Caupona ‘El Estómago Alegre’
- Ubicación: Calle Mesegueres, 6. Barrio de Santa Eulalia. Murcia.
- Teléfono: 622 167 605.
- Horario: de 20 horas a 1 de la madrugada. Cierra los lunes.
- Precio medio: 15/20 euros.
En marzo de 2019 saltaron todas las alarmas cuando los vecinos de la calle Cánovas del Castillo de Santa Eulalia se encontraron con la persiana del popular restaurante ‘El Estómago Alegre’ a medio echar, sin el nombre de la taberna y con un cartel de «se alquila». Pero por fortuna todo ha quedado en un susto y con un poco de paciencia, por el retraso provocado por los meses de confinamiento, ya podemos volver a disfrutar desde el pasado 1 de septiembre de los genuinos sabores de la taberna en su nuevo emplazamiento de la calle Mesegueres, 6, en el mismo barrio de Santa Eulalia.
El nuevo local de Francisco Javier García San Martín, y su ‘hija’ Carmen María (Mini), condensa, en apenas 20 metros cuadrados, todo el aroma del antiguo local y vuelve a maridar el mundo del arte y las antigüedades con la mejor gastronomía a la que nos tenían acostumbrados durante tantos años. Y es que cuando nos encontramos en el interior del nuevo y minúsculo Estómago tendremos la impresión de que nada ha cambiado porque también cuentan con un comedor en la parte superior al que se accede a través de una escalera (en este caso metálica), con riesgo para la integridad de nuestras cabezas, del mismo modo como sucedía en ‘El Estómago’ de Cánovas del Castillo.
El pintor manierista milanés Arcimboldo, cuyas láminas encontramos por casi todas las paredes de ‘El Estómago Alegre’, era sin lugar a dudas uno de los pintores más originales del Renacimiento por sus retratos hechos con elementos naturales, todo tipo de alimentos, como frutas, verduras, flores e incluso animales y originalidad es el calificativo que más se ajusta al acogedor espacio gastronómico que conforma esta particular taberna, regentada por Francisco Javier García San Martín que estuvo ubicada desde 2012 en la calle Cánovas del Castillo y que hemos recuperado desde el 1 de septiembre en el número 6 de la calle Mesegueres, muy cerquita del antiguo local y sin salirnos del castizo barrio murciano de Santa Eulalia.
Originalidad tampoco le ha faltado nunca en cada uno de los establecimientos que precedieron a El Estómago Alegre, como fueron los recordados: ‘La rata escarlata’, ‘El cordero degollado’, ‘El ahorcado feliz’, ‘La pinta burlona’, ‘El cerdo volador’, o ‘La lengua de Luzbell’.
Y esa originalidad, que cuelga de sus paredes, y muestra en la decoración de sus locales, la traslada Javi cada noche a cada uno de los platos que surgen de su nueva minúscula barra; aunque eso sí, echaremos de menos su sorprendente plancha de la que salía un auténtico festival de sabores como los de sus recordadas tostas de solomillo con salsa de mostaza de Dijon y almendras, o el lomo con salsa de trufa blanca o con vinagreta de arándanos… También echaremos de menos sus hamburguesas la ‘Da Morte’ con queso emmental a la plancha, bacon y huevo lo la de boletus, a base de setas, cebolla crujiente y mayonesa de boletus. Pero no suframos, que no vamos a pasar hambre con la nueva oferta gastronómica de Javi y Carmen María.
Además de todas las medidas higiénicas correspondientes, alertan en cada uno de sus platos de la presencia cualquiera de sus componentes alérgenos como el gluten, sésamo, soja, sulfitos, crustaceos o el huevo, perfectame señalados en su carta.
Cuando entramos al local, (es conveniente reservar dado el limitadísimo aforo, una docena de comensales entre la planta baja y la planta superior) volvemos a encontrarnos la abigarrada decoración del antiguo ‘Estómago’ que incluye antigüedades, aperos por doquier, lámparas con cestos de mimbre, la gran lámpara de ‘araña’ del anterior local y decenas de cuadros de Arcimboldo en sus paredes. La gran escultura modernista de una mujer sujetando una lámpara, también preside el nuevo local, pero en éste parece aún más gigantesca que en el anterior.
Podemos elegir entre subir al comedor superior o dirigirnos, con cuidado de nuestra cabeza, a la barra donde nos muestran una espectacular exposición de más de cincuenta quesos de todo tipo y procedencia y, tras ellos, Javi y Carmen María con sus caraterísticos mandiles de cuero rojos, quienes nos preparará, a la vista de la clientela, una amplísima variedad de diferentes aperitivos, platos, tablas, tostas y ensaladas.
Caupona y Refectorium
Poco parece haber cambiado para los menos observadores, pero el cambio es evidente desde el mismo momento que llegamos a la puerta ya que la antigua taberna, se ha tornado aún más antigua en su nueva denominación latina de ‘Caupona’, palabra rotulada en zona preferente sobre el nombre de ‘El Estómago Alegre’. Y es que fueron los romanos quienes trajeron a Hispania su costumbre de tomarse un trago de vino con algo sólido para acompañarlo antes o después de hacer sus trabajos, ocios o negocios. La Caupona era una tienda de bebida rápida y comidas frías ya preparadas (generalmente vino, chacinas, quesos o encurtidos), que podías tomar o llevar. No había bancos ni mesas, sino una barra al exterior en la que los clientes por un ‘as’ podían templarse con una copa de vino y algo que mascar. En la puerta del local encontramos textos escritos en latín cuya lectura haría las delicias de cualquier sediento y hambriento legionario romano.
En la puerta del local también disponen de dos barriles y taburetes para tapear en la calle. Eso sí, para fumar habremos de alejarnos un par de metros tal como obliga la legislación actual en estos tiempos de pandemia.
Del mismo modo, en el toldo del nuevo ‘Estómago’ no luce el logotipo de ninguna marca de cerveza conocida, sino la palabra ‘REFECTORIUM’ (en mayúsculas), nombre latino de refectorio, palabra también proveniente del latín refectus (refresco), que era como llamaban a la sala destinada a comedor de los monjes en los monasterios y conventos.
Y el último de los grandes cambios del refectorium de la caupona ‘El Estómago Alegre’ lo encontramos en su barra y es que allí es donde se hace evidente que han potenciado la presencia de sus quesos, que ocupan la totalidad de la barra y el gran expositor bajo ella.
Su nueva oferta gastronómica apuesta por los quesos, los patés, las ensaladas, montaditos asados, embutidos ibéricos, vinos y vermús. Pese a no contar con plancha en el nuevo local, la oferta de su carta es amplísima con siete tipos diferentes de tablas, de ibéricos, de salchicha seca, de patés, de quesos o la mixta de quesos (con una docena de quesos diferentes) y patés.
Elaboran media docena de ensaladas, la de queso emmental aliñado, la de emmental y roquefort, o con jamón braseado; el jamón braseado aliñado, su ‘tomate en ceremonia’, el tomate partido de toda la vida, con boquerones, salmón, caballa, pimiento de piquillo y aceitunas o la original Giuseppe Arcimboldo con tomate, queso, maiz, habichuelas rojas y espárragos.
Hacen ocho tipos de tostas, de roquefort, de finas hierbas, de queso con salmón, torta del Casar, de sobrasada, sobrasada y emmental, sobrasada y roquefort y de sobrasada y atún.
Por último sus montaditos de carrillera de cerdo (con emmental o roquefort), de rabo de toro, de pollo Tiberio al curry o su cochinita. Entre sus quesos tostados encontramos el rulo francés o de Camembert.
En su bodega encontramos más de una docena de referencias de vinos blancos y tintos y su vino de la casa es de Bodegas Bleda que podemos tomar por copas a dos euros. Los quintos de cerveza nos costarán 1,20 euros.
“Comer es una necesidad del estómago, beber es una necesidad del alma”, decía Claude Tillier y ese es el lema de la casa. Demos la bienvenida a la nueva quesería del Refectorium de la Caupona ‘El Estómago Alegre’ donde nada ha cambiado cuando ha cambiado todo.