Aproximadamente un centenar de hosteleros de Murcia volvieron a protagonizar este viernes, 13 de noviembre, un nuevo acto de protesta por el decreto del cierre del sector decretado por la Consejería de Salud.
La convocatoria, que en esta ocasión sí contaba con el permiso de la Delegación del Gobierno, se inició a las 17 horas en la Glorieta de España, frente a la entrada principal del Ayuntamiento de Murcia donde el profesor de hostelería, Eduardo Bó, dio lectura a un manifiesto y otro hostelero manifestante, Paco de Trambóliko, también dirigió unas palabras a los convocados expresando la crítica situación que atraviesa el sector hostelero en la Región de Murcia. En esta ocasión, tampoco estuvo presente ningún representante de la ejecutiva de Hostemur.
Posteriormente, los hosteleros desplegaron una gran pancarta con el lema «NO AL CIERRE», firmada por bares, restaurantes, ocio nocturno, karaokes y salones de apuestas. Acompañaron a los hosteleros representantes de la Asociación de Empresarios de Karaokes, con otra pancarta en la que se leía «CANTAR NOS DA LA VIDA, el Karaoke es un ocio controlado y sin riesgos». La participación de empresarios de karaokes se notó especialmente en esta ocasión ya que en varios momentos del recorrido los manifestantes cambiaron los gritos de lemas por estribillos de canciones como la de ‘Al calor del amor en un bar’ de Gabinete Caligari: «Los bares, que lugares. Tan gratos para conversar. No hay como el calor. Del amor en un bar».
La comitiva emprendió la marcha en dirección a la Gran Vía Salzillo y la recorrío con pitos, cacerolada, y gritos de «No al cierre» y «Queremos trabajar». Aunque no se produjeron incidentes a lo largo del trayecto, quizás el momento más tenso se produjo cuando la manifestación llegó a la altura de El Corte Inglés de la Gran Vía, a las puertas de la franquicia Starbucks, que se encontraba abierta con una importante afluencia de público que recogía sus productos para llevar. Allí los manifestantes gritaron «Si ellos trabajan, nosotros también».
Los participantes en la manifestación continuaron su marcha hacia la Avenida de la Libertad y terminaron a las puertas de El Corte Inglés como protesta a que el Gobierno regional mantenga abiertos los centros comerciales y les deniegue la posibilidad de trabajar al resto de la hostelería.