El documental español ‘108 Cuchillo de Palo’, dirigido por la paraguaya Renate Costa, estrenado en febrero de 2010 en la Berlinale, que trata el tema de la transexualidad en Paraguay con la idea de dar a conocer el maltrato y las torturas que sufrieron los homosexuales en Paraguay durante la dictadura de Stroessner, es el origen de la denominación del ‘pequeño-gran’ restaurante muleño ‘Cuchillo de Palo’ que abrió sus puertas el pasado 12 de marzo de la mano del matrimonio formado por la cocinera paraguaya Andrea Ríos Colmán y su pareja Miguel Ángel Rizo Moreno.
Ubicado en la céntrica calle Boticas, hoy Ortega Rubio, 5 de Mula, a tiro de piedra de la histórica plaza del Ayuntamiento, nos ofrece una sorprendente oferta gastronómica fundamentada en la cocina de raíz, con unos excelentes bocados con indudable influencia de la más auténtica cocina paraguaya, pero combinada con los mejores productos murcianos como las verduras o la carne de chato murciano.
Andrea Ríos cuenta con una gran experiencia gastronómica tras su paso por diferentes restaurantes de Madrid, en los 16 años que lleva residiendo en España, y seguro que es de las pocas personas, si no la única, en la Región de Murcia que habla la lengua guaraní en la que ‘Cuchillo de Palo’ sería Crixe Ibica’. Aunque lleva diez años en Mula, se lamenta de que «no se tocar el tambor, cuando es mi fiesta favorita».
Fotogalería de ‘Cuchillo de Palo’ de LasGastrocronicas.com y ‘La Cholepa’:
Cuando accedemos a ‘Cuchillo de Palo’ nos encontramos directamente en su pequeño comedor con capacidad para acoger a una veintena de comensales. Al fondo nos encontramos la barra regentada por Miguel Ángel Rizo y junto a ella, a la izquierda, podemos contemplar su pequeña cocina a la vista donde Andrea prepara todas sus elaboraciones caseras, hasta sus cuatro tipos de pan los hacen a mano ellos mismos, con la ayuda de Celia Boluda y Pepi Gracia. También ayudan en sala a Miguel Ángel, Jesualdo Moreno, María Gracia y María Luisa.
En el sótano cuentan con otro pequeño salón, coquetamente decorado, con mesas de madera y sillas de enea de diferentes colores, con capacidad para otra veintena de comensales. Los aseos del local también se encuentran en la planta sótano.
El hermano de Miguel Ángel, Antonio Rizo Moreno, es el autor del diseño de la decoración del local en la que podemos encontrar puertas antiguas en las paredes paredes blancas con bajos de ladrillos, tambores muleños colgados por las paredes y, en la escalera de acceso al sótano, velas rojas, quinqués y botellas antiguas. En el techo, donde se aprecian las vigas originales del edificio del siglo XVIII donde se ubican, llaman la atención las grandes bombillas que iluminan el comedor. Un gran dibujo de la cara de una chica mordiendo un pincho moruno, realizado en tiza sobre una pizarra negra por el propio Miguel Ángel, preside el comedor.
Bocados de autor
Una de sus principales características, como hemos dicho, es que ellos mismos elaboran artesanalmente los cuatro tipos de panes con los que hacen sus sabrosos ‘bocados’ de autor, como ellos llaman a sus bocadillos: de tinta de calamar con masa madre; su pan de queso, que en Paraguay se llama «Chipa»; el pan de leche de su mini hamburguesa y el delicioso pan de mantequilla.
Cuentan con una sabrosa oferta gastronómica, empezando por sus tapas, con tres tipos de croquetas: de pulpo, de gamba roja y la de setas y queso parmesano. Tenemos que probar su particularísima longaniza de chato murciano y la sorprendente salchicha de ternera con pistachos.
Elaboran dos tipos de mini hamburguesas, la vegetal y la de ternera; dos tipos de empanadillas, de ternera y de palmito y sus tapas estrellas son sin duda sus ‘bocados’, con sus cuatro panes especiales: vegetal (de setas rebozadas y brote de cebolla con pan de queso); de calamar (de indudable influencia madrileña); de carrillera, con pan de mantequilla y el de vaca vieja.
Como platos más rotundos para compartir ofrecen su ensalada de burrata, embutidos de chato murciano, salmón marinado, atún confitado, pasta al ajillo, calamar a la brasa, pastel de verduras (con espuma de pimiento de piquillo y mermelada de calabaza), revuelto de oreja, solomillo de vaca con salsa de puchero y su espectacular chuleta de chato murciano.
Entre sus postres caseros encontramos su tarta de queso, mousse con aceite de oliva y carpaccio de piña y la crema de limón con mango.