufa) o la Escotata di Formaggio (gorgonzola, tallegio, nueces y cebolla caramelizada).
  • Pasta Távola: fusilli con salsa rosa, piña, york, maíz, zanahoria, tomate y lechuga.
    Lasagna de ternera : hecha al estilo clásico, con capas de carne, bechamel y pasta fresca.

Además, ofrecen diferentes tamaños: normal, familiar y doble masa, permitiendo satisfacer tanto a comensales individuales como a familias o grupos grandes.

Durante la cata, pudimos degustar varias de sus especialidades:

  • Pizza Mar en Calma, con champiñón, gambas, panceta ahumada, gulas y rúcula.
  • Pizza Escotata di Formaggio, con gorgonzola y tallegio, nueces y cebolla caramelizada.
  • Pizza Cuarto de Siglo, con boloñesa, cheddar, bacon y cebollino picado.
  • Pizza Bonanza, con brie, frutos secos (pipas, nueces, pasas), jamón serrano, salsa de trufa y cebolla morada.
  • Comenzamos con un delicioso pan de ajo, unas croquetas de verduras y una matrichana (tomate seco, panceta y cebolla morada), que nos prepararon para la gran variedad de sabores que íbamos a probar.

Bebidas y postres caseros

Para acompañar, La Távola ofrece una selección de bebidas que incluye la cerveza italiana Peroni, muy popular entre los clientes, así como la nacional Águila de barril . También tienen vino de la casa Prado Marina, disponible en blanco y tinto, ambos perfectos para maridar con cualquier pizza.



Los postres caseros son otro de sus puntos fuertes. Destacan especialmente el creppe de Nutella y dulce de leche, ideal para compartir, y el tiramisú cremoso, hecho siguiendo una receta tradicional italiana que conquista paladares.

Una filosofía de vida

Según explica Andrés Cutillas Paños, “he tenido muchos y muy buenos maestros con el paso del tiempo y he evolucionado. Nuestras pizzas han sentado cátedra a lo largo del tiempo. La constancia nos caracteriza y hemos sabido mantener una calidad media-alta durante mucho tiempo. Quien visita La Távola se lleva buena comida a casa, originalidad y la seguridad de que mantenemos el concepto de trabajar para el cliente, nos adaptamos a él y le damos un buen servicio”.

Estas palabras resumen a la perfección el espíritu de este local, que no solo vive de la excelencia culinaria, sino también del cariño, la cercanía y la atención personalizada que reciben quienes cruzan su puerta, ya sea en persona o a través de los pedidos a domicilio.

Continuar con ilusión

Con horario de martes a domingo, y servicios de domicilio rápido y eficiente, La Távola continúa siendo un punto de encuentro gastronómico en el barrio de Vistalegre y alrededores. Su nuevo responsable, Andrés Cutillas Paños, asume ahora el reto con la humildad de quien sabe que hereda una historia grande, pero también con la ambición de seguir innovando y mejorando.

Porque en La Távola, como dice su lema tácito, no solo se hacen pizzas… se cocinan historias, emociones y momentos que quedan para siempre.

¿Buscas una pizza que te transporte a Italia? ¿O tal vez necesitas un lugar donde sentirte como en casa? En La Távola , encontrarás ambas cosas… y mucho más.

La Távola: donde la tradición italiana se siente en cada bocado en el corazón de Murcia

En la murciana Avenida Marqués de los Vélez, 50, (antigua Carretera de Churra) La Távola se ha consolidado como uno de los espacios gastronómicos más queridos por los amantes de la cocina italiana. Con su apuesta firme por la pizza artesana al horno de piedra , la pasta casera y una cuidada selección de ingredientes, este rincón italiano ofrece una experiencia culinaria que enamora tanto a los vecinos como a quienes visitan la ciudad.

Con horario de martes a domingo , abriendo sus puertas de 13 a 16 horas y de 20 a 23:30 horas, La Távola también cuenta con servicio de domicilio rápido y eficiente , permitiendo disfrutar de sus sabores desde cualquier hogar de la región. Los teléfonos para pedidos son 868 079 292, 868 957 246 y 637 639 534, aunque también es posible hacerlo a través de aplicaciones de reparto o recogida en local.

