Decenas de toneladas de alimentos en mal estado y no aptos para el consumo han sido confiscadas por la Guardia Civil en una operación denominada ‘Operación Potacar‘. En total, más de 28 toneladas de comida, incluyendo productos cárnicos y pescado congelado, fueron descubiertas con irregularidades, ya que habían sido reetiquetadas para extender su fecha de caducidad.
La investigación llevada a cabo también ha afectado a la Región de Murcia, donde se inspeccionaron varios establecimientos en diferentes localidades, como Murcia, Puerto Lumbreras, Cartagena y Mazarrón. Esta red estaba planeando distribuir los alimentos en bares y restaurantes después de cambiar las etiquetas para ocultar su estado de descomposición.
En la ciudad de Zaragoza, se encontró la mayor cantidad de alimentos no aptos en una empresa que suministraba productos cárnicos a otros establecimientos. Además, se localizó comida intervienida en las provincias de Valencia y Almería.
Según Ana Cristina Otín, portavoz de la Guardia Civil de Zaragoza, la intención era hacer que los alimentos parecieran seguros para el consumo al reetiquetarlos, pero en realidad eran un riesgo para la salud pública. Algunos de los alimentos incluso habían sido congelados después de superar su fecha de caducidad original y se pretendía venderlos como frescos.
Es importante destacar que esta práctica representa una estafa a los consumidores y un peligro para la salud, ya que ingerir alimentos caducados puede causar intoxicaciones alimentarias. Lluís Riera, experto en Seguridad Alimentaria, ha indicado que los productos ultracongelados pueden tener una vida útil de hasta dos años, pero nunca tres o cuatro años, como se encontró en este caso.
La operación ha involucrado a 96 empresas, de las cuales 60 están vinculadas a este delito. Hasta el momento, ocho personas han sido detenidas y otras 81 están siendo investigadas por su presunta participación en estafas, delitos contra la salud pública, falsedad documental y pertenencia a un grupo criminal.
Afortunadamente, no se han registrado casos de intoxicación relacionados con estos alimentos, que aparentemente iban a ser comercializados en un mercado negro. La Guardia Civil ha sido diligente en el retiro de estos productos peligrosos antes de que lleguen a los consumidores.
En resumen, esta operación ha sido un importante golpe contra la venta de alimentos no aptos para el consumo humano y destaca la importancia de estar atentos a la fecha de caducidad de los productos que adquirimos, así como la necesidad de una supervisión y regulación rigurosa para garantizar la seguridad alimentaria de la población.