La jubilación del pastelero Ricardo Ruiz pone fin a una tradición de décadas en el barrio murciano
Tras décadas de endulzar a generaciones enteras, la reconocida panadería y confitería Ricardo, un pilar del barrio de San Antón en Murcia, ha cerrado sus puertas de forma definitiva. Este cierre marca el final de una era, impulsado por la jubilación de su dueño, Ricardo Ruiz, quien también preside la Asociación Regional de Empresarios de Pastelería de Murcia (Arepa).

El establecimiento no solo era famoso por sus tartas y panes artesanales, sino también por su papel crucial en la festividad del patrón del barrio. Cada año, la panadería donaba la masa madre para que los voluntarios de la parroquia prepararan y hornearan las miles de piezas de los tradicionales panecillos de San Antón, que luego se bendecían y repartían entre los vecinos.

Se estima que en ocasiones se llegaron a distribuir hasta 100.000 unidades, una cifra que refleja el profundo arraigo de esta tradición.
Un cartel en la puerta del local anunciaba el cierre por jubilación, expresando el agradecimiento del propietario a su clientela. «Han sido muchos años de servicio y gratitud a ustedes. ¡Gracias!», se leía en el mensaje.

Este adiós ha provocado una ola de nostalgia entre los vecinos y la comunidad en general, quienes lamentan la desaparición de otro negocio familiar y tradicional en la ciudad.
Las redes sociales han sido el espacio donde la Asociación de Vecinos Nuevo San Antón y muchos particulares han expresado su pesar. Los comentarios de los usuarios reflejan la tristeza por la pérdida de un lugar tan emblemático, pero también agradecen los años de dedicación y servicio de Ricardo.


















