La nube tóxica de dióxido de azufre provocada por la erupción del volcán de Cumbre Vieja en La Palma, podría haber comenzado a entrar a la Península a través de la Región de Murcia, con valores más altos de los esperados, según las estimaciones del sistema de vigilancia atmosférica de la UE Copernicus que indican que ahora mismo el penacho volcánico (la estela que la nube va dejando mientras se desplaza a merced de los vientos), según publica La Opinión, estaría ahora mismo situada sobre el mar de Alborán y frente a las costas murcianas y mañana y el sábado cubriría la Región por completo.
La AEMET reconoce ya concentraciones altas de este gas sobre Canarias pero asegura que no hay riesgo de lluvia ácida ni para la salud en la Península.
Según los modelos empleados para la prever el desplazamiento de la nube de azufre, el grueso de este gas en suspensión se coloca aún sobre Marruecos y no ha llegado a afectar de pleno a la Península Ibérica. Copernicus estima que la Región de Murcia y el resto de regiones costeras podría verse afectada esta tarde y de pleno a partir de mañana viernes.
Copernicus, el sistema europeo para el control del medio ambiente, ya detecta un leve aumento de las partículas nocivas en la mitad sur de la Comunidad Valenciana, según publica el diario Las Provincias, pero aún prevé que los niveles se disparen de cara al viernes. En su última previsión ha elevado el máximo nivel de dióxido de azufre que se espera registrar en las provincias de Alicante y Valencia. En Valencial se esperaba registrar 60 mg/m2 y ahora se indica una previsión de 91 miligramos por metro cuadrado. El nivel más alto se espera en las proximidades de El Campello: 141 mg/m2.
Las últimas imágenes disponibles de los satélites Sentinel 5, capaces de detectar la traza de este gas en la atmósfera, siguen manteniendo la bolsa de gas sobre las costas marroquíes.
Además de la nube del volcán de la Palma, el sistema Copérnicus también permite conocer el avance de la nube de la otra erupción volcánica que ahora mismo se está registrando en Europa. El volcán Etna, en Sicilia, también está expulsando gran cantidad de gases a la atmósfera. En este caso, los vientos están empujando esa nube de gas hacia el este y las imágenes por satélite confirman que el penacho volcánico de la erupción ha llegado ya a Siria y hasta incluso a Afganistán.
Los peligros de la nube de azufre
El dióxido de azufre (SO2) de la erupción volcánica en la isla de La Palma puede provocar, en altas concentraciones, irritaciones en las mucosas, lagrimeo, inflamaciones pulmonares o incluso bronquitis, alveolitis y neumolitis, tal como advierten desde la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica. El jefe de Sección de Neumología del Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz Germán Peces-Barba, explica que los gases que emite el volcán son dañinos para la salud de la población general en altas concentraciones.
Por el momento, la Agencia Estatal de Meteorología de España (Aemet) detectó este martes en el centro de investigación atmosférica de Izaña, en Tenerife, la llegada de dióxido de azufre con picos de hasta 20 partes por billón, hasta 400 veces por encima del «valor normal» en esa zona, a 2.371 metros de altitud. En todo caso, según la Aemet, esta concentración «no supone un riesgo para la salud» porque se trata de «una medida puntual».
Llegada a la Península
La previsión es que la erupción volcánica emita una elevada cantidad de dióxido de azufre a la atmósfera que llegará el viernes a cubrir buena parte de la península Ibérica, casi todo Marruecos y Túnez y las costas mediterráneas de Francia, Italia, Argelia y Libia. Los expertos coinciden en que la dispersión de este gas por la atmósfera desde el punto de la erupción volcánica hasta su llegada a la península ayuda a que su concentración se rebaje y sus efectos nocivos se atenúen. Se trata de partículas en suspensión que han ascendido a las capas más altas de la atmósfera. Los vientos las están esparciendo y rebajando por lo que el riesgo para la salud y la posibilidad de lluvia ácida es muy bajo. El riesgo real de este gas está en las zonas más próximas a la erupción.