El presidente de Hostemur, Jesús Jiménez, ha asegurado, en declaraciones a Onda Regional, que el Gobierno Regional muestra incapacidad para contener la tercera ola de la COVID-19. Lo peor de las medidas que hoy han entrado en vigor, según Jesús Jiménez, es que no se van a salvar las cenas en bares y restaurantes debido a que se adelanta a las 10 de la noche el toque de queda: «Llegamos al máximo absurdo de limitar el delivery (la entrega a domicilio) a las 10 de la noche, con lo que ello conlleva. No salvamos ni el turno de cena presencial en las terrazas ni ese otro servicio. Además, en marzo se consideró servicio esencial y sí se pudo hacer».
La asociación profesional de hosteleros de Lorca, Hostelor, también ha calificado de «indignantes» las nuevas medidas de restricción para el sector adoptadas por el Gobierno regional y advirtió de que provocarán el cierre de más negocios.
Lo más absurdo, según el presidente de Hostemur, que ayer emitió un comunicado al respecto, es que tampoco se podrá servir comida para llevar a partir de esa hora. Jesús Jiménez dice que adelantar a las 10 el toque de queda, cerrar el interior de los bares y reducir el aforo de las terrazas al 50% no contendrá la tercera ola de coronavirus: «Muestran una incapacidad absoluta por parte de este Gobierno y sus técnicos para mantener bajo control la ola. La Región de Murcia es la primera comunidad autónoma que se sube a la tercera ola de una manera muy descontrolada».
También, según publica el diario La Opinión, Hostemur acusa al presidente de la Comunidad, Fernando López Miras, de «arruinar» a los bares y restaurantes de la Región con las restricciones impuestas durante la Navidad y con el cierre del interior de establecimientos en los 22 municipios que vuelven a estar confinados a partir de este sábado, mientras que ha evitado las limitaciones a las familias, porque podían quitarle votos. El presidente de Hostemur, Jesús Jiménez, alertaba ayer de que muchos establecimientos no van a poder superar las pérdidas que han sufrido, ya que el adelanto del toque de queda a las 22.00 horas les priva incluso de los ingresos que podrían obtener con el reparto de cenas a domicilio.
Tras la aprobación de las nuevas restricciones, que afectarán al 80% de la población regional, Hostemur ha pedido la dimisión del equipo encargado de gestionar la crisis sanitaria, al que tacha de «infantil» y acusa del repunte de los contagios, a pesar que de los establecimientos tuvieron que cerrar a las 18.00 horas en Nochebuena, Nochevieja, Año Nuevo, el 5 de enero y Reyes. «Los que nos gobiernan han demostrado su ineptitud y su incompetencia. Sabían perfectamente lo que pasaría y, a pesar de ello, machacaron a la hostelería, pero flexibilizaron las reuniones familiares, llevando a la Región al límite sanitario actual», manifestó Jesús Jiménez.
Añadió que el Gobierno ha evitado «decirle a la sociedad que no iba a tener Nochebuena y Nochevieja para no sufrir un coste electoral». El presidente de la patronal hostelera insistió en que los contagios que han llevado al endurecimiento de las restricciones no se han producido en los bares y restaurantes, sino en «los encuentros familiares, en las fiestas privadas y en los botellones». Recuerda que «mientras se cerraba la hostelería la víspera de Reyes a partir de las 18.00 horas, los centros comerciales estaban a reventar».
Jesús Jiménez se pregunta «de qué sirvió cerrar la hostelería por las noches, si proliferaron las fiestas privadas abarrotadas y los botellones». A su juicio, muchos establecimientos no podrán superar las pérdidas que han sufrido, porque «enero y febrero son los peores meses del año» y no resistirán. Además, los establecimientos que tienen que conformarse con servir comidas para llevar ni siquiera podrán repartir cenas después del toque de queda, que se ha adelantado una hora.
Habrán nuevos ERTE
Según Jesús Jiménez, los establecimientos de hostelería volverán a acogerse a un expediente de regulación temporal de empleo (ERTE) mientras se vean obligados a dejar de recibir clientes en el interior y solo puedan atenderlos en las terrazas. Según sus previsiones, el cierre puede durar al menos tres semanas. Aunque el paraguas de los ERTE ha permitido mantener el empleo a pesar de los estragos causados por la pandemia en el sector, la patronal considera que las nuevas restricciones destinadas a contener la tercera ola supondrán «la muerte del tejido empresarial hostelero».
Hostelor considera «indignantes» las nuevas medidas que afectan a la hostelería
Por su parte, la asociación profesional de hosteleros de Lorca, Hostelor, calificó ayer viernes de «indignantes» las nuevas medidas de restricción para el sector adoptadas por el Gobierno regional y advirtió de que provocarán el cierre de más negocios. Su presidente, Jesús Abellaneda, puntualizó, en declaraciones a Efe, que la crisis sanitaria ha provocado el cierre del 20 por ciento de los locales de Lorca durante 2020 y su organización prevé que la cifra pueda duplicarse durante el primer semestre del año si se mantienen las restricciones, que causarían el cese de la actividad de un centenar de locales más.
En una la de prensa, en la que estuvo acompañado por varios hosteleros de la ciudad, Abellaneda recordó que 400 trabajadores que dependen del sector ya se han quedado sin empleo en el municipio. Además, destacó que en localidades como Lorca la mayor parte de los contagios de esta tercera ola se están produciendo «en encuentros privados», que no tienen nada que ver con la actividad de la hostelería.
Abellaneda se lamentó de todos los sacrificios realizados por su sector desde marzo del año pasado y consideró que las restricciones en la hostelería solo están propiciando «un empobrecimiento de la ciudad por el cierre de negocios tradicionales» y están dando vía libre a «encuentros en viviendas» sin control sanitario.
«Lo primero es la salud, no tenemos dudas», destacó Abellaneda, quien argumentó también que «lo que no podemos acatar los hosteleros son decisiones de cierre», en relación con el cese de actividad en el interior de los locales. Además, se mostró partidario de otras medidas menos lesivas para su sector, que pasarían por renunciar al ocio nocturno, restringir las barras y el aforo de los locales a un 50 o un 30 por ciento y limitar el número de comensales por mesas, pero insistió en que «no podemos cerrar». Recordó que también las empresas proveedoras y de servicios a la hostelería se van a ver afectadas por las nuevas restricciones.
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