El sábado y el domingo, el stand “1.001 Sabores Región de Murcia” se convierte en un puente entre tradición, innovación y producto local, con chefs que contaron historias con cada plato

En medio del bullicio de la séptima edición de Alicante Gastronómica —certamen que este año celebra su condición de Capital Española de la Gastronomía—, el estand de la Región de Murcia se ha erigido como un oasis de sabor con alma. Tras la apertura del viernes 3, durante el sábado 4 y este domingo 5 de octubre, el espacio “1.001 Sabores Región de Murcia” no solo mostró platos, sino relatos tejidos con limón, arroz, huerta y mar, en una programación que equilibró respeto por lo ancestral y osadía creativa.
LasGastrocronicas.com realizó esta amplia galería fotográfica el día de la jornada inaugural de Alicante Gastronómica:
El sábado arrancó con fuerza: Gilson León, de Leña y Karbón (Cartagena), y Ana Garre y Néstor Giuliordoro, de Salazones Garre (San Pedro del Pinatar), abrieron la jornada con una propuesta que unía el fuego directo y la salazón artesanal, dos pilares de la despensa mediterránea. Le siguió Juan Antonio García, del histórico El Churra, quien, bajo el lema “tradición: pasado, presente y futuro”, recordó que la cocina murciana no es estática, sino un río en constante movimiento.

A media jornada, Patricia Molina (El Sol, Cehegín) y Hervé Medina (Nicolás y Valero, Santomera) elevaron el listón: la primera con “sabores que trascienden”, y el segundo con una oda al limón murciano, convertido en protagonista absoluto de su propuesta. La tarde se tiñó de arroz con la cata de Calasparra DOP, seguida por la huerta en estado puro de Rodi Fernández (Taulla), y el homenaje a la tierra de Raúl Berrueta y Héctor Montaño (Mirador de Aledo). La jornada cerró con Alejandra Rodríguez (Cosa Fina), que sorprendió al público con su interpretación del caballito de mar y el chato murciano, dos iconos locales reimaginados con elegancia.
El domingo, el stand amanece con una invitación colectiva: la cata del aperitivo murciano, ese ritual cotidiano que une bares, amigos y conversaciones. Luego, Ginés Nikolás (Catorce Doce) evocará viajes con sus plum cakes, mientras Gabino Martínez (Arrabal Taberna) cocinará “a los pies de Sierra Espuña”, con ingredientes que parecían susurrar secretos de montaña. Pedro Pérez (La Muleta, Cehegín) y Jaime Martínez y Elena Tello (Arima Experience, Molina de Segura) cerrarán el mediodía con sendos homenajes a la memoria culinaria familiar: el primero con “textura, sabor y recuerdos”, y el segundo “reinventando a l@s abuel@s”.

La tarde dominical será un canto a la diversidad: los hermanos Mazón deleitarán con su repostería de autor, y Jie Lin y David Zapata (Madre Tigre) cerrarán con una fusión audaz: cocina china reinterpretada con producto murciano, un puente entre continentes que simboliza la apertura de la gastronomía regional al mundo.

La jornada culminará con la cata colectiva “1.001 Sabores Región de Murcia”, un acto coral que resumió en un solo gesto la riqueza de una tierra que no teme mirar atrás para avanzar. Mientras en el resto de la feria se celebraban arroces alicantinos, croquetas trufadas y coca amb tonyina, el stand murciano demostró que su fuerza no está solo en lo que cocina, sino en lo que cuenta.

Con el apoyo técnico de Fornet S.L. y el respaldo del Instituto de Turismo de la Región de Murcia, Murcia no se limita a participar en Alicante Gastronómica: se está haciendo escuchar, oler y saborear. Y en una feria que reúne a 130 chefs con estrellas y soles, su voz —húmeda de limón, crujiente de arroz y salpicada de mar— resonó con autenticidad.




















