Un estudio de suelos llevado a cabo en cuatro viñedos viejos de Jumilla, Tobarra y Fuente-Álamo pone en valor la resiliencia de la Monastrell en la Denominación de Origen
El Consejo Regulador de la DOP Jumilla ha sido testigo de un nuevo acontecimiento de relevancia internacional, que ya se adelantaba en las redes sociales de @VinosJumilla y la asociación sin ánimo de lucro The Old Vine Conference. Se trata de la visita de 21 personalidades internacionales en un proyecto que pretende poner en valor el viñedo viejo de la DOP Jumilla, un patrimonio único a conservar y cuidar, y que da lugar a algunos de los mejores vinos del mundo.
El tema del viaje fue Suelos para sobrevivir: cómo los tipos de suelos en la DOP Jumilla han asegurado la supervivencia de la viña vieja y a menudo de pie franco. Para ello, se ha llevado a cabo un estudio de suelos para conocer mejor cómo, en su diversidad, los suelos donde crecen los viñedos tienen unas características idóneas para la producción de uvas de altísima calidad, en un clima extremo, y a menudo hostil. El estudio se centró en cuatro viñedos viejos, entre 50 y 88 años, en Tobarra, Fuente-Álamo y Jumilla, donde se abrieron dos calicatas en cada parcela, y se analizaron y describieron en detalle perfiles de los ocho suelos. Durante las visitas se explicaron los resultados de los análisis de los perfiles estudiados, poniendo de manifiesto porqué los suelos de Jumilla son clave en la supervivencia del viñedo, y se demostró ese vínculo especial de los suelos, viñas viejas y los vinos de la DOP Jumilla.
Estos profesionales fueron recibidos el pasado lunes 22 de abril en Bodegas Viña Elena, donde fueron invitados a comer en La Casa de los Abuelos, y degustaron sus vinos de la colección Bruma, procedentes de viñedos viejos. Tras una visita al viñedo de la finca Casa Quemada, origen del vino Finca CQ, el grupo se desplazó a Bodegas Juan Gil, donde la periodista especializada en vino español, Amaya Cervera, y la Máster of Wine y escritora de vinos británica, Sarah Jane Evans, fueron las ponentes invitadas en una cata inaugural para la que seleccionaron 12 vinos procedentes de viñedos viejos de la zona. Tras la misma, los asistentes fueron agasajados con una cena en Bodegas El Nido, en la que se cataron añadas antiguas de Clío y El Nido.
En la segunda jornada del viaje, el grupo se desplazó a la zona noroeste de la DOP Jumilla, y visitaron el viñedo viejo plantado a pie franco de La Hoya de Santa Ana, donde se estudiaron las dos calicatas de suelos muy diferentes dentro de la misma parcela. En ese mismo paraje, el equipo de Bodegas Olivares, ofreció una cata vertical de su icónico vino, Olivares Dulce, en 6 distintas añadas. A continuación, el grupo se dirigió a Fuente-Álamo, a visitar una parcela de viñedo viejo, que Bodega Cerrón está recuperando en el paraje de La Muela, y donde se vieron otros dos perfiles de suelos. Durante el almuerzo se cataron los vinos del proyecto Stratum Wines, todos procedentes de viñedos viejos.
La tarde del martes, se celebró una conferencia en el Museo del Vino de Jumilla, con la presencia de la Master of Wine, Sarah Abbott, impulsora de la asociación The Old Vine Conference, quien abrió el acto con una ponencia sobre la importancia de proteger las viñas viejas. A continuación, la doctora en química Rocío Gil Muñoz, investigadora del equipo de enología y viticultura en el IMIDA, el Instituto Murciano de Investigación y Desarrollo Agrario y Alimentario de la Región de Murcia, presentó las nuevas variedades provenientes de la Monastrell adaptadas al cambio climático. Antes de la ronda de preguntas y comentarios, el doctor ingeniero agrónomo Joaquín Cámara Gajate, profesor adjunto en la Escuela de Ingenieros Agrónomos, de la Universidad Politécnica de Madrid, especializado en edafología, la ciencia del suelo, ofreció una explicación sobre el estudio de suelos de viñas viejas analizados en las diferentes zonas de la DOP Jumilla.
Tras la conferencia, los asistentes pudieron catar más de cien vinos que 20 bodegas de la DOP Jumilla presentaron tras la conferencia, en una degustación y cena networking.
En el tercer día de su viaje de conocimiento a la DOP Jumilla, los periodistas pudieron estudiar los suelos de una viña de 88 años en La Cingla, en Jumilla, una de las viñas más viejas de la denominación, y aprender sobre la especial viticultura en estos viñedos. Después, se desplazaron a conocer el proyecto de sostenibilidad y residuo cero de la bodega Hijos de Juan Gil, donde pudieron observar la planta de generación de humus con derivados de la vendimia, impulsado por la bodega junto con la Universidad de Castilla-La Mancha.
El objetivo del viaje, el de poner en valor los viñedos viejos de Jumilla, ha resultado un éxito, y los visitantes se han llevado como conclusión que la DOP Jumilla es única en el mundo, gracias a su particular paisaje, clima, suelos y viñedos, y esta conjunción de factores da lugar a vinos de gran personalidad. El grupo ha podido disfrutar y entender la pasión y tradición que envuelve esta zona, y ha vuelto a sus lugares de origen convertidos en embajadores de los vinos DOP Jumilla y la región.
Sobre la Denominación de Origen Protegida Jumilla y su viñedo viejo
La Denominación de Origen Protegida Jumilla posee una tradición vitivinícola que se remonta a los restos de vitis vinífera – junto a utensilios y restos arqueológicos – hallados en Jumilla originarios del año 3.000 a.C., siendo los más antiguos de Europa.
La zona de producción, en altitudes que varían entre los 320 y 980 metros y surcada por sierras de hasta 1.380 metros, la delimitan, por un lado, el extremo sureste de la provincia de Albacete, que incluye los municipios de Hellín, Montealegre del Castillo, Fuente Álamo, Ontur, Albatana y Tobarra; por el otro, el norte de la provincia de Murcia, con el municipio de Jumilla. Más de 20.000 hectáreas de viñedo, en su mayoría de secano, y en vaso, ubicado sobre suelos predominantemente calizos.
El total de viñedo viejo en la DOP Jumilla supone más de 12% de la superficie, siendo la variedad Monastrell la mayoritaria (el 90% de la viña vieja). Se estima que gran parte de esta viña vieja está plantada a pie franco, al menos 1.000 hectáreas, destacando que el 89% es Monastrell, 6% Airén y 3% Garnacha Tintorera.
Las características climáticas, con escasas precipitaciones que apenas alcanzan los 300 mm al año y las más de 3.000 horas de sol permiten unas condiciones idóneas para el cultivo ecológico, mayoritario en esta denominación de origen.