El joven, pero experimentado hostelero, Pedro Delgado Martínez, de tan solo 27 años, pero con más de siete años de experiencia hostelera, decidió hace un par de años dar un giro de tuerca a su bar restaurante junto al polémico paso a nivel de Santiago El Mayor y cambiar nombre y concepto a El Pumuki, pasando a El Guindilla, en honor al apodo de su abuelo materno quien regentó durante muchos años en Alcantarilla una tradicional taberna familiar.
Así pasó de ofrecer una cocina joven y casual, más centrado en los platos rápidos como bocadillos, carnes y pescados y las hamburguesas, a una cocina más elaborada y con una mayor oferta gastronómica basada en los platos de la gastronomía regional murciana más tradicional.
De esta manera, podríamos decir que El Pumuki se ha hecho mayor y en el cambio hemos salido ganando todos. El Guindilla conserva aún su toque juvenil y algo canalla pero el sabor de sus elaboraciones ha ganado muchos enteros con su nueva oferta de platos de cocina casera.
Ha sido un año difícil para la hostelería regional murciana y no lo ha sido menos para Pedro Delgado, quien se hizo muy popular en los medios de comunicación y en las redes sociales, por su decisión de no acatar las restricciones dictadas por Salud al considerarlas un suicidio para la hostelería (ver los enlaces a las noticias al final de este texto). Hoy, por fortuna, ya parece verse la luz al final del túnel de esta interminable crisis sanitaria y económica y Pedro lo ha celebrado como mejor sabe hacer, a través de los mejores productos y elaboraciones para ofrecer a sus clientes que tanto le han apoyado en estos tiempos difíciles.
Antes de la pandemia, Pedro tenía cuatro trabajadores, hoy (de momento) solamente él y su cocinera, su prima Vanesa Pérez Delgado, quienes han llenado su despensa para ofrecernos una gran alternativa para tapear o comer y más tarde cenar excelentemente, cuando las circunstancias lo permitan.
«Soy consciente de que el desastre que hemos sufrido en la hostelería tardará en solucionarse. Tengo esperanza, pero nos queda un camino muy largo creo yo», se lamenta Pedro.
Cuentan con una amplísima terraza ‘parapetada’ con media docena de mesas que pretenden ampliar y cuando accedemos al interior nos encontramos la amplia barra a la izquierda donde exponen toda su oferta de tapeo y el gran salón a la derecha con capacidad para acoger a 75 personas cuando las restricciones lo permitan.
Y no habrá nunca posibilidad de confusión a la hora de acceder al baño, porque los logotipos de hombre o mujer, ocupan toda la puerta de los aseos.
Su nueva oferta de cocina tradicional
En esta nueva etapa, El Guindilla nos ofrece una amplísima oferta, desde el desayuno (un café nos costará un euro y 1,50 con tostada) hasta el tapeo desde sus ensaladillas, rusa y de mariscos, marineras, marineros, bicicletas, tortitas de camarón, caballitos, nidos de langostino, tigres, croquetas caseras de jamón, de berenjena o la de gamba roja al ajillo. No debemos dejar de probar sus setas a la plancha rellenas de jamón y queso en crema, sus zamburiñas y las piruletas de sepia y gamba.
Como tapas más potentes, entre sus entrantes, encontramos su calamar nacional a la plancha o a la andaluza, los chipirones a la andaluza o la sepia a la plancha. Pero por supuesto no falta el embutido de calidad ni el jamón ibérico o los huevos rotos con jamón y los huevos rotos a la murciana. Entre sus tapas poderosas están sus alcachofas con foie y Pedro Ximénez o las habitas baby en aceite de oliva con jamón.
Elaboran cuatro tipos de ensaladas: la mixta, la de pimientos o la de carpaccio de salmón y bacalao, además de su clásico tomate partido con bonito.
Si la cosa se va animando damos paso a las cazuelas, de gambas al ajillo, de chanquetes, de almejas o la de todo junto: gambas, chanquetes y almejas.
Y las palabras mayores llegan a partir de su oferta de carnes y pescados, con su chuletón de ternera de añojo de medio kilo (por 18 euros), el entrecot de ternera de añojo, sus costillas de cordero y el tiernísimo y sabrosísimo solomillo de cerdo acompañado por una abundante guarnición de verduras a la plancha.
Entre sus pescados encontramos el emperador, el salmón noruego, la lubina y su fuente de fritura de pescado, por solo 15 euros.
«Basamos nuestra cocina en el tapeo y en la cocina tradicional», nos cuenta Pedro. «Mariscos, pescados, carnes y arroces. Todos los fines de semana elaboramos todo tipo de arroces. Y, por supuesto, si el día está nublado no faltan las migas», explica Pedro.
Son expertos en la elaboración de cabezas de cabrito, eso sí, siempre por encargo. También por encargo podemos contar con asados de cordero, de pollo, piernas, paletillas y paellas de marisco, pollo, costillejas, bogavante y caracoles.
Ah, y en breves fechas volverá su aplaudidísimo pulpo al horno a la murciana los fines de semana. Igual que su menú diario por diez euros que incluye dos platos, bebida, postre y café.
Entre sus postres encontramos pan de Calatrava, tartas de la abuela y del abuelo (con chocolate blanco), flan de café y otros postres totalmente caseros y su bodega cuenta con vinos de Jumilla, Rioja y Ribera.
El Guindilla:
- Dirección: Calle Pío XII, 3. Santiago El Mayor
- Teléfono: 868 191 175
- Horario momentáneo: de 8 a 16 h. Cierra los lunes.
- Precio medio: De 12 a 15 euros por persona.
- Facebook: El Guindilla Bar.