Una carta variada y pensada para todos los gustos

La oferta de La Távola va mucho más allá de las pizzas. Su menú incluye entrantes clásicos, desde patatas fritas con bacon y queso mozzarella, hasta alitas de pollo, nuggets caseros, tequeños con mermelada de tomate o croquetas artesanas como la matriciana, la de ternera con setas y trufa o la vegetariana de temporada.

Entre las ensaladas, destacan opciones tan equilibradas como la Ensalada de Quesos, con medallón de cabra gratinado, bacon y salsa de yogur, o la Távola, con pasta fusilli, piña, york y maíz, ideal para un almuerzo ligero pero contundente.

Lasañas, pastas rellenas y hamburguesas para deleitar

Para los paladares más exigentes, las lasañas y canelones ofrecen versiones clásicas y creativas: desde la lasaña boloñesa hasta la vegetal , pasando por la berenjena parmigiana o la de ternera con boletus y trufa. Las pastas caseras rellenas, como los raviolis de ternera y boletus o los fiocchi de pera y queso, permiten saborear el arte de la pasta hecha con mimo y tradición.

También hay espacio para los amantes de lo internacional, con hamburguesas artesanas como la Távola, con queso brie y mayonesa de trufa, o la Toscana, con pollo crujiente, panceta ahumada y medallón de cabra. Acompañadas de patatas fritas o ñoquis fritos con salsas a elegir.

Pizzas para todos los paladares

Pero sin duda, el alma de La Távola son sus pizzas artesanas, cocinadas al horno de piedra con masa elaborada diariamente. Ofrecen tamaños medianos y familiares, con posibilidad de doble masa o queso vegano, y una amplia lista de combinaciones.

Desde las clásicas como la Margarita, la Prosciutto o la Napolitana, hasta creaciones únicas como la Capricciosa, la Cazurra o la Genovesa, pasando por las especiales del establecimiento como la Mediterránea, la Piamontesa, la Calabresa o la Tricolore.

Cada mes, La Távola sorprende con una pizza especial temática, como la Efímera (junio 2024), la Green Pepper (julio 2024) o la Cuarto de Siglo (enero 2025), esta última creada especialmente para celebrar los 25 años del local.

Postres caseros y vinos italianos

El cierre perfecto a cualquier comida o cena en La Távola llega con sus postres caseros : el cremoso de queso con frutos rojos, el tiramisú, el coulant de chocolate con helado o el panecillo con Nutella son solo algunas de las tentaciones dulces disponibles.

Además, la carta de vinos incluye referencias de calidad como Lambrusco, blancos y crianzas de Rioja o espumosos italianos, ideales para maridar con cualquier plato.

Promociones y servicio responsable

La Távola también ofrece promociones exclusivas para recogida en local, con descuentos en pizzas los martes, miércoles y jueves por la mañana. Además, permite realizar pagos cómodos mediante tarjeta o Bizum, y tiene claro su compromiso con la legalidad: está prohibida la venta de alcohol a menores de 18 años.

Con precios medios entre 15 y 20 euros por persona, y ofertas como dos pizzas medianas desde 24 € o dos familiares desde 34 €, La Távola no solo seduce por su sabor, sino también por su relación calidad-precio.

Un éxito reconocido

Su buen hacer no pasa desapercibido: en 2024 fue reconocida como uno de los restaurantes mejor valorados en Just Eat, con una puntuación de 4,5 estrellas, avalando así su popularidad entre clientes habituales y nuevos comensales.

¿Buscas una pizza auténtica, pasta casera o una ensalada fresca hecha con ingredientes de primera? En La Távola, todo sabe a Italia… ¡y a casa!

📍 Datos clave:

  • 📅 Horario: Martes a domingo, de 13 a 16 horas y de 20 a 23:30 horas.
  • 📞 Teléfonos: 868 079 292 / 868 957 246 / 637 639 534
  • 📍 Dirección: Avda. Marqués de Los Vélez, 50, Murcia
  • 🚚 Servicio a domicilio: Disponible en toda la ciudad
  • 💰 Precio medio: 15/20 € por persona.

Andrés Cutillas: entre harina y recuerdos, su legado perdurará en cada masa de La Távola

Murcia despidió reciente y sorpresivamente a Andrés Cutillas Pacheco, un hombre que supo convertir la pizza en arte, la cocina en hogar y el trabajo en pasión. Falleció el martes 11 de febrero de 2025, tras sufrir un inesperado derrame cerebral días antes, dejando un vacío imborrable en la hostelería murciana y en los muchos corazones que conquistó con su cercanía, talento y empeño.

Durante casi cinco décadas, Andrés fue mucho más que un hostelero. Fue un referente, una figura entrañable que marcó la historia culinaria de Murcia. Su trayectoria comenzó humildemente como botones en el Rincón de Pepe, para luego pasar por el restaurante chino Me Hua, donde ampliaría su visión del mundo gastronómico. En los años siguientes se formó amasando pizzas en La Cabaña de San Pedro del Pinatar, y más tarde se hizo cargo de La Tarantella y fue socio fundador de San Doménico, donde perfeccionó su oficio hasta encontrar su verdadera vocación: crear un espacio propio donde reinara la auténtica pizza italiana.

Ese sueño se hizo realidad con la apertura de La Távola, un nombre que hoy evoca sabor, tradición y familia. Primero en la calle Fuensanta, junto a la Catedral, después en El Ranero, como horno de pizzas para llevar, y finalmente en su actual ubicación en la Avenida Marqués de los Vélez, donde el local se convirtió en un punto de encuentro para vecinos y visitantes, gracias a su horno de piedra siempre encendido, su masa hecha a mano y su queso mozzarella traído directamente de Italia.

Andrés no solo buscaba ofrecer buena comida; exigía la excelencia en cada detalle. «Preferimos gastar en harina el doble de lo que costarían harinas más normales porque nuestra máxima es la calidad del producto que ofrecemos», solía decir. Y eso se notaba. Cada bocado era una promesa cumplida, cada pizza, una obra maestra.

Andrés Cutillas Pacheco, a la izquierda.

Pero más allá del sabor, Andrés era conocido por su trato humano, su cercanía y su capacidad de hacer sentir a todos como en casa. Junto a su esposa, Alicia Paños , y sus hijos, Andrés y Luz, construyó un negocio familiar que trascendió lo profesional para convertirse en parte del ADN gastronómico de la ciudad.

Su equipo, compuesto durante años por nombres como Tete, Omar, Salvatore, Gladys, Ana, Andrés y Pablo, le siguió con lealtad absoluta, prueba del liderazgo afectuoso que emanaba desde detrás del mostrador. Con ellos compartía no solo horas de trabajo, sino también anécdotas, risas y ese entusiasmo contagioso que caracterizaba al maestro.

Andrés Cutillas no solo cocinaba… contagiaba ilusión. Era un hombre de calle, de aprendizaje constante, de sabiduría sencilla pero profunda. En su página de Facebook, él mismo resumía su filosofía vital con esta frase:

«Ha estudiado DIGNIDAD en la calle. Se aprende más en la calle que en el colegio».

Hoy, Murcia llora aún su pérdida, pero celebra su vida. Sus manos ya no amasarán más, pero su huella sigue viva en cada masa que sale del horno de La Távola, en cada cliente que ha disfrutado de una de sus pizzas y en cada persona que tuvo la fortuna de conocerlo.

Sus restos fueron incinerados en una ceremonia íntima, aunque no faltaron las muestras de cariño: decenas de amigos, colegas y clientes se acercaron al Tanatorio Arco Iris para despedir a quien fuera, sin duda, uno de los grandes embajadores de la cocina italiana en tierras murcianas.

Descansa en paz, Andrés.
Tu espíritu seguirá presente en cada rincón de La Távola, en cada pizza que se hornea con amor, en cada sonrisa que nace al probar algo hecho con alma.

Tu masa nos une. Tu sabor nos une. Gracias por todo, maestro.

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