Corría el año 1926 cuando abrió sus puertas la pastelería Barba en la esquina de las calles Riquelme y Giménez Baeza, que tres años más tarde pasó a denominarse Zaher a manos de los socios Zamora y Hernández (ZA-HER), quienes elaboraban y mimaban esta la receta tradicional del pastel de carne de carrillera y su excelente variedad con sesos.
Por la mítica barra de la pastelería Zaher desfilaron el 30 de mayo de 2016 los últimos pasteles de carne, ya que el local cerró ese día sus puertas. El cierre de este popular negocio, motivado por la jubilación de su propietario, Francisco Hernández, hizo que muchos murcianos se lamentaran ante la posibilidad de no volver a probar uno de los pasteles de carne más valorados de la ciudad. Sin embargo, la mala noticia de su cierre llegó acompañada por otra más alegre. Y es que, los empleados de Zaher se unieron y, a escasos metros de la calle Riquelme, abrieron un nuevo local con el mismo nombre.
La rica y variada gastronomía murciana quizá tenga su plato cumbre en el tradicional pastel de carne murciano, una receta árabe para algunos, datada en la edad media para otros o incluso una apropiación musulmana de una receta del tiempo de los romanos que ha logrado llegar a nuestros días con el mismo sabor y la misma fuerza con la que nació.
El primer hecho documental de la receta del pastel de carne murciano se produce en las Ordenanzas de 1691, promulgadas por Carlos III, y desde entonces se han sucedido las normativas y ordenanzas para regular y legislar la composición idónea de esta joya de la gastronomía murciana que fue el buque insignia del Bar y Pastelería Zaher desde 1926 hasta 2016, 90 años de la historia de la hostelería murciana.