Los dueños de negocios de hostelería están enfrentando dificultades para contratar camareros, cocineros y cocteleros, lo que los ha llevado a aumentar los salarios de sus empleados. Aunque se han realizado incrementos salariales significativos en el sector de la restauración, la hostelería sigue siendo uno de los gremios peor remunerados, junto con la jardinería, debido a décadas de bajos sueldos.
Según la última encuesta de costes laborales realizada por el INE en 2022, los sueldos en los servicios de comidas y bebidas aumentaron un 22,5% con respecto al año anterior y son un 9% más altos que antes del inicio de la pandemia de COVID-19. Sin embargo, los camareros todavía ganan la mitad del sueldo de un trabajador promedio en España. Con un salario medio anual de 13.386 euros brutos (o 956 euros brutos al mes, en 14 pagas), los sueldos en hostelería están por debajo del salario mínimo interprofesional (SMI). En comparación, el salario promedio en toda la economía es de 25.353 euros brutos al año (o 1.810 euros brutos al mes, en 14 pagas), con un aumento del 4,5% en el último año.
La hostelería presenta sueldos bajos, en gran medida, debido a la alta proporción de contratos a tiempo parcial en el sector. Esto significa que aunque no todos los camareros ganan menos que el SMI, al trabajar menos horas a la semana, al final del mes sus ingresos disponibles quedan por debajo de los que obtendrían si trabajaran 40 horas semanales con el SMI. Desde 2018, la política de aumentar considerablemente el SMI, aproximadamente un 50% desde que Pedro Sánchez asumió el cargo, ha resultado en que el salario promedio en hostelería esté por debajo del importe mensual del SMI.
Aunque ahora los empresarios de hostelería están comenzando a aumentar los salarios para atraer trabajadores, en otros sectores la lucha por captar profesionales ha sido una realidad desde hace tiempo. Las empresas llevan años compitiendo, a veces de manera encubierta, para contratar informáticos. En el ámbito del sector, suelen referirse a ellos como «talento tecnológico» o «techies».
Esta competencia por atraer y retener profesionales con habilidades en programación, diseño y análisis de código, expertos en ciberseguridad o ingenieros de datos, entre otros, ha llevado a las compañías a ofrecer salarios cada vez más altos. La búsqueda de talento tecnológico se ha convertido en una prioridad para muchas empresas en su afán por mantenerse competitivas en un mundo cada vez más digitalizado.