Miles de personas se han vuelto a congregar este sábado, en todo el litoral del Mar Menor en un simbólico abrazo, organizado por la Plataforma de la Iniciativa Legislativa Popular por la personalidad jurídica de la laguna salada.
En la actividad han participado personas de todas las edades, incluyendo veraneantes procedentes de distintas zonas del país, que se han involucrado en este evento en el que según explica Jesús Cutillas, portavoz de la ILP, a La Opinión, «ha participado menos gente porque este verano todavía no ha habido más peces muertos y el Mar Menor tiene una gran capacidad de autoregeneración».
Por su parte, otra portavoz de los colectivos organizadores, Teresa Conesa, explica en La Opinión que el evento de este sábado tiene, por un lado, un carácter festivo, por los avances que ha tenido en las Cortes Generales la ILP, y por otro reivindicativo, «porque seguiremos defendiendo el Mar Menor hasta que se arregle«.
Conesa ha recordado que «en septiembre se realizará el último trámite para que entre en vigor la ILP y este sea el primer ecosistema de Europa que tenga derecho a vivir, a no ser agredido».
En la mayoría de los chiringuitos de la costa ha sonado la canción Somos sol y salde Nunatak, tras lo que los asistentes han coreado esloganes como «Mar Menor Vivo» o «SOS Mar Menor». «Queremos repetirlo año tras año mientras no cesen los vertidos que puedan dañar el ecosistema», ha explicado Conesa.
La protesta comenzó a la una de la tarde, pero dos horas antes, en la Plaza del Espejo de Los Alcázares, se celebró una fiesta infantil como preludio a la segunda edición del simbólico «abrazo al Mar Menor» convocado en todas las playas del entorno de la laguna. La convocatoria ha concluido con la actuación de una sirena en el mismo punto.
Las personas vestían una camiseta negra, algunas con el lema SOS Mar Menor, en un acto en el que se han visto pancartas alusivas a la contaminación de la laguna. En algunas playas los manifestantes aplaudieron al término del acto que duró unos diez minutos.
Conesa ha agregado que «aunque están lavándole la cara, sacando algas, mientras no deje de entrar el veneno, se suma lo que ya había. En ese sentido tememos que pueda haber otra anoxia y que las fuertes lluvias en el otoño arrastren todo lo que hay en el campo de Cartagena. Por ello, pedimos soluciones basadas en la naturaleza y en el origen de la problemática».
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