En pleno centenario del restaurante más emblemático de Murcia —recién galardonado con el premio a Mejor Trayectoria Empresarial—, el chef Ginés José Nicolás rompe moldes con una propuesta audaz: street food global, cocina a la vista, copa incluida y descuentos en el pub de abajo. Porque la tradición, también, sabe reinventarse

Hace cien años, en una Murcia que aún olía a azahar y carbón de leña, El Rincón de Pepe abría sus puertas con una apuesta clara: la grandeza de lo local, servida con rigor y elegancia. Hoy, en su centenario —y coronado con el prestigioso galardón Mejor Trayectoria Empresarial en los Premios Planes Gourmet RM 2025, que recibirán esta misma noche en La Cabaña Buenavista, en Primetime televisivo, otorgado por Mediaset España y La 7 TV—, el templo gastronómico murciano da un paso inesperado, pero profundamente coherente: baja la guardia, sube el volumen y se pone canalla.
LasGastrocronicas.com pudo disfrutar del Menú Canalla y realizar esta amplísima Galería fotográfica:
El Menú Canalla, disponible los viernes y sábados por la noche (hasta el 28 y 29 de noviembre) en la barra o la terraza del histórico local, no es una oferta más: es una declaración de intenciones. Por solo 35 €, incluye siete platos de cocina callejera con acento global, dos bebidas, una copa de bienvenida y descuentos exclusivos en La Muralla, el pub que late justo bajo el comedor principal. Un plan redondo, pensado para quienes quieren empezar la noche con sabor, ritmo y una buena historia que contar.
Reflexión estratégica y afectiva
Diseñado por el chef Ginés José Nicolás (Niko) —al frente de las cocinas desde 2008 y orgulloso continuador de la memoria de Raimundo González Frutos, que consiguió la primera estrella Michelin de la Región—, el menú nace de una reflexión estratégica y afectiva: «Queríamos romper la idea de que aquí solo se come clásico y caro. La barra y la terraza ya atraían a gente joven; el salón, no tanto. Con esto nos hemos regenerado», explica. Y vaya si lo han logrado.

También opina de esa manera, Juan Manuel Gómez, responsable de restauración de El Rincón de Pepe, del Grupo Orenes, «queríamos dar a conocer a las nuevas generaciones un sitio emblemático y una buena cocina con el mejor producto, que también da toques modernos y producto de la máxima calidad. Queremos que la gente joven no tenga miedo a entrar al restaurante y que conozcan que tenemos muchas ofertas y precios muy razonables», destacó.
El recorrido comienza con un guiño al mar y a la técnica: nigiri de langostino con huevas de pez volador y nigiri de salmón con huevas y salsa chili garlic —frescura, brillo, picante contenida. Le sigue un futomaki tempurizado de langostino y huevas de masago, crujiente por fuera, jugoso por dentro. Luego, el contraste: la gamba blanca tempurizada sobre patatas paja y huevo frito, bañada en la mítica salsa de Pepe —un curry rojo que evoca los fogones del sureste con un toque asiático—, un plato que es pura adicción.
La huerta entra con fuerza en las verduritas ahumadas salteadas con pisto murciano a la brasa, donde el humo no oculta, sino que realza el sabor del tomate y el pimiento. El viaje continúa hacia México con el taco de carnitas y cebolla morada en tortilla de maíz casera, jugoso, especiado, auténtico. Y culmina en lo ibérico más sublime: la panceta ibérica cocinada a baja temperatura durante nueve horas, untuosa, aromática, con esa grasa que se derrite como mantequilla dorada.

De postre, un clásico reinventado: leche frita flambeada al momento, servida con helado de turrón —crisp, cremoso, cálido, frío—, un abrazo sensorial que cierra el menú con nostalgia y modernidad.

LasGastrocronicas.com tuvo la oportunidad de degustarlo en el salón tradicional —ese espacio forrado de madera noble, con óleos de gambas rojas y nenúfares, y el gran jardín vertical que respira vida—, aunque la esencia del Canalla late más fuerte en la barra, con sus 28 comensales y el bullicio de una cocina a la vista que, desde 1971, sigue siendo una de las primeras y más admiradas de España.

Como aperitivo de bienvenida, la casa obsequió con una delicia simbólica: sobrasada de cerdo Chato Murciano con caramelo, un homenaje a la recuperación de la raza autóctona —proyecto premiado también en Planes Gourmet— y un recordatorio de que, incluso en su faceta más desenfadada, El Rincón de Pepe no olvida sus raíces.

Mientras continúan las obras de modernización —la segunda planta, los salones de eventos, la futura terraza con vistas a la Catedral—, el restaurante demuestra que el legado no se preserva en un museo, sino en la capacidad de hablar el lenguaje de cada generación.
Y esta noche, ese lenguaje se llama Canalla.
Con mayúsculas. Y con salsa de Pepe creada por Niko.






















