En esta era digital, hasta los hábitos se vuelven virales. La Iglesia, decidida a atraer a las juventudes del siglo XXI, ha lanzado su propio «plan de conquista» en las redes sociales. Sí, has leído bien. Ahora los religiosos se pasean por Internet, llevando la palabra sagrada a los corazones y mentes de los jóvenes, quienes han migrado más hacia memes que a misas.
En Mallorca, la sensación en línea es ni más ni menos que una monja con actitud y seguidores: Xyskia Valladares, popularmente conocida como «la monja tuitera». Aparentemente, los hábitos y los hashtags pueden ir de la mano, ya que ha acumulado más de 700.000 seguidores en TikTok, la guarida virtual de adolescentes y jóvenes en búsqueda de entretenimiento.
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En su último vídeo, Valladares se entusiasma con las galletes d’Oli de Artà. «Son las mejores galletas de su estilo que puedes encontrar», comentaba la religiosa, reconocida influencer y jefa comunicación del CESAG. «Soy monja de verdad, aunque te parezca que no. Me mueve el evangelio de Jesús», dice de sí misma en su perfil.
Valladares, parte del equipo en el Centro de Estudios Superiores Alberta Giménez y miembro de la congregación Pureza de María, no es la única monja digital en el convento. Maje Torrente, también de la misma orden y docente en la universidad privada, se ha unido a la misión digital de llevar la fe a través de videos virales en TikTok.
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Y lo que los internautas no esperaban, y mucho menos el diario local Diario de Mallorca, fue que Maje sacudiera los cimientos de la red compartiendo un «oscuro secreto». En un video que dejó a todos con la boca abierta (y tal vez con ansias de confesión), la monja desveló su «pecado» preferido.
@majetorrente #monjastiktokeras #pasion por las #chucherias de @mercadona_oficial ♬ sonido original – Maje Torrente
«Mientras recorro los pasillos de Mercadona, me asalta una tentación. Una debilidad irresistible que incluso las oraciones no pueden vencer», admitió Maje, mientras sostenía una bolsa de golosinas que contenía la adicción dulce en cuestión. No, no se trataba de la lucha entre el bien y el mal, sino de la resistencia a los encantos de las «Xuxes Top Ten«, esas golosinas que llevan a Maje al límite por tan solo 1,25 euros.
Parece que incluso en el mundo de las monjas modernas, hay placeres terrenales que no pueden ser ignorados. En un mundo donde los corazones y los likes cuentan, Maje ha demostrado que incluso la fe puede venir con un toque de humor y dulzura. ¿Quién sabía que las confesiones podían ser tan adictivas como los videos virales?