Sabíamos que lo íbamos a pasar mal, sabíamos que la situación era dramática lo que no intuíamos es que nuestra región haya destacado por ser la más dura en sectores fundamentales de nuestra estructura económica, cultura y hostelería.
Desde las más altas instancias de nuestro Gobierno Regional, se ha fijado sin desmayo en disuadir a la población de no hacer uso de teatros, bares y restaurantes. Al parecer el COVID-19 debe de tener su fijación justamente en nuestras industrias y es mas virulento en nuestros horarios.
La restricciones de capacidad en los locales han sido salvajes, se sabía que nos iba a afectar y que si esto duraba el tejido de estas dos industrias estaría tocado de muerte.
Imposible levantar negocios después de el cierre por meses y de las extraordinarias y restrictivas medidas adoptadas.
Quizás deberían estudiar de que manera podrían ayudar a nuestro sector, pero es difícil resucitar a un muerto.
La buena voluntad del presidente de la Comunidad Autónoma de la Región Murcia, no es suficiente, no solo palabras y buena voluntad, «hechos son amores».
Y recordaré aquel dicho muy murciano «Los consejos, por favor en metálico» NO, el COVID-19 no ha elegido bares y restaurantes para hacerse más fuerte y propagarse, ¡NO y mil veces NO!.
Inteligencia y sentido común para derrotarlo, inteligencia y sentido común que no han demostrado.
¡Salud y que Dios nos pille confesados!
Emilio Ángel Morales Marín,
es empresario hostelero y gran coleccionista de arte, propietario del Bar Jauja
y fundador del desaparecido restaurante El Continental Bistró.
Así es amigo.
Lo fácil es tomar medidas restrictivas y que nadie les diga que no han hecho nada. Pero desde Julio con el cierre de discotecas y las restricciones horarias, seguidas en los
Meses sucesivos de reducciones de aforos, prohibiciones de barras etc , los contagios no han parado de crecer. No será que no es en los bares ni restaurantes donde se propaga?