Sabores de invierno y solidaridad en Comersaciones 2025, los chefs David López y Andrés Torres fusionan tradición y compromiso social en una experiencia culinaria que trasciende el plato.
El pasado 19 de febrero, el Centro de Cualificación Turística (CCT) de Murcia se convirtió en el epicentro de una experiencia gastronómica única, donde la cocina trascendió su dimensión sensorial para convertirse en un acto de compromiso social. Medio centenar de comensales tuvieron el privilegio de participar en la primera cita de Comersaciones 2025, un ciclo que celebra la fusión entre tradición, vanguardia y conciencia solidaria.
LasGastrocronicas.com fue invitada a la experiencia gastronómica y pudo documentarla en esta amplia galería fotográfica:
La jornada arrancó en la terraza del CCT, donde los invitados fueron recibidos con un aperitivo que marcó el tono de la velada. Entre charlas distendidas y el suave sol de invierno, se sirvieron sabrosos platos de jamón. Ya en el interior del salón, tres delicados snacks que anticipaban la creatividad de los chefs protagonistas.
El tartar de tomate coronado con un etéreo merengue de aguataba sorprendió por su frescura y sutileza, mientras que la mini tortilla fluida de patata spunta y trufa de La Sagra elevó la sencillez a la categoría de arte. El brioche frito, relleno de alcaparras y un jugoso solomillo de jabalí, aportó un bocado intenso y rotundo, que cerró el aperitivo con un guiño a los sabores más profundos del invierno.
Propuesta a cuatro manos
En el comedor principal, la atmósfera se impregnó de expectación. David López, chef de Local de Ensayo y enamorado de la huerta murciana, unió fuerzas con Andrés Torres, alma de Casa Nova (Estrella Michelin y Estrella Verde), en una sinergia que fue más allá de la cocina. La propuesta, elaborada a cuatro manos, rendía homenaje al producto de temporada mientras narraba una historia de sostenibilidad y solidaridad.
El primer pase de los entrantes llegó con la caballa y encurtidos, un plato que equilibraba la potencia marina del pescado azul con la acidez vibrante de los vegetales en conserva. Una oda a la sencillez bien ejecutada, donde la técnica y el respeto al producto se percibían en cada bocado.
El arroz meloso de Calasparra, protagonista entre los principales, fue un tributo al alma agrícola de Murcia. Cocinado con un caldo de raíces ahumadas y acompañado por verduras del huerto, el plato evocaba el campo murciano en invierno, con notas terrosas y ahumadas que reconfortaban el paladar. A continuación, el rulo de gallo del Penedés destacó por su jugosidad y una textura impecable, realzada por una cocción precisa que respetó la nobleza de la carne.
El momento dulce de la velada no dejó indiferente a nadie. El bizcocho de boniato, ligero y aromático, se encontró con el contraste del helado de cabra ahumado, creando un juego de temperaturas y sabores que cerró el menú con una nota sofisticada. Los petit fours, titulados Estaciones, fueron pequeñas joyas que aludían al ciclo natural que inspira cada edición de Comersaciones.
La gastronomía como vehículo de cambio
Pero más allá de la excelencia técnica y la creatividad, esta comida a cuatro manos fue un acto cargado de mensaje. Tanto David López como Andrés Torres comparten una visión de la gastronomía como vehículo de cambio. Torres, además de chef, es fundador de la ONG Global Humanitaria, con proyectos activos en países como Camboya o Colombia y acciones recientes en zonas de conflicto como Gaza, donde su organización logró distribuir alimentos enlatados a miles de personas atrapadas por la guerra.
“Cocinar es un acto de amor, pero también de responsabilidad”, comentó Torres durante la sobremesa, mientras López añadía: “Eventos como este nos recuerdan que la gastronomía no se limita al plato; también tiene el poder de transformar realidades”.
El ciclo Comersaciones 2025, impulsado por Estrella de Levante y La Brújula del Gourmet, continuará su recorrido por las estaciones del año, reuniendo a chefs de renombre y cocineros locales en una celebración del producto murciano y su capacidad de inspirar historias que van más allá del paladar.
En esta jornada de invierno, los sabores, las conversaciones y los gestos solidarios encontraron un punto de encuentro perfecto. Porque cuando la cocina se convierte en diálogo y conciencia, cada plato cuenta una historia que merece ser escuchada.