El informe «Panorama de los alimentos y bebidas fuera de casa», de la consultora Kantar señala que el confinamiento en los hogares durante la pasada primavera debido a la pandemia de COVID-19 provocó en la hostelería unas pérdidas de 7.000 millones de euros menos que los ingresos del primer semestre del año anterior, lo que supuso un descenso de más del 44% de su facturación.
El estudio indica que durante este semestre en España, de forma similar al resto de los países, el consumo dentro del hogar creció sensiblemente pero no llegó a compensar completamente la caída del consumo fuera del hogar, y se ha registrado una reducción del gasto total en alimentos y bebidas del 4,1%.
Desde la desescalada, en mayo, los consumidores reactivaron una «gran parte» de sus hábitos de consumo fuera del hogar, excepto el ocio nocturno que siguió limitado, lo que permitió suavizar la caída, según la consultora.
En la «nueva normalidad», entre el primer y segundo estado de alarma, el consumo de alimentos y bebidas no alcohólicas de los residentes españoles registró una caída del -24,9% en comparación con 2019.
Mientras tanto, la entrega de comidas a domicilio, ha crecido un 60 %, lo que ha suavizado el desplome del sector de la restauración (-35 %) . El «delivery» es un sector emergente en Europa, comparado con otros mercados, como el asiático o el latinoamericano.
El «delivery» y el «takeaway» han vuelto a acelerarse en esta segunda ola de forma importante, con crecimientos del 85% y 60%, respectivamente.
Este tipo de servicios ha captado durante el primer confinamiento a más de 2,2 millones de compradores y ha mantenido un importante ritmo de crecimiento de forma constante a lo largo de los últimos meses.
Las entregas de comida a domicilio han crecido en España en todos los canales que trabajan esta opción pero destaca especialmente en las tiendas de comida para llevar, donde se han multiplicado por tres las ventas hasta agosto de 2020 respecto a 2019.
Respecto a las previsiones de cara a final de año, la consultora Kantar ha destacado que, una vez que se levanten las medidas restrictivas, se espera que vuelva de nuevo «de forma masiva y rápida» el consumo fuera de casa pero «todo dependerá de cómo evolucione la segunda ola y las restricciones que se decreten».
De momento, el desarrollo de la campaña de Navidad será el punto crítico que permita ver el impacto final que sufre el consumo